Esoterismo y superchería en primera persona
Roberto Arlt es un autor argentino con el que nos hemos topado frecuentemente en los escritos de Jorge Luis Borges, Julio Cortázar o Roberto Bolaño, por citar solamente tres de mis predilectos.
Roberto Arlt, autor de culto para argentinos cultivados y en alguna medida curiosidad literaria para lectores en castellano, vivió poco (1900-1942) pero intensamente, escribió mucho para comer y menos de lo que le habría gustado, deambuló por redacciones y editoriales cuando el siglo XX avanzaba hacia la segunda gran conflagración mundial (pese a que a los argentinos esa guerra les cayera muy lejos) y colocó en primer plano de la crónica social local una serie de personajes “auténticos”, figuras del paisaje bonaerense de los años del tango (equivalentes a los locos años de esta otra parte del mundo, regados con ragtime), que hace poco han resucitado dos grandes de la creación argentina, Juan “Tata” Cedrón y Walter Santana, en el espectáculo “Orejitas perfumadas, una obra en la que “ofrecen a los personajes de Arlt el desahogo de un bailongo de barrio, donde la entrada vale un peso y da derecho a abrazar dulcemente a una muchacha” (Hilda Cabrera en Página 12). Nuestro país es una fábrica de angustia, dice el “Tata”, “en la época de Arlt no se usaba el término depresión, sí se entendía en cambio qué era la tristeza”.
En Las ciencias ocultas en la ciudad de Buenos Aires, ensayo de juventud, recopilación de artículos publicados en periódicos, Roberto Arlt cuenta su particular peripecia por las logias y los centros teosóficos de la ciudad donde se improvisaba sobre el ocultismo “espiritualista” y casi mágico propugnado por la señora Helena Blavastky, quien se hizo de oro vendiendo en todo el mundo su único libro de éxito, La doctrina secreta, pese a que para entonces ya la habían calificado de impostora las más importantes sociedades teosóficas y “psíquicas” occidentales.
Roberto Arlt entró en los círculos escogidos de los practicantes pero sobre todo leyó mucho sobre la materia; de ahí que la mayor importancia de esta pequeña investigación llevada a cabo por Arlt en su recorrido por los lugares y las personas afiliadas a una moda que recorrió los círculos culturales y sociales occidentales -y que se reclamaba heredera directa de las grandes filosofías/religiones orientales (budismo, brahamnismo, hinduismo, iluminismo…)-, sea el exhaustivo elenco de autores e “iluminados” que proporciona en sus más que abundantes notas a pie de página, lo que evidentemente complica la lectura pero engrosa la cultura del lector.
También cuenta su profunda decepción al final del recorrido, utilizando un léxico sin contemplaciones: superchería, obcecación, hipocresía… Arlt recorre un submundo “poblado por embaucadores e iluminados” y al final se siente decepcionado; en ningún momento explicita qué esperaba encontrar pero está claro que detrás de la búsqueda de “algo más” se escondía el sempiterno anhelo humano de penetrar en el “más allá”.
Las ciencias ocultas en la ciudad de Buenos Aires es, sobre todo, un libro curioso de uno de los más extraños escritores de su generación, “cuyo universo es a la vez realista, fantástico y burlesco”. Hijo de un inmigrante prusiano y una italiana, Roberto Godofredo Christopersen Arlt nació en Buenos Aires el 2 de abril de 1900 y murió en la misma ciudad, el 26 de julio de 1942, de un ataque cardíaco. A pesar de su tortuosa infancia y sus escasos estudios, en 1921 publicaría Diario de un morfinómano, primera novela extraviada para siempre, y en 1926 El juguete rabioso, considerado como el nacimiento de la literatura urbana argentina.
Para entonces, Arlt escribía también en los periódicos Crítica y El Mundo sus columnas diarias, Aguafuertes porteñas, que se convertirían con los años en un clásico de la literatura argentina. Además de las obras citadas, publicó las novelas Los siete locos y su continuación, Los lanzallamas, díptico que se considera su obra maestra, donde abre la puerta a la galería de personajes marginales que le acompañarían para siempre (“turbamulta de emigrantes y de logreros, de rufianes y de vendedores de humo, de amores de vuelta amarga y de añoranzas fanáticas”, prólogo de los editores Marcos Fernández y Gastón Segura); y también El amor brujo, bastante teatro y este curioso ensayo, Las ciencias ocultas en la ciudad de Buenos Aires.
El lenguaje de Arlt -novelista, cuentista, dramaturgo, periodista e inventor, protagonista de muchas tesis doctorales con una plaza en la capital argentina- se ha definido como “un híbrido entre el español tradicional y el argot (¿lunfardo?) de Buenos Aires”.
- Editorial Drácena
Madrid, 2015
ISBN 978-84-941752-2-0
92 páginas, 11,95€
Soy muy fan de Roberto Arlt y desconocía esta obra suya. Muchas gracias Mercedes Arancibia y Editorial Drácena por descubrírmela.
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