Juzguemos cuanto tenemos con amplitud de miras, y sepamos en la voluntad que surge firmemente con sus artilugios y opciones. Nos haremos marchar a cualquier parte con una gracia cargada de pura eternidad con la que iremos vislumbrando lo que suceda en el conjunto. Demos un paseo y meditemos con valor.
Nos paramos a reflexionar un tanto con ilusión y entusiasmo. Así, luce el día desde el primer momento, y es, en él, todo factible por la confianza que nos implica con resortes de grandeza. Superaremos los emblemas, que son siempre significativos guías. Hemos hallado todas las respuestas en un instante de ponderación y de vuelo alto, que hay que tenerlo. Apostemos por la gracia de enseñarnos con contento. Todo, y todos, nos aportan algo.
Nos miramos en los buenos eventos, y, sin habernos visto antes, nos reconocemos de algún modo. Nos preñamos de fe en nosotros mismos. Nos atraemos con entereza. Abrazamos las figuraciones que, por esenciales y valiosas, convertimos en realidad. Aquí hay una base magnífica.
Hemos de abundar con impresiones y empatías de querencias singulares. Nos hemos de colocar en ese punto de inflexión para mejor que tanto anhelamos. Ganaremos. Nos conseguiremos con cautelas y con devociones a partes desiguales. Nos propondremos calma, y con ella avanzaremos.
Vamos. Los aires quebrados se unen ya en esta tarde para contarnos aquello en lo que han de creer, y nosotros con ellos. Pensemos en la estima que nos tenemos. La base es fuerte y flexible con paralelismos hacia el porvenir.
Las canciones de toda una vida, recopiladas en la entrega de este encuentro dinámico, experimental y combinado, nos ofrecen la oportunidad soñada, y con seguridad la vamos a aprovechar. Nos favoreceremos con la propia actitud.
Lo percibo. Sientes, sentimos, de mil maneras diferentes, unívocamente también, que estás y estamos vivos, más que nunca, con trayectos útiles, en una senda de gozo, de placer y de inteligencia. Abordas la jornada con experiencia, pero, a la vez, como si fuera única, y, probablemente, por la postura lo sea. Ése es el trecho que hay que recorrer.
Paisanaje
Las tipologías nos han de llevar por sendas no cuantificadas en las que hemos de deleitarnos con el paisanaje. Nos dibujaremos las pretensiones con unas oportunidades hermosas. Lo especial aguarda.
Persigamos, en definitiva, las causas y endulcemos las consecuencias para dar con las cosechas más óptimas, que nos han de predecir las sintonías más geniales sin precipitaciones, indagando en los fundamentos para estrechar las ramas más estupendas y rutilantes. Nos hemos de colocar en los puntos de no fricción.
Los sueños han de ser los puntos de partida de obras extraordinarias. Nos hemos de enseñar. Nos fortaleceremos. Son, éstas, más que sensaciones.