El cineasta ucraniano Oleg Sentsov[1], encarcelado en Rusia por su oposición a la anexión de Crimea, ha abandonado la huelga de hambre que mantenía desde hace cuatro meses en la penitenciaría donde cumple condena de veinte años, informa el digital Culturebox, suplemento diario del canal internacional France 24.
“A causa de mi estado crítico, y de la aparición de cambios patológicos en algunos de mis órganos –ha escrito Sentsov en un mensaje- habían decidido alimentarme a la fuerza, sin tener en cuenta mi opinión. Tras 145 días de lucha y veinte kilos menos, no he alcanzado el objetivo”, lamenta el cineasta, quien añade: “Mi agradecimiento para todos cuantos me han apoyado, pido perdón porque abandono”. Y termina con un “¡Gloria a Ucrania!”.
Según declaraciones de Vitali Maximenko, director adjunto de la administración penitenciaria rusa, “los mejores nutricionistas de Moscú han elaborado un régimen especial para salir de la huelga de hambre. Sentsov ha elegido vivir”. El realizador, acusado de “terrorismo” y “tráfico de armas”, inició la huelga de hambre el pasado 14 de junio, para exigir la libertad de todos los “presos políticos” ucranianos detenidos en Rusia.
Detenido en Crimea en 2014, tras la anexión de la península por Rusia, Oleg Sentsov, de 42 años, fue condenado a veinte años de cárcel en un proceso que Amnistía Internacional calificó de “estalinista”. Los países del G7, distintos gobernantes y personalidades e intelectuales europeos llevan meses pidiendo a Vladimir Putin la libertad de Sentsov quien, en la última fotografía difundida por la administración federal penitenciaria rusa, aparece extremadamente delgado mientras una médico le ausculta.
Tras la anexión de Crimea por Moscú en 2014, se desencadenó un conflicto armado en el este proruso de Ucrania, que causó más de 10 000 muertos.
Oleg Sentsov