Las tiendas de los Navajo en el campamento Oceti Sakowin de Standing Rock han sido quemadas para evitar profanaciones después de que el gobernador republicano de Dakota del Norte, Doug Burgum, emitiera la orden ejecutiva de desalojar con plazo hasta la tarde del 22 de febrero de 2017. La mayoría de los activistas se fueron voluntariamente el 24 de febrero y solo diez de ellos fueron arrestados alrededor del campamento por policías con equipo antidisturbios, informa Pressenza[1].
Darren Begay, quien estaba encargado de las viviendas de estilo Navajo en Oceti, le comunicó al canal de noticias Indigenous Rising Media que, cuando ya quedaba poco tiempo para que comenzara el desalojo forzado, pidió consejo a los ancianos de su tierra ancestral. Basándose en cómo ha actuado la policía en situaciones similares del pasado, en las que han destrozado y tirado a la basura objetos sagrados y han sido irrespetuosos con los tipis, los ancianos estuvieron de acuerdo en que lo mejor que se podía hacer con las viviendas sagradas era quemarlas, y así no permitir que los policías de Morton County y Dakota del Norte las profanaran.
“Quemar nuestras viviendas es un símbolo de nuestro respeto”, explicó Begay, “es un símbolo de respeto por el propósito al que han sido útiles durante los últimos meses. Han sido un espacio para rezar y reunir a las personas. Al quemarlas estamos ofreciendo ese humo como una plegaria. Al quemarlas, nos aseguramos de que estas viviendas se vayan con dignidad”.
Tom Goldtooth, director ejecutivo de la Red Medioambiental Indígena, publicó la siguiente declaración:
“el desalojo forzado de personas indígenas del campamento en Standing Rock es inaceptable. Es una violación agresiva e innecesaria al derecho constitucional de manifestarse pacíficamente y ejercer su libertad la expresión. Además, impidieron que continuara el proceso de limpiar el campamento y provocaron confusión y caos, lo que pone en riesgo al río Missouri de ser contaminado por escombros de construcción y de los campamentos.
El desalojo es la continuación de una práctica que el gobierno de Estados Unidos ha hecho por cientos de años. Desalojaban a la fuerza a las personas indígenas de sus propias tierras. Queremos pedirle a las personas que apoyan a los protectores del agua que sigan oponiendo resistencia frente a este abuso disfrazado, que organicen manifestaciones masivas, que involucren a más personas, que todos se enteren de las violaciones al Tratado con la Tribu Sioux de Standing Rock y el Consejo de las Siete Hogueras de la Gran Nación Sioux, y que sigan aumentando la capacidad de lucha y de organización de base para enfrentarnos al oleoducto Dakota Access.
No hemos perdido la esperanza. Que hayan clausurado el campamento no significa el fin del movimiento ni de nuestra lucha; significa un nuevo comienzo. No pueden extinguir el fuego que encendió Standing Rock. Arde dentro de cada uno de nosotros. Nos levantaremos, resistiremos y saldremos adelante. Estamos con el corazón y la mente junto a los protectores del agua que ahora están en la orilla del río Cannonball. Deseamos que todos estén bien”.
Notas:
- Traducido del inglés para Pressenza por Emilio Stanton
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