Simenon, 25 aniversario de su muerte

La novela policiaca a la francesa

George-Simenon Simenon, 25 aniversario de su muerteEl 4 de septiembre de 2014 se han cumplido 25 años de la muerte del escritor belga George Simenon, el padre del comisario Maigret, uno de los grandes clásicos de la literatura policíaca del siglo XX. Tres meses antes, en junio, la venta de sus obras alcanzaba la cifra de 550 millones de ejemplares, en todo el mundo y prácticamente en todas las lenguas.

Georges Simenon nació en Lieja en 1903 y murió en Lausanne en 1989. Su vida comienza con un equívoco porque pese a haber nacido el 13 de febrero su madre, supersticiosa, exigió que en la partida de nacimiento figurara el día 12. De empleado de una librería local saltó al periodismo en La Gazette de Liège donde, con el pseudónimo Monsieur le Coq firmaba una columna diaria titulada Hors du poulailler. Au Pont des Arches, que en 1921 se convertiría en el título de su primera obra publicada.

Después, y con distintos pseudónimos, publicó varios libros de carácter gastronómico. Instalado en París, empezó a producir a toda marcha una serie de cuentos, relatos cortos y novelas, entre ellas El tren nocturno (Le train de nuit) donde aparece por primera vez Maigret quien, a partir de entonces, se convierte en el personaje central de toda la obra de Simenon, en el protagonista indiscutible de 75 novelas policiacas y 28 cuentos. Todos best-sellers.

De aquellos años de sus comienzos, cuando escribía por encargo una literatura muy popular, aseguraba más tarde que era un trabajo artesanal como el de un carpintero o un obrero, pero también un pintor o un escultor: “Era un fabricante, un artesano. Como un artesano pasaba cada semana a recoger los encargos de esos industriales que son los editores de novelas populares. –recordaba en 1945, en una conferencia en Nueva York- Y como un auténtico artesano llegaba a calcular el coste de mi trabajo de acuerdo con el rendimiento horario”.

Acusado si no de colaboracionista al menos de “tibio” en relación con la ocupación nazi (su hermano Christian se puso al servicio de los alemanes, fue condenado a muerte al finalizar la guerra, consiguió huir enrolándose en la legión extranjera y murió en Indochina en 1947), entre 1945 y 1955 Simenon se “exilió” en Estados Unidos, regresando después a Europa e instalándose definitivamente en Suiza, donde acabó sus días.

portada_maigret_et_m_charles Simenon, 25 aniversario de su muerteEn 1972, tras publicar Maigret et Monsieur Charles, decidió dejar de escribir pero se compró un magnetófono en el que fue dejando constancia de sus reflexiones, publicadas en 21 volúmenes con el nombre de Dictados (Dictées). Con una aparente indiferencia, sus mejores novelas y la serie de Maigret (300 títulos en 34 años) bosquejan un cuadro realista de la sociedad de su tiempo, en el que priman los aspectos psicológicos de los personajes. Su mayor mérito fue el de contar historias, inventar personajes, crear ambientes en sintonía con la sensibilidad y las experiencias de la “gente normal”, lo que le proporcionaba esa cercanía al lector que muy pocos escritores son capaces de conseguir. Sus personajes están hechos «a imagen y semejanza» de sus contemporáneos: el hombre del que habla es frágil y esta angustiado.

Según uno de sus biógrafos “hablar del acercamiento a Camus es de lo más pertinente: culpabilidad, dificultad para encontrar su lugar, soledad y extrañeza aparecen en filigrana en una obra modesta, donde no se dice nada pero se sugiere todo. En definitiva, es el hecho de estar en sintonía con el lector lo que proporciona universalidad a Georges Simenon”.

En todas las novelas, el protagonista atraviesa una crisis, pierde el contacto con la cotidianidad y se mueve en un mundo más o menos irreal, donde el crimen es menos importante que la pérdida de la señas de identidad, la falta de motivaciones sociales y familiares, dice el escritor Paul Mercier quien retoma una definición anterior de “Simenon como el novelista más freudiano del siglo XX”: “Sin la repercusión de los trabajos de Freud podríamos preguntarnos si las novelas de Simenon habían conseguido tanto éxito (…) en una novela popular de 1927, Un Monsieur libidineux (Un señor libidinoso), hace una parodia de una sesión de psicoanálisis. El espacio que los sueños tienen en la obra de Simenon y la concepción del espacio novelesco muestran hasta qué punto es profunda la influencia de Freud. A su manera, el novelista ha continuado la rivalidad entre el terapeuta y el poeta en la exploración de los procesos inconscientes” (Paul Mercier, Simenon et Freud).

