Irlanda, con sus espectaculares paisajes y su dramática historia, es el lugar perfecto para ambientar una novela atrapante. George Bernard Shaw dijo una vez que la «belleza de Irlanda» ofrecía una perspectiva única, y las grandes novelas creadas en la isla esmeralda a lo largo del tiempo parecen darle la razón.
Para aquellos que tengan pensado visitar Irlanda en un futuro cercano y quieran descubrir los paisajes que han inspirado a los grandes escritores del país, presentamos un recorrido literario de seis etapas por el país.
Dublín (Dublineses)
Empezaremos el tour en la capital, lugar de nacimiento de uno de los mejores escritores irlandeses de todos los tiempos: James Joyce. Aunque novelas como Ulises o Finnegan’s Wake han tenido una gran repercusión en el mundo literario, la obra de Joyce que mejor capta la esencia de la vida en la ciudad a principios del siglo veinte es Dublineses.
La Dublín actual es muy diferente de la Dublín de Joyce: de hecho, la rápida urbanización es uno de los temas principales de la novela. Sin embargo, al leerla, uno percibe la misma ciudad oscura y lluviosa que percibiríamos si la visitáramos hoy en día. También se aprecia la riqueza de los personajes y el sentido del humor que reina en la ciudad y que hacen que la novela sea tan buena.
Condado de Wexford (Brooklyn y El mar)
Si tomamos la carretera de la costa M11 en dirección sur nos plantaremos en cuestión de dos horas en el condado de Wexford, escenario de la obra maestra de John Banville, El mar, galardonada con el Premio Man Booker en 2005. La novela se centra en un historiador del arte que vuelve al hogar de su infancia, y sus observaciones de la belleza de la zona calarán hondo en los viajeros que la visiten y caminen por sus tierras o respiren la brisa marina.
El condado de Wexford es también la tierra de Eilis Lacey, la protagonista de Brooklyn, la premiada novela de Colm Tóibin. Como el personaje de Banville, Eilis empieza a valorar la belleza de su lugar de nacimiento tras pasar un tiempo en el extranjero, lo cual le plantea un dilema que le cambiará la vida.
Limerick (Las cenizas de Ángela)
Limerick es actualmente un lugar totalmente diferente al descrito por Frank McCourt en Las cenizas de Ángela, un libro de memorias centrado en la pobreza que azotó la ciudad en los años treinta. El escritor irlandés describe su dura niñez en las calles grises y lluviosas de Limerick, en las que los niños vestían harapos y en las que tener un plato de comida caliente era como ganar la lotería irlandesa.
Casi un siglo después, la ciudad es una urbe dinámica con una importante oferta turística. Pasear por su precioso barrio medieval y sus calles georgianas es toda una delicia, y su oferta de ocio nocturna incluye pubs antiguos como el South’s Bar, en O’Connell Avenue, donde el padre de McCourt se gastaba en cerveza los ahorros de la familia.
West Cork (Falling for a Dancer)
Qué mejor excusa para visitar la preciosa península de Beara que contemplar las mismas vistas de las que se enamoró Elizabeth Sullivan, la protagonista de Falling for a Dancer, de Deirdre Purcell.
La novela relata una historia de amor ambientada en los años treinta y trata el drama de las madres solteras y de los embarazos no deseados, dos temas tabú en la época.
Una visita a West Cork nos permitirá disfrutar del mar y de las montañas que sirvieron de telón de fondo para la excelente novela de Purcell.
Tipperary (The Spinning Heart)
Esta fascinante novela de Donal Ryan relata diferentes historias de una sociedad que lucha por salir a flote tras la crisis bancaria de 2008. Tipperary es el escenario perfecto, con sus espectaculares laderas y lagos, que Ryan usa hábilmente como metáfora de los sentimientos de unos personajes que se sienten atrapados.
Tipperary, a medio camino entre Wexford y Limerick, es un buen ejemplo de una pequeña ciudad irlandesa rodeada por campos. Ubicada en el condado del mismo nombre, está a tiro de piedra de la Roca de Cashel (donde se coronó Brian Boru, el último Rey Supremo de Irlanda) y muy próxima al lago Derg, el tercero más grande del país. Estos dos impresionantes emplazamientos naturales nos darán una idea de lo que describe Ryan en su novela.
Sligo (Gente normal)
Para la última etapa del tour debemos viajar al norte del país. Sligo sirve de inspiración para la ciudad ficticia de Carricklea en la novela Gente normal de Sally Rooney, que narra los altibajos de la relación de dos estudiantes.
El libro tuvo tanto éxito que fue llevado a la gran pantalla. En la película pueden verse dos lugares muy pintorescos próximos a Sligo, como son el pueblo de Tobercurry y la playa de Streedagh, así como lugares tan emblemáticos de la ciudad como la iglesia de San Juan Evangelista y el Brennan’s Bar.
Los que necesiten una excusa para volver a Dublín lo tienen fácil, ya que parte de la novela está ambientada en la capital: los dos personajes principales, Marianne y Connell, hacen cada uno su vida en el Trinity College, del que aparecen el teatro Robert Emmet, la plaza principal y los campos de críquet.
Quiero volver a Irlanda, solamente estuve en Dublín y me encantó