¡Primero inicia y luego estrena!

En muchas ocasiones he dicho que la mayoría de las series y documentales que transmiten los canales televisivos estadounidenses para habla hispana son doblados al español en Chile. Por lo menos, eso es lo que he visto y oído.

Nada de malo tendría, habida cuenta que ese país, junto con México, se ha apoderado de esa actividad, que en los últimos tiempos ha tenido gran auge.

No sé en cuál de los dos países se hace mejor doblaje; pero es justo reconocer que en ambos hay gran calidad en cuanto a voz y dicción, lo cual ha sido el motivo por el que las más importantes cadenas de Estados Unidos los prefieran, aunque también es justo y necesario decir que Venezuela también se ha hecho sentir, al punto que, muchos locutores y actores de este país, como Santiago Duarte, Néstor Brito Landa, Waldemaro Martínez y Tinedo Guía, se han destacado grandemente. La lista es más larga; pero estos, para mí, son los más conocidos y sobresalientes.

Lo cuestionable es que muy frecuentemente, quizás por descuido o desconocimiento de las personas encargadas de revisar el contenido antes de ser difundido, si es que las hay, incurren en impropiedades que ajan y envilecen la intención original.

Para mí no es posible precisar de dónde vino el problema, lo cual sería irrelevante para los efectos de este artículo; pero por lo que he leído y oído, el uso inadecuado del verbo iniciar es un mal que ha hecho metástasis en muchas áreas, especialmente en televisión y en radio. Por eso es que ahora todo inicia, nada comienza.

Muchos ignoran que, si bien es cierto que iniciar y comenzar son sinónimos, no se construyen de la misma manera. Sobre este asunto he escrito muchas veces, y siempre he procurado ser lo más explícito posible, en función de contribuir a disipar las dudas e infundirle confianza a aquellas personas cuya ocupación habitual es la redacción de textos.

Curiosamente, los que más incurren en esa falta, son periodistas y/o educadores, que por una u otra razón no han valorado la importancia de escribir bien y hablar de mejor manera. Para lograr ese propósito, no es necesario ser miembro de la Real Academia Española.

Para superar ese obstáculo, es necesario tener presente que las cosas se inician, no inician, por lo cual es incorrecto decir, por ejemplo: «Inicia Gran Gira Indigenista Intercultural Una Muestra de Amor Práctico Amazonas 2023». En todo caso debió ser: «Comienza Gran Gira Indigenista Intercultural Una Muestra de Amor Práctico Amazonas 2023» o «se inicia la Gran Gira Indigenista Intercultural Una Muestra de Amor Práctico Amazonas 2023».

El origen del despropósito está en que los verbos iniciar y comenzar son sinónimos, y por eso se los usa indistintamente. Ignoran que la sinonímia de las lenguas no es perfecta, y por eso hay palabras que en ciertos y determinados contextos significan lo mismo; pero en otros no. En el caso de los mencionados verbos, el asunto no es de semántica, sino de construcción.

Algo parecido está comenzando a suceder con el verbo estrenar. Digo que está comenzando, porque solo lo he oído del canal estadounidense para habla hispana Universal, en la promoción de su programación. Quienes sientan curiosidad por este asunto, los invito a que sintonicen el mencionado canal, y podrán comprobar que a diario este informa que la producción tal «estrena» el día tal a la hora tal. Lo correcto es «se estrena». O en todo caso: «Hoy será el estreno», por ejemplo.

Ojalá que los productores de los aludidos contenidos publicitarios se den cuenta y corrijan, con el fin de evitar que el despropósito se extienda y se convierta en un vicio indesarraigable. ¡Esperemos que no ocurra!

Los comunicadores sociales, educadores y todos aquellos profesionales cuya herramienta básica de trabajo sea la redacción de textos, deben tener presente que están en la obligación moral de manejar con relativa facilidad el lenguaje que emplean, so pena de no ser entendidos.

Y no es que deban convertirse en eruditos; pero si ese fuese el caso, nada de malo tendría. Lo indispensable es que se persuadan de la importancia del rol que desempeñan ante la sociedad en la que habitan y se desenvuelven. Para eso solo es necesario sentido común, que es un gran aliado en estas lides y en otras que son propias del ser humano.

¡Espero que este aporte les haya sido útil!

David Figueroa Díaz
David Figueroa Díaz (Araure, Venezuela, 1964) se inició en el periodismo de opinión a los 17 años de edad, y más tarde se convirtió en un estudioso del lenguaje oral y escrito. Mantuvo una publicación semanal por más de veinte años en el diario Última Hora de Acarigua-Araure, estado Portuguesa, y a partir de 2018 en El Impulso de Barquisimeto, dedicada al análisis y corrección de los errores más frecuentes en los medios de comunicación y en el habla cotidiana. Es licenciado en Comunicación Social (Cum Laude) por la Universidad Católica Cecilio Acosta (Unica) de Maracaibo; docente universitario, director de Comunicación e Información de la Alcaldía del municipio Guanarito. Es corredactor del Manual de Estilo de los Periodistas de la Dirección de Medios Públicos del Gobierno de Portuguesa; facilitador de talleres de ortografía y redacción periodística para medios impresos y digitales; miembro del Colegio Nacional de Periodistas seccional Portuguesa (CNP) y de la Asociación de Locutores y Operadores de Radio (Aloer).

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