La Historia es la disciplina de los historiadores. Una disciplina que se dedica a indagar en el pasado de los seres humanos para estudiar cuánto existe en él que sea cambio y cuánto que sea perdurabilidad.
Los historiadores queremos explicar qué queda del presente en el pasado. Y viceversa. Sobre todo, viceversa.
Considero que la Historia sirve para…
UNO
Para saber a qué atenerse, que los males del presente tienen unas causas y que conocer esas causas puede ser útil para derrotarlos.
DOS
Para saber que, si algo inherente a la humanidad es la conciencia histórica, no hay nada mejor que la disciplina a la que llamamos Historia para conocerla.
TRES
Para enseñar que no se puede olvidar interesadamente. No se debe olvidar adrede. Porque se da la gran paradoja de que, aunque “la Historia consiste en recordar el pasado, también se puede decidir olvidar”. La sociedad necesita a los historiadores, que son los recordadores profesionales de lo que sus conciudadanos desean olvidar.
CUATRO
Para tener elementos con los que enfrentarse críticamente a las manipulaciones que se hacen interesadamente de la historia con la Historia, y saber separar el mito de la Historia poniendo de manifiesto las perversiones que genera su confusión pues los mitos no dejan de ser, al fin y al cabo, un objeto de la Historia.
CINCO
Tal vez la Historia sirva también como consuelo. Tal vez sirva para entender a los demás (y a nosotros mismos). Tal vez nos sirva a los humanos como guía. Pero seguro que sirve para hacernos más sabios, en el sentido de imaginar qué puede ocurrir cuando hagamos algo que ya ha sido hecho con anterioridad. Ojo, hablo de imaginar lo que puede ocurrir, no de saber a ciencia cierta lo que va a ocurrir si hacemos algo concreto.
SEIS
Y, por último, otra de las utilidades de la Historia es ser la disciplina que nos ayuda a los humanos a construir nuestro proyecto social de seguir viviendo en sociedad y perfeccionarnos éticamente.
[Este texto es una adaptación de las conclusiones de mi próximo libro.]