“Nunca estamos solos” (We are never alone), el último trabajo del director checo Petr Vaclav (“Marian”, “The way out”), protagonizado por Klaudia Dudová, Karel Roden, Lenka Vlasáková, Zdenek Godla y Miroslav Hanus, es una curiosa y sombría historia –contada en blanco y negro y color, de manera un tanto aleatoria- en la que intervienen una serie de personajes casi marginales, en todo caso bastante complicados-, un melodrama “sobre los demonios de nuestros días”.
En Chequia, en mitad de la nada, se reúnen cinco personajes que parecen vivir en un callejón sin salida: un guardián carcelario paranoico, un vecino hipocondriaco y casi mudo, su mujer, un director de discoteca enamorado y una bailarina de streptease que es madre soltera. Sus relciones adquieren incluso tintes de crueldad
Cinco personajes enfadados con el mundo y consigo mismos, que se encuentran y desencuentran, intentado dar algún sentido a sus vacías existencias; vidas destrozadas que destrozan a otros, frustraciones acumuladas, depresión, tristeza y rabia que alcanzarán incluso a las siguientes generaciones que ya apuntan maneras.