Resaca: cuando el cuerpo dice basta

Una vez que ingerimos alcohol, drogas o fármacos para potenciar nuestra muestra de alegría y desenfreno en las fiestas navideñas, podríamos experimentar en mayor o menor medida, un estado incómodo en las horas posteriores a la fiesta. En ese estado, llamado popularmente resaca, suceden diversas reacciones fisiológicas y neuroquímicas que han tenido lugar mientras nos lo pasábamos bien.

A diferencia del café y el tabaco, el alcohol modifica la personalidad de quien lo consume en exceso y afecta de forma importante su conciencia. El peligro del alcoholismo está presente por igual en todas las personas, aunque el conocimiento de este tóxico puede contribuir a evitar que se caiga en sus redes. La adolescencia es una etapa difícil del desarrollo, donde se pueden favorecer las conductas de consumo de alcohol, ya sea por la reafirmación de la independencia, la virilidad, la libertad en la toma de decisiones, la creencia de determinados mitos o la imitación a los adultos. En la edad madura, la ingesta de alcohol hace el mismo daño que en la adolescencia e incluso más si hablamos de enfermedades crónicas que ya se pueden padecer.

La llamada resaca se produce pasadas las horas de haber ingerido alcohol y es directamente proporcional al estado del individuo, a su tolerancia al alcohol y a la eliminación del etanol.

La mayor parte de la eliminación de este se produce por metabolismo, pero existe un escaso porcentaje de etanol que es eliminado, sin sufrir transformación alguna, mediante su incorporación a la orina, las heces, el sudor y el aire exhalado. De hecho, para las dosis y concentraciones de etanol consumidas habitualmente, sólo el 1% de la eliminación está ligada a factores no metabólicos.

alcohol Resaca: cuando el cuerpo dice basta

Existe una gran variabilidad en las velocidades y tasas de eliminación de etanol entre diferentes sujetos, pero se suele considerar que la media de la población elimina entre 10 y 20 Mg. de etanol por cada 100 ml de sangre y hora. En esta velocidad no parece que la edad o el sexo sean factores determinantes, pero sí parece serlo la asiduidad de los episodios de bebida, ya que conforme aumenta esta aumenta también la capacidad metabólica y de eliminación del etanol.

Finalmente, existen otros factores que pueden alterar la eliminación del etanol. Estos, son:

1. Factores genéticos, como la existencia de diferentes polimorfismos dependientes de la expresión diferencial de los alelos que codifican la síntesis de los enzimas capaces de degradar el etanol.

2. El consumo de azúcares como la fructosa pueden incrementar la desaparición del etanol. Este efecto parece depender de cambios en la velocidad máxima de la ADH, aunque sin modificación de su Km. Este efecto de la fructosa se ha intentado utilizar como una forma de disminuir la intoxicación etílica en pacientes cuya vida pueda correr peligro por dicha causa, pero no parece ser lo suficientemente potente.

3. La capacidad metabólica de bebedores habituales parece ser mayor que la de personas con un menor contacto con esta sustancia.

4. El uso de contraceptivos orales reduce la eliminación del etanol hasta en un 20% así como otros fármacos, paracetamol, ácido acetilsalicílico, acetona, drogas, cocaína, opiáceos, entre otras sustancias.

5. Los fumadores de tabaco (con un consumo superior a 20-25 cigarrillos por día) presentan una mayor velocidad de desaparición del etanol.

Entre los síntomas principales de la resaca se encuentra el dolor de cabeza o la sensación de mareo (como si se fuera en un barco); náuseas, fatiga, sensibilidad a la luz o al sonido, latidos cardíacos, depresión o tristeza, ansiedad o irritabilidad, entre otros.

Si se desea prevenir este estado resacoso se debe ingerir lentamente alcohol de forma moderada y siempre con el estómago lleno. Las mujeres no deben ingerir más de un vaso al día y los hombres no más de dos. Aunque existen consejos acerca de la ingesta de determinados nutrientes para evitar la resaca ni la fruta ni la miel ni el café impedirán si han bebido más de un litro de alcohol que su estado sea bueno.