Simenon y las mujeres

En una entrevista que le hizo el gran Federico Fellini, Simenon aseguraba haberse acostado con 10.000 mujeres; lo que, según un artículo publicado en 2009 en el diario belga La Derniére Heure, significaba una mujer diferente cada dos días y medio de su vida: “Simenon relativizó las cosas, precisando que en ese total se incluían unas 8000 profesionales del sexo. Se sabe que, con la bendición de las tres mujeres más importantes de su vida (Tigy, Denyse y Teresa), se concedía los favores de una prostituta cada vez que ponía la palabra Fin en una de sus novelas”.

simenon-baker Simenon, 25 aniversario de su muerteA un periodista de la televisión le explicaba que, muchas veces, su método de seducción consistía en abordar a alguna mujer, en el transcurso de una recepción, diciéndole simplemente: «Señora, me sentiría muy feliz si pudiera hacer el amor con usted». Y que, en ocasiones, funcionaba…

La más célebre de sus mujeres fue Josephine Baker. En 1925, Georges Simenon tenía 22 años, no era todavía un autor conocido pero sus muchas publicaciones le habían proporcionado una saneada cuenta bancaria que le permitió alquilar un apartamento en el corazón del París de los ricos: el 21 de la Place des Vosges. Su trabajo de crítico le llevó hasta el Folies Bergères donde se representaba un espectáculo de tres horas titulado Revue Négre, en el que la joven bailarina Josephine Baker parecía desnuda (aunque en realidad llevaba una malla completa de color carne). Simenon, quien estaba casado con la pintora Régine Renchon, llamada familiarmente Tigy, y tenía como amante a Boule, la mujer que limpiaba el apartamento de la pareja, se enamoró de la joven negra de 19 años, con la que mantuvo una relación que duró un año y medio.

El comisario Maigret

El comisario Jules Maigret es el protagonista de 75 novelas policiacas y 28 novelas cortas. Es un tipo imponente: ancho de espaldas, arisco y a veces inquietante, como su antepasado Hercules Poirot se toma su tiempo para resolver los casos. Su comida favorita es la “blanquette de veau” (una especie de estofado de ternera con zanahorias), fuma en pipa, tiene una estufa de carbón en el despacho, lleva un grueso abrigo con cuello de terciopelo y sus investigaciones, que recorren bistrots y brasseries cuyo ambiente se describe al detalle, se basan principalmente en el instinto y en la comprensión de la personalidad de los protagonistas.

El mundo de Maigret es la Francia que va de los años 1930 a 1960. Maigret bebe cerveza “no solo por motivos relacionados con el placer del paladar, sino también como señal de protesta, una forma de distinguirse, de imponer su ‘figura de origen popular, para marcar una cierta diferencia de clase” (Simenon-Simenon, blog italiano dedicado al escritor), aunque también bebe calvados, un vaso de vino blanco y, en su casa, un licor de ciruela que hace su cuñada.

El comisario está destinado en la policía judicial de París, su oficina se encuentra en el 36, Quai des Orfèvres, centro también de todo tipo de intrigas, y sus investigaciones recorren los cuatro puntos cardinales del París de aquellos años. Sin embargo, tanto en sus vacaciones como a causa de investigaciones, oficiales y privadas, Maigret viaja muchas veces desde el Norte de Francia hasta la Costa Azul e incluso a otros países (Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Bélgica y Suiza). Según los biógrafos de Simenon, la personalidad de Maigret está inspirada en dos auténticos comisarios parisinos, Marcel Guillaume y su sucesor Georges Massu.

Al día de hoy, Georges Simenon sigue siendo uno de los autores en lengua francesa más publicados y traducido (en tercer lugar, según la Unesco, después de Jules Verne y Alexandre Dumas) y el más leído de los escritores belgas: la totalidad de su prolífica obra se ha publicado en 44 países y en 55 lenguas, firmada con su nombre y con hasta 27 pseudónimos diferentes.

El cine ha usado sus argumentos hasta en 56 títulos de los que, por destacar algunos, recordamos el primero, La Nuit du Carrefour, película dirigida por Jean Renoir en 1932; La mort de Belle (1962) de Edouard Molinaro, Le chat, con Jean Gabin y Simone Signoret en 1971, Le train, con Romy Schneider y Jean-Louis Trintignant en 1973, Equateur, con Serge Gainsbourg en 1983, Betty, de Claude Chabrol en 1992, y la última, Feux Rouges, de Cedric Khan en 2004.

Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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