El gobierno de Siria presentó este miércoles al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) pruebas que vinculan a los opositores armados con el ataque químico de hace una semana en la localidad de Ghouta, en las afueras de Damasco, por el que murieron cientos de personas, informa Telesur.
El viceministro sirio de Asuntos Exteriores, Faisal Miqdad, confirmó a periodistas que mantuvo conversaciones con funcionarios del organismo multiestatal y que le entregaron los documentos que prueban la autoría de los ataques.
«Hemos entregado a Naciones Unidas todas las pruebas y documentos que muestran que fue la oposición, no el Estado, la que utilizó armas químicas», apuntó Miqdad, quien también recordó que “el gobierno sirio nunca usaría armas químicas contra su pueblo en caso de que las tuviéramos».
Medios locales en Siria detallaron que el sábado una unidad del Ejército sirio irrumpió en un almacén situado en el barrio de Jobar, en Damasco (capital), donde encontró barriles de gas tóxico con una etiqueta en la que se especificaba que eran de fabricación saudí.
En ese mismo lugar, un gran número de máscaras y medicamentos utilizados para contrarrestar productos químicos fueron hallados, y estos pertenecían a empresas y compañías farmacéuticas de Qatar y Alemania.
Una misión de la ONU se encuentra actualmente en Siria, donde continuarán hasta el sábado, para investigar varios casos de supuestos ataques químicos, de los que se desconoce la autoría y por los cuales varias naciones de Occidente han acusado de inmediato al gobierno sirio y han pedido una intervención militar en la nación árabe.
Los expertos en armas químicas visitaron los suburbios de Zamalka y Yobar, en la periferia de la capital, para reunir testimonios y muestras del supuesto ataque. Dicho equipo estuvo el lunes en Al Muadamiya y fue disparado por francotiradores. Esta localidad está tomada en su totalidad por los grupos armados.
El Gobierno sirio ha negado en reiteradas ocasiones el uso de armas químicas contra la población, si bien Estados Unidos, Reino Unido y Francia, además de otros países aliados están convencidos de la responsabilidad de Damasco y han amenazado con lanzar una intervención militar, pasando por alto el hecho de que la oposición armada siria ha reconocido tener en su poder y haber usado armas químicas.
Pese a la presión de los gobiernos de Occidente, la ONU instó al diálogo y a agotar todas las medidas diplomáticas, además de reiterar que la misión del organismo multiestatal necesita tiempo para concluir su investigación sobre el presunto ataque y poder analizar los hallazgos y dar con los culpables.
El ministro sirio de Exteriores, Walid al Mualem, retó el martes a las naciones que acusan al gobierno de Bashar al Assad de usar este tipo de armas a que presentaran las pruebas. “Occidente aún no presenta pruebas sobre el uso de armas químicas por parte de nuestro Ejército, además, son los rebeldes armados los que tienen acceso a las armas químicas”, agregó Muallem.
Siria es escenario de un conflicto interno que estalló en marzo de 2011 en el que opositores armados han combatido contra el gobierno de Bashar al Assad. Informes demuestran que un alto número de mercenarios extranjeros participa en este conflicto. Cifras oficiales de la ONU han confirmado que en ese conflicto han perdido la vida más de 93 mil personas.