Los países en desarrollo pierden cada año al menos 100 000 millones de dólares por la elusión fiscal de grandes empresas
La confederación internacional Oxfam, integrada por 19 organizaciones no gubernamentales, confirmó en su último informe que ocho personas en el mundo acaparan la misma riqueza que 3600 millones de habitantes del planeta, con lo cual continúa “imparable” la concentración de la riqueza en el mundo, informa Andes.
El Distrito Federal está rodeado por un inmenso cinturón de viviendas insalubres.Al respecto, Winnie Byanyima, directora ejecutiva de Oxfam Internacional, afirmó que “es obsceno el hecho de que tanta riqueza permanezca en manos de tan pocos cuando una de cada diez personas sobreviven con menos de 2 dólares al día. La desigualdad mantiene a cientos de millones en la pobreza, afecta las sociedades y socava la democracia”.
El análisis de Oxfam, titulado ‘Una economía para el 99 %’ revela que una tercera parte del patrimonio de los milmillonarios tiene su origen en la riqueza heredada, mientras que el 43 % está vinculada a relaciones clientelares. En tanto, señala que la concentración de la riqueza «continúa imparable», y desde 2015 el 1 % más rico de la población mundial posee más riqueza que el resto del planeta.
Tras la difusión del documento, el canciller de Ecuador, Guillaume Long, escribió en Twitter: «Gran capital y puñado de superricos logran evadir pago de impuestos, profundizando así crisis global de desigualdad».
Oxfam indica que mientras la desigualdad se acrecienta y la gran mayoría de los ciudadanos del mundo están quedando al margen de la reactivación del crecimiento económico, las grandes empresas están al servicio de los que más tienen.
Según las estadísticas, durante los próximos 20 años, 500 personas legarán 2,1 billones de dólares a sus herederos, una suma que supera el Producto Interno Bruto de la India, un país con una población de 1300 millones de personas.
Los ingresos del 10 % más pobre de la población mundial han aumentado menos de 3 dólares al año entre 1988 y 2011, mientras que los del 1 % más rico se han incrementado 182 veces más.
La fuente precisa que en los países pobres el panorama es igualmente complejo y no menos preocupante, aun cuando cientos de millones de personas han salido de la pobreza en las últimas décadas, porque todavía una de cada nueve personas sigue pasando hambre.
Sin embargo, los recursos existentes permitirían eliminar tres cuartas partes de la pobreza extrema si se incrementase la recaudación fiscal y se recortase el gasto militar y otros gastos igualmente regresivos.
Dualidad acentuada
Las prácticas de las grandes empresas y los más ricos, de evasión y elusión fiscal, están acentuando la crisis de desigualdad extrema, según Oxfam.
Expone que el modelo de economía globalizada ha beneficiado principalmente a las personas más ricas, pero en los últimos 25 años el 1 % más rico de la población ha percibido más ingresos que el 50 % más pobre de la población mundial en su conjunto.
Asegura que a las grandes empresas les fue bien en 2015 y 2016, con resultados muy positivos para la gran mayoría de ellas, incluso, en 2015, las diez mayores empresas del mundo obtuvieron una facturación superior a los ingresos públicos de 180 países juntos.
“Las grandes empresas también han optado por un modelo de maximización de sus beneficios a costa de tributar lo menos posible, utilizando paraísos fiscales, sacando provecho de tipos impositivos cada vez más bajos o logrando que los países compitan agresivamente entre sí para ofrecerles privilegios fiscales”, asegura el estudio.
Apunta que la rebaja en los tipos nominales del impuesto de sociedades se está convirtiendo también en una tendencia generalizada, lo cual, unido a las técnicas de evasión y elusión fiscal tan extendidas, hace que muchas grandes empresas reduzcan su contribución fiscal a mínimos.
“Los países en desarrollo pierden cada año al menos 100 000 millones de dólares como consecuencia de la evasión y elusión fiscal de grandes empresas a través de paraísos fiscales y dejan de ingresar miles de millones de dólares por ofrecer exenciones y exoneraciones fiscales improductivas e ineficientes”, asegura Oxfam.
Advierte que esta sangría de recursos afecta sobre todo a los más pobres, que dependen en mayor medida de los servicios públicos en los que podrían invertirse todos estos recursos fugados, tal es el caso de Kenya, que pierde 1100 millones de dólares anuales en concepto de exenciones fiscales, una cifra que prácticamente duplica su presupuesto de inversión en salud, en un país donde la probabilidad de que las madres mueran durante el parto es de uno entre 40.
En el informe se señala que este comportamiento de las grandes corporaciones se produce por dos razones, primero se está priorizando la rentabilidad a corto plazo de los accionistas e inversores y, en segundo lugar, la creciente prevalencia del “capitalismo clientelar”.
Respecto al capitalismo clientelar señala que beneficia a los dueños del capital y a quienes están al mando de estas grandes corporaciones, en detrimento del bien común y la reducción de la pobreza: “Necesitamos construir juntos un nuevo consenso y dar la vuelta a esta situación para diseñar un modelo económico cuyo principal propósito sea estar al servicio del 99 % de la población, no de los intereses del 1 % más rico”, advierte.