La asociación para proteger al enfermo de terapias pseudocientíficas de España, ha cuantificado en el primer informe sobre fallecidos por estas prácticas, alrededor de 1.500 personas. El uso de las terapias sin evidencia científica sigue siendo una responsabilidad del estado, que aún no regula estas prácticas según los miembros de esta organización.
La ausencia de control de la normativa vigente por parte de las autoridades sanitarias, ha permitido que cerca de 18.000 centros ilegales procuren tratamientos con pseudociencias que sustituyen a la medicina y no solo no curan sino que engañan a los pacientes que están desesperados porque tienen un cáncer u otras enfermedades crónicas. Además de esto, evitan que estos vuelvan al médico y por tanto, los prescriptores de fármacos tildados de naturales pasan a ser ellos.
Personas sin formación alguna o bajo el amparo de adjetivos como natural, holístico, energético y otras acepciones, dan masajes, hacen oler pociones, untan cremas y pautan fármacos basados en hierbas para curar a pacientes que creen en el milagro de la sanación. Los datos están ahí y revelan que al menos dos millones de españoles han confiado erróneamente su suerte a una terapia llamada alternativa que carece de probabilidades de éxito y sin evidencia ni estudios científicos que las avalen.
Estos centros sanitarios llamados así por los intrusos propietarios que engañan a los pacientes, carecen de control alguno y otros más avispados, incluso, reciben en su propia casa. Dinero negro que pulula por los bolsillos de personas que tienen grandes habilidades sociales y convencen al paciente de la mágica solución que ellos tienen con consultas que no bajan de 50 euros algunas de ellas. En ocasiones, ante la desesperación porque muchas patologías no tienen cura alguna, sienten y sucede a modo de placebo, que en manos de esas personas se curan o mejoran milagrosamente.
Muchas de estas terapias no solo no tratan sino que afectan negativamente a enfermedades circulatorias, cardiovasculares, cerebrovasculares, diabetes, entre otras. Opciones terapéuticas que no están validadas y que no son agresivas aparentemente para el paciente hacen que al menos un 14 % de los pacientes oncológicos hayan decidido optar por estos tratamientos. Los médicos insisten que abandonar los tratamientos hace que no existan otro camino que la muerte porque las pseudociencias no tratan los cánceres ni tampoco los mejoran.
Entre las distintas terapias que se ofertan la más numerosa es quizá la homeopatía que también se practica por médicos en sus consultas privadas. Las terapias como la bioneuroemoción, la dianética, la energética, la biodescodificación entre otras hacen que pacientes que estén ya graves puedan morir porque caen en manos de estos sujetos que se tildan de sanadores. En todos los países desarrollados existen corrientes alternativas que sugestionan al paciente sin evidencia científica para curarle de algo que es imposible o no está probado que tiene cura, insisten los médicos.
Las muertes por las pseudociencias según el informe, no son reales porque están todos aquellos pacientes que no declaran que están en manos de estas personas que les han sugestionado hasta el punto de abandonar la medicina a cambio de unas gotas sanadoras, unas hierbas o un masaje que le devuelva la energía. Reiki, masajistas sin titulación, masajes energéticos, homeopatía, hierbas sanadoras, corrientes alternas, reguladores de los chakras entre otras cosas, hacen que millones de personas sigan corrientes de carácter sectario como son algunas prácticas religiosas que mantienen y regulan la conducta de las personas hasta el punto de convencerlas en situaciones de vulnerabilidad como son las de la enfermedad crónica.
Ante la duda, si le han ofertado cualquiera de estas prácticas, vaya a su médico y coménteselo. Una persona que toma hierbas y también medicamentos puede ver alterada su salud porque no son inocuas, todo lo que sucede tiene una consecuencia, y la salud, solamente la puede tratar un médico que ha estudiado al menos, doce años. Esto no es sinónimo de que todos los médicos puedan curar. En algunas ocasiones hay profesionales de la medicina que remiten a otros colegas al paciente porque no saben por dónde abordar la enfermedad. No hay enfermedades sino enfermos y ellos, los doctores en medicina, en su conjunto, curan siempre.