“Si tenemos que hacerlo, lo haremos. Sin tonterías, sin dar vueltas. Con toda la pureza y en una sola vez – Le Mans.”
The Man & Le Mans es un documental que retrata la pasión y obsesión del legendario actor Steve McQueen por las carreras sutomovilísticas de competición.
Dirigido por Gabriel Clarke (The Fight of Their Lives) y John McKenna (When Playboys Ruled the World), el documental presenta material de archivo y testimonios de primera mano sobre la historia del rodaje de «Le Mans» en 1971, y de cómo una de las estrellas más carismáticas de su generación persiguió su sueño hasta el final, un sueño por el que sacrificó otras cosas que quedaron por el camino.
En 1970, Steve McQueen era uno de los reyes de Hollywood. Tras el éxito de “El caso de Thomas Crown” (The Thomas Crown affair) y “Bullitt”, este amante del automovilismo creyó que había llegado el momento de hacer una película sobre su pasión y financió el rodaje de “le Mans”. Fue un rodaje desastroso que además encontró una enorme competencia en la película “Grand Prix”, rodada pocos años antes y ganadora de tres Oscar. Toda la aventura tuvo un resultado decepcionante.
Contando con la complicidad del hijo del actor, Chad McQueen, los dos realizadores han entrevistadio a diferentes actores y técnicos que de alguna manera participaron en la producción de «Le Mans», o conocieron intimamente al actor (fallecido a los 50 años en México, lugar al que acudió – como cuenta su viuda, Barbara, en el libro “La última milla”- en busca de un curandero para su mesotelioma (cáncer de pleura) provocado, según algunos biógrafos, por una prolongada exposición al amianto, ya que este material se encuentra en los trajes ignífugos usados por los pilotos de carreras. Otras fuentes, atribuyen la enfermedad de McQueen a distintos factores, que incluyen los mencionados trajes pero también sus trabajo de mecánico y estibador (antes de ser actor). Eso, como en todos los casos de cáncer, unido al tabaco (fumaba cuatro cajetillas diarias).
El documental es tanto una elegía del gran actor, cuyo destino estuvo íntimamente ligado al circuito de Le Mans, como el relato de un proyecto desastroso, una pesadilla según la definición de su primera esposa, Nelie, y su guionista preferido, ambos testigos de aquel rodaje en el que se sucedieron traiciones, droga, sexo, accidentes…, y que insisten en lo triste y doloroso que fue.
Pese a que todo parecía estar reunido para hacer de aquel rodaje una obra maestra, la falta de planificación, la ausencia de un guión definitivo