La exabogada y «periodista ciudadana» Zhang Zhan, condenada en diciembre de 2020 a cuatro años de cárcel por haber efectuado grabaciones en Wuhan cuando la ciudad entera estaba en cuarentena en el punto álgido de la pandemia, estaría en peligro de muerte –según su familia- a causa de la huelga de hambre que está llevando a cabo en su celda.
Oficialmente, Zhang Zhan, de 38 años, detenida en febrero de 2020, fue juzgada el 28 de diciembre en Shanghai por «alteración del orden público». Según su hermano Zhang Ju, en un comentario en Twitter, la perdido mucho peso y podría «no pasar de este invierno».
Según la organización humanitaria Human Rights Watch, en unas declaraciones publicadas en el diario francés Libération, la madre de Zhang Zhan, quien habló con ella por videoconferencia en octubre, ha dicho que «ni siquiera puede tener la cabeza derecha por falta de fuerza». Los abogados de la periodista han confirmado que está en huelga de hambre y que la están alimentando a la fuerza con una sonda nasal.
Por su parte, Amnistía Internacional ha pedido al régimen comunista chino que libere inmediatamente a Zhang Zhan «para que ponga fin a su huelga de hambre y reciba los cuidados médicos que necesita desesperadamente».
También ha pedido a la comunidad internacional que presione al régimen de Pekín para que ponga en libertad a Zhang Zhan «antes de que sea demasiado tarde.
A preguntas de los medios de comunicación, Wag Wenbin, portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores chino, ha respondido que el país «es un estado de Derecho» y «cualquier persona que infrinja la ley debe recibir el castigo correspondiente».
El término «alteración del orden público» es un cargo recurrente en los tribunales chinos para condenar a quienes se oponen al régimen del presidente Xi Jinping. El tribunal le acusó también de difundir informaciones falsas por internet.
Originaria de Shanghai, en febrero de 2020 acudió para informar sobre la pandemia a Wuhan, la ciudad de once millones de habitantes donde aparecieron los primeros casos de infección por la COVID-19, y donde se produjeron –según cifras oficiales chinas- 4000 de los 4634 fallecimientos registrados entre febrero y mayo de 2020 en toda China. Cifra que continúa inamovible desde entonces.
En los artículos que publicó en las redes, Zhang Zhan denunciaba el confinamiento impuesto en Wuhan como «una grave violación de los derechos humanos», e informaba de la situación caótica que imperaba en los hospitales de la ciudad.