La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) ha expresado su solidaridad con la Fundación Violeta Barrios de Chamorro, de Nicaragua, al conocerse la suspensión de sus operaciones en favor de la libertad de prensa tras negarse a seguir operando bajo el control de una reciente ley aprobada por el régimen de Daniel Ortega.
«Este nuevo golpe contra la libertad de expresión deja a Nicaragua sin una de sus voces más potentes a favor del periodismo libre y la libertad de expresión, y comprendemos los argumentos de la organización para tomar esta difícil decisión», lamentaron el presidente de la SIP, Jorge Canahuati, y el presidente de la Comisión de Libertada de Prensa e Información, Carlos Jornet.
«Nos solidarizamos con la Fundación, entidad que ha demostrado su compromiso con las libertades de expresión y de prensa, convirtiéndose desde hace más de veinte años en una referencia indispensable sobre lo que sucede en Nicaragua», destacaron Canahuati, de Grupo Opsa, Honduras, y Jornet, del diario La Voz del Interior, Argentina.
La polémica ley de Regulación de Agentes Extranjeros, aprobada en diciembre pasado, busca «controlar las operaciones financieras y las actividades que desarrollen asociaciones, organizaciones nacionales o extranjeras para poner fin a injerencia extranjera en los asuntos internos de Nicaragua».
El nuevo estatuto exige inscribirse como «agente extranjero» y declarar cualquier donación que se recibe, que deberá ser aprobada por el Ministerio de Gobernación. El plazo para la inscripción vencía el 5 de febrero, fecha en la que la Fundación Violeta Barrios de Chamorro anunció que dejaba en suspenso su actividad en Nicaragua.
Las autoridades de la SIP expresaron su confianza de que la Fundación pueda retomar pronto sus actividades a favor del pueblo nicaragüense. También indicaron su temor a que en otros países se pudieran imponer restricciones similares, como en su momento también existieron en Bolivia, Ecuador y Venezuela.