Estoy escribiendo esta columna cuando está finalizando el mes de julio, mañana ya es agosto y tengo que confesar que las fechas de esta semana no me gustan. Por imperativos de tiempo no puedo esperar más y por tanto no puedo hablar del tema estrella cuando esto se publique, que habrá sido la comparecencia de Mariano Rajoy. ¿Habremos salido de dudas? No sé, pero me temo que tendré más ocasiones de hablar de ello.
Por esto paso a comentar una noticia que se ha producido esta misma semana pasada. Protagonista: el papa de Roma. Lugar: Brasil. Escenario: Jornada de la Juventud. El papa Francisco ha hablado de casi todo. No podemos negar que un poco atípico sí es. Es sencillo, sube al avión por la escalerilla, no le gusta el papamóvil…
Pero luego es una pura contradicción. En una larga entrevista que concedió a los periodistas que cubrieron su viaje, ya dentro del avión, y durante más de dos horas, contestó a todo lo que le preguntaron. Bien es verdad que a su modo, esto es, diciendo sí pero no; en fin…
La primera respuesta a la pregunta por qué no tocó temas el aborto y los matrimonios gais, nos sorprendió asegurando que la Iglesia tiene una doctrina clara sobre el tema y él es hijo de la misma. Claro como el agua.
A la pregunta inevitable sobre el papel de la mujer en la Iglesia, fue más explícito y también sorprendente en su respuesta: “Hay que hacer una profunda teología de la mujer”, dijo, para a continuación asegurar que el tema de la ordenación es una puerta cerrada. De momento, nada sorprendente. Lo que si sorprende es la justificación que dio: que la virgen María era más importante que los obispos y los apóstoles, ergo la mujer es más importante incluso que los obispos. Por eso la puerta está cerrada y no hay obispas. Volvemos así a la teoría de que la mujer es la reina del hogar, que el hombre hace lo que quieren las damas pero tiene que ser sin darse cuenta de ello.
Creo que para las mujeres del siglo XXI no es una teoría que nos valga mucho. Nosotras queremos ser individuos completos, no en función de nuestro género, sino de nuestras capacidades. Termina diciendo que hace falta una explicación teológica de esto. Lo que no sabemos es cómo piensan hacerlo. Estamos a la espera.
Por último, cuando le preguntan por la homosexualidad se descuelga con una importante declaración: “¿Quién soy yo para juzgar a los gais?”, para a continuación juzgarlos y tachar la homosexualidad de pecado.
Hombre, algo hemos ganado. Él nos recuerda que no es un delito. Algo es algo… El problema, dice, no es la tendencia sino que quieran hacer lobby. Yo como no entiendo nada lo dejo ahí, que doctores tiene la Iglesia.
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Publicación compartida con el periódico comarcal semanal Canfali Marina Alta, Dénia, 3 de agosto de 32013
Este Papa muevas cosas, por lo menos es un ser pensante y menos dogmático que sus anteriores. Obviamente no va a cambiar la esencia de la Iglesia Católica y mucho menos a sus posiciones frente a las mujeres, el aborto, el matrimonio homosexual, etc, pero tiene orejas y, ademas, con oídos!, es un Papa que oye!
Esta si es la verdadera noticia!
Nostradamus (o algún que otro advenizo de estos) predijo que Juan Pablo II iba a ser el ultimo Papa, quizás haya tenido razón… ahora hay dos, y bien distintos… quizás conformen la bisagra del cambio…