Saif al-Islam Gadafi, el hijo mayor de la segunda esposa de Muamar el-Gadafi y segundo de los ocho del fallecido dictador libio, buscado por el Tribunal Penal Internacional, presentó el 14 de noviembre de 2021, ante la Alta Comisión Electoral, su candidatura a la elección presidencial, la primera en la historia del país, prevista para el próximo 24 de diciembre, en medio de un clima de contestación del gobierno.
Según la información publicada en el diario francés Libération, Saif al-Islam, de 49 años, acompañado de su abogado, firmó los documentos de la candidatura, pronunció unos versos del Corán y, dirigiéndose a los funcionarios presentes, acabó con la fórmula «Que Dios os bendiga».
Tras la muerte de su padre en agosto de 2011 (cuando la insurrección armada tomó la capital, Trípoli, el dictador huyó tras cuarenta y un años de poder absoluto, y poco después fue capturado, linchado y asesinado cerca de Siria), Saif al-Islam fue capturado por un grupo armado en noviembre de aquel año en Zintan (noroeste de Libia), que se negó a entregarle al Tribunal Penal Internacional que había dictado una orden de busca y captura.
En 2015 fue condenado a muerte en un juicio sumarísimo, pero en 2017 quedó en libertad y desde entonces se perdió su rastro hasta que el pasado mes de julio concedió una entrevista al diario estadounidense New York Time «desde un lugar indeterminado en las colinas del noroeste de Libia», en la que no descartaba intentar encontrar un lugar en el juego político.
Fadi Abdallah, portavoz del Tribunal penal Internacional, ha declarado al canal Libya al-Ahrar que «la situación de Saif al-Islam Gadafi no ha cambiado. Según la orden emitida en 2011 sigue estando en busca y captura».
Nacido el 25 de junio de 1972 en Trípoli, Saif al-Islam estudió en Viena y Londres, habla inglés y alemán y se defiende en francés. Ocupó un lugar importante junto a su padre y, aunque carecía de nombramiento oficial alguno, representó a Libia en distintas ocasiones, en negociaciones internacionales. Según la información del diario francés, en 2000 presentó un proyecto de modernización de Libia, muchos de cuyos habitantes seguían rigiéndose por las normas tribales. (Recordemos que el propio presidente Gadafi pasaba gran parte de su tiempo viviendo en tiendas plantadas en el desierto y que incluso las llevaba consigo cuando efectuaba viajes oficiales; a veces dormía en los jardines de los palacios y otras residencias de monarcas y gobernantes europeos).
Partidario de la apertura del país a los medios de comunicación privados, en 2007 Saif al-Islam creó el primer canal privado libio de televisión, así como los dos primeros periódicos privados, y dos años después anunció su retirada de la política.
Fue el 27 de junio de 2011 cuando el Tribunal Penal Internacional emitió la orden de detención contra Saif al-Islam –y también contra el jefe de los servicios de inteligencia de la dictadura, Abadla al-Sanussi-, por crímenes de lesa humanidad (asesinato y persecución). Las autoridades libias del momento se negaron a entregarlo, aduciendo que debía ser juzgado en Libia y remitieron su caso a la Sala de Acusación, junto con los de otros 36 acusados de delitos relacionados con el conflicto armado (detenciones arbitrarias, tortura, malos tratos y desapariciones forzadas) que acabó con la huida del dictador y su posterior captura y muerte.