El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó la resolución 2285(2016) sobre la continuidad de la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (Minurso) por diez votos a favor, entre ellos el de España; tres abstenciones, las de Rusia, Angola y Nueva Zelanda; y dos votos en contra, los de Venezuela y Uruguay, que al no ser miembros permanentes del Consejo no tienen capacidad de veto.
Es la primera vez que no hay consenso en la votación sobre este asunto. El representante de Nueva Zelanda, Gerard van Bohemen, que se abstuvo, expresó ante el Consejo su «gran decepción» por algunos términos del texto, porque «no cumple apropiadamente con las responsabilidades» del Consejo de Seguridad en el Sáhara.
«La resolución tendría que haber establecido la realidad de que la expulsión del componente civil ha afectado gravemente a la misión y a su capacidad de cumplir con su mandato», insistió el diplomático neozelandés.
El embajador de Uruguay, Elbio Rosselli, metió el dedo en la llaga y criticó el hecho de que el texto aprobado no haga «ni una sola referencia» a las decisiones de Marruecos que «están trastocando el funcionamiento» de la misión.
Pero también ridiculizó el lenguaje utilizado al expresar que, si después de tres meses la Minurso no vuelve a tener su funcionalidad, el Consejo de Seguridad sólo se compromete a «expresar su intención» de considerar la forma de buscar el logro de su objetivo. «¿Algunos de nosotros firmaríamos un contrato de venta de nuestra casa con un comprador que expresa la intención de no pagarnos, y que ni siquiera nos dice el precio?», ironizó el diplomático uruguayo.
El embajador venezolano ante la ONU, Rafael Ramírez, atribuyó su rechazo a la iniciativa a «razones sustantivas y de procedimiento», que demuestran la fractura de posiciones a la hora de tratar de resolver la situación generada por la hostilidad de Marruecos, que por 40 años ha ignorado el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación.
Ramírez criticó la falta de respaldo del Consejo de Seguridad al secretario general y la ausencia de una condena clara a las maniobras de Rabat.
La resolución plantea expresamente que hay una «necesidad urgente» de que la Minurso recupere su «plena operatividad» y pide a Ban Ki Moon que, en un plazo de 90 días, informe al Consejo de la evolución de la situación. Dicho informe debería incluir propuestas sobre «cómo facilitar» el funcionamiento pleno, según el texto, que no amenaza con ningún tipo de medida punitiva a Marruecos.
La ONU renueva así el mandato de la Minurso apenas un día antes de que expire su anterior prórroga y en pleno debate entre Marruecos y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, criticado abiertamente desde Rabat por el uso del término «ocupación» durante su visita a las zonas controladas por el Frente Polisario en el Sáhara y en los campamentos de refugiados de Tinduf (Argelia).
El mes pasado, Rabat expulsó a 73 empleados del componente civil de la misión en respuesta a varias declaraciones y gestos de Ban Ki-moon, considerados por Marruecos como «hostiles e insultantes». La polémica se saldó con la expulsión de dicho personal civil y con dudas sobre la continuidad de la misión, que tiene como objetivo principal la organización de un referéndum para resolver el contencioso, así como sobre la duración de la prórroga que fue acordada el viernes 29.
La misión dispone ahora mismo de solo 28 empleados civiles y ha tenido que limitar de forma muy importante sus operaciones, según la ONU.
Rusia, unas de las cinco potencias con derecho a veto en el Consejo, se abstuvo, su delegación afirmó que el texto presenta un «gran debilidad» en el párrafo 9 del preámbulo, que cita «los esfuerzos serios y creíbles» fueron «de Marruecos para avanzar hacia una solución». Cualquiera que conozca la situación sabe que esta fórmula no es «actual» dictaminó su representante. En otras palabras, Rusia considera que Marruecos no ha hecho suficientes esfuerzos para resolver el conflicto. A pesar de la visita en marzo del rey Mohamed VI a Rusia, no consiguió que saliera de su habitual neutralidad.
El representante del Frente Polisario en la ONU, Ahmed Bouhari dijo: «los días en los que los miembros del Consejo de Seguridad metían la cabeza en la arena en el tema del Sahara Occidental acabaron», sentenció en alusión al voto fracturado, a partir del rechazo de Venezuela y Uruguay y de las abstenciones de Rusia, Angola y Nueva Zelanda.
Por su parte, el Gobierno marroquí manifestó su satisfacción por la resolución aprobada por la ONU sobre el Sáhara Occidental que, a ojos de varios observadores, mantiene el actual ‘statu quo’ en la excolonia española.
España, con el Gobierno en funciones, mientras tanto, expresó «su satisfacción» por la renovación de la Minurso.