Beber mucha agua, tomar bebidas isotónicas y descansar será la única forma de recuperar el estado normal de la conciencia y sobre todo, de la sensación de control perdida durante la ingesta de alcohol. Tomar algún analgésico si no se puede controlar el dolor de cabeza y sobre todo, dormir, es la única forma de recuperarse en ocho o diez horas, aunque en algunas personas con tolerancia baja al alcohol pueda durar este estado cerca de dos días.

Los llamados kits antiresaca no están recomendados por la comunidad ni médico ni farmacéutica sobre todo cuando el usuario que ha bebido alcohol conscientemente introduce entre bebida y bebida medicamentos para paliarla. Estos fármacos pueden interferir con los tratamientos crónicos que la persona tiene pautadas, produciendo una interacción entre medicamentos que puede reducir los efectos de uno de ellos, potenciarlos o derivar en efectos negativos para el cuerpo. De igual forma pueden producir alergias y otros efectos nocivos para la salud.

Si va a beber, debe saber que la acción psicofisiológica y farmacodinámica del alcohol es fundamentalmente depresiva, por la reducción de la transmisión sináptica en el sistema nervioso humano. Es un hecho conocido que el consumo excesivo de alcohol causa una disfunción aguda y crónica del cerebro, produciendo trastornos en el sistema nervioso central, presentando alteraciones en la memoria y en las funciones intelectuales como cálculo, comprensión y aprendizaje. A nivel hepático tiene lugar, en su mayoría, el metabolismo del alcohol, produciéndose un hígado graso alcohólico, aumentando el tamaño, terminando en necrosis e inflamación grave del hígado; esto se llama hepatitis alcohólica, y si se sigue consumiendo alcohol se desarrollará la cirrosis.

El alcohol también ha estado relacionado con alteraciones del miocardio; se ha constatado en animales de experimentación sanos que tanto la velocidad de contracción del músculo cardiaco y su máxima tensión disminuyen en presencia del alcohol, como consecuencia, la fuerza de cada contracción y el aumento de presión en el ventrículo izquierdo son menores, perdiendo eficacia el corazón como bomba.

Ahora es su turno, elija cómo quiere celebrar las fiestas y cómo debe solucionar la resaca cuando esta aparezca. Ningún consumo es bueno para la salud, ni siquiera esa publicidad que aconseja el consumo moderado de vino o cerveza. Si quiere no tener consecuencias complejas absténgase de beber y si tiene enfermedades crónicas, ha pasado un cáncer o tiene un estado delicado de salud, es aconsejable que ni se lo plantee.

Ana De Luis Otero
PhD, Doctora C.C. Información - Periodista - Editora Adjunta de Periodistas en Español - Directora Prensa Social- Máster en Dirección Comercial y Marketing - Exdirectora del diario Qué Dicen - Divulgadora Científica - Profesora Universitaria C.C. de la Información - Fotógrafo - Comprometida con la Discapacidad y la Dependencia. Secretaria General del Consejo Español para la Discapacidad y Dependencia CEDDD.org Presidenta y Fundadora de D.O.C.E. (Discapacitados Otros Ciegos de España) (Baja Visión y enfermedades congénitas que causan Ceguera Legal) asociaciondoce.com - Miembro Consejo Asesor de la Fundación Juan José López-Ibor -fundacionlopezibor.es/quienes-somos/consejo-asesor - Miembro del Comité Asesor de Ética Asistencial Eulen Servicios Sociosanitarios - sociosanitarios.eulen.com/quienes-somos/comite-etica-asistencial - Miembro de The International Media Conferences on Human Rights (United Nations, Switzerland) - Libros: Coautora del libro El Cerebro Religioso junto a la Profesora María Inés López-Ibor. Editorial El País Colección Neurociencia y Psicología https://colecciones.elpais.com/literatura/62-neurociencia-psicologia.html / Autora del Libro Fotografía Social.- Editorial Anaya / Consultora de Comunicación Médica. www.consultoriadecomunicacion.com Actualmente escribo La makila de avellano (poemario) y una novela titulada La Sopa Boba. Contacto Periodistas en Español: [email protected]

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