El creciente interés por la salud ha sido propiciado sin duda por los bulos que corren por la red en donde personas poco o nada cualificadas aconsejan, dan tratamientos y consiguen tener seguidores de sus pseudociencias. Esto hace que ante un diagnóstico complicado o una enfermedad sin un pronóstico halagüeño las personas naveguen por Internet en busca de la cura perdida.
Acupuntura, gotas homeopáticas y otros tratamientos que no tienen control alguno, ni están verificados por la comunidad médica, hacen que Internet sea la fuente de información médico-científica y a pies juntillas, nos creeemos lo que nos cuenta cualquier persona que abra un blog o nos diga que ha curado con barros un cáncer. Esto no sería importante si los datos no verificaran lo que ya se suponía: cerca de un 60 % de la población se pone en manos de acupuntores y cerca del 55 ingiere homeopatía y otras hierbas además de lo que le ha pautado su médico.
Por ello, y ante casos tan graves como el de una mujer española tratada por un curandero un cáncer de mama que acudió a un hospital casi muerta por tener deshecha la mama, el observatorio de la Organización Médica Colegial de España, ha abierto un directorio en donde se puede consultar públicamente los médicos colegiados que pueden ejercer la medicina.
La pseudoterapia es un propuesta de cura de enfermedades que no tiene el respaldo de la evidencia científica y por ello, el componente psíquico de mejora o alivio de la salud se basa en una eficacia por demostrar, aunque sí entra en juego el componente de la desesperación ante el dolor o la falta de tratamiento.
El efecto placebo, que sin duda existe, disfraza la falta de efectividad de las técnicas que ofrecen curanderos y médicos naturistas que bajo el amparo de los términos, médico, terapia, sanadores, etc. ofrecen tratamientos, ya sea para adelgazar, gotas para la cistitis o un jarabe para la tos. Abrir los chakras, dejar que la energía fluya y sanar con las manos, son otras de las ofertas que sin duda condicionan a la psiqué que está absolutamente comprometida por la falta de expectativa. Tener sin duda una ventana abierta a un posible estado del bienestar nos lleva a creernos todo de todos; lo que cualquier persona nos diga, máxime si ha convencido a algún amigo antes que es el que nos lleva de la mano.
Un sanador que hace meter los pies en agua y esta se torna negra porque por ahí salen las toxinas del cuerpo, pasando por cremas o ungüentos que nos sanan una hernia o nos colocan la espalda; pasando por la acupuntura que pinchada en los músculos del ojo nos permite volver a ver; son algunas de las terapias que hemos encontrado sin buscar mucho en la red.
Por ello, el observatorio OMC contra las pseudociencias, pseudoterapias, intrusismo y sectas sanitarias, ha puesto a disposición del paciente una web de consulta en la que pueden realizar también comentarios y ver el grado de intrusismo profesional dentro del área de la salud bajo el amparo de la palabra terapia. Entre el lista de técnicas no convencionales del informe ministerial se encuentran las siguientes:
- Abrazoterapia
- Aromaterapia
- Arteterapia
- Auriculoterapia RDS
- Hipoterapia
- Cromoterapia
- Geocromoterapia
- Magnetoterapia
- Musicoterapia
- Hidroterapia del colon
- Fitoterapia
- Frutoterapia
- Fascioterapia RDS
- Diafreoterapia
- Geoterapia
- Metaloterapia
- Reflexoterapia Podal
- Sonoterapia
- Risoterapia
- Pranoterapia
- Psicoterapia integrativa
- Gemoterapia
- Grafoterapia
- Orinoterapia
Hace ya siete años, el entonces ministerio de Sanidad español, publicó el primer documento de análisis de la situación de las terapias naturales alternativas dado que habiendo analizado las 139 que se ofrecen en España, se engloban todas dentro del bienestar pero no dentro del área sanitaria. Entre ellas se encuentran los sistemas integrales basados en la naturopatía, medicina tradicional china, ayurveda, acupuntura; las prácticas biológicas de terapia nutricional, suplementos de fitoterapia y vitaminas; las prácticas de manipulación basasdas en el cuerpo: osteopatía, shiatsu, quiropraxia, drenaje linfático, reflexología, sotai; otras de mente y cuerpo: yoga, kinesiología, hipnoterapia, sofronización, arteterapia, entre otras; y las basadas en la energía; Chi-king, Qi-gong, terapia floral, Reiki, campos magnéticos, etc.
Los riesgos de la manipulación incorrecta del cuerpo, por ejemplo, en los casos de quiroprácticos u osteópatas, pueden dar lugar a lesiones muy importantes. Es mejor ponernos en manos de un fisioterapeuta que de una persona que nos da un masaje por relajante que parezca. Hacer un drenaje linfático que actualmente puede verse en todas las cabinas de estética, exige saber dónde se toca, y cómo, y los fisioterapeutas de nuevo, son los expertos, no las peluqueras que solamente pueden tratar el cabello. Hacer reiki o dejar que salga la energía puede ayudarnos a encontrar bienestar y nos puede ayudar a relajarnos sin más peligro que el costo de la sesión que llega a ser abusiva por nuestra fragilidad psíquica.
En otros aspectos, como los relativos a la ayuda con fitoterapia, no es baladí ingerir sin que lo sepa el médico, hierbas que son efectivas y que pueden crear una interacción con los medicamentos pautados por el. Sumar sodio o quitar potasio a un paciente cardiovascular puede ser letal. La toxicidad de muchas cápsulas nos pueden derivar a otras enfermedades imprevistas. En todo caso, siempre que acudamos al médico de urgencias, debemos advertirle si hemos tomado hierbas, infusiones o cápsulas que no son convencionales, por muy inocuas que creamos que son. Tomar Sen sin que lo sepa el médico nos puede causar una obstrucción intestinal, puede hacer que el intestino sea vago o nos puede causar una diarrea cuya etiología, una vez que debute, no asociaremos a las hierbas ingeridas porque me las aconsejó Pepe Pérez, un amigo, no un médico cualificado.
Por este dato, el ministerio de Sanidad entonces, y la organización Médico Colegial, ahora, no pueden señalar la evidencia científica de las pseudociencias y no pueden demostrar la eficacia que no siempre debe ser considerada ineficacia.
El bienestar del paciente, la calidad de vida en situaciones terminales y dar una esperanza en casos que no tienen cura, supone muchas veces que estas prácticas estén justificadas para los familiares, a sabiendas que no sirven para nada, pero hacen que el paciente note que algo más se está haciendo para salvarle la vida; eso es mucho; quizá lo más importante cuando no se tiene esperanza. Estudiar cerca de doce años una carrera es sin duda, el mejor respaldo que tiene un paciente cuando se pone en manos de un médico. La oferta es variada, así que en caso de no encontrar lo que buscamos podemos consultar a otro profesional; hablamos de profesionales de la sanidad, no de curanderos ni de pseudosanadores.
Quizá si los médicos fueran un poco más empáticos y humanos con el paciente se reduciría bastante el uso de internet y pseudo terapias para tratar enfermedades.
Personalmente pienso que es un fallo del sistema. Si el paciente busca mejorar su salud o calidad de vida en otras áreas de dudosa utilidad y eficacia más allá de la medicina, es porque existe una insatisfacción con el sistema médico en general. La clave está en indagar por qué existe esa insatisfacción y tomar medidas al respecto.
Es cierto que hay mucho intrusismo, y que cualquiera que hace un curso de dos meses en cualquier área se lanza a abrir una consulta, pero también es cierto que existen terapias que se han utilizado en otras partes del mundo durante años que a día de hoy se siguen utilizando y son eficaces.
Nuestra farmacología no deja de ser una mezcla de componentes, muchos de ellos basados en componentes naturales. Por qué no integrar lo mejor de la medicina con lo mejor de otro tipo de terapias? Al final la salud no sólo es la ausencia de enfermedad, sino que el bienestar también es una parte importante de nuestra salud.
El artículo está muy bien. Solo quiero reseñar que no solo quienes tienen un diagnóstico complicado o una enfermedad sin pronóstico halagüeño quienes son pasto de las pseudociencias. A menudo, estamos viendo cómo gente que incluso con enfermedades usualmente benignas o con pronóstico excelente y tratamiento más que comprobado, acaban cayendo (y hasta muriendo) en las fauces de los estafadores.
La razón es el discurso persuasivo que les hace recelar del sistema sanitario, explotando, magnificando y hasta inventando sus errores si es necesario, para presentar sus «alternativas» como remedio real (o, si son algo más cobardes, sus «complementarias» que en no pocos casos, terminan interfiriendo en los tratamientos o retrasándolos porque la gente piensa, «voy a probar primero con esto y luego si eso, ya pruebo lo del médico». @ej_molina_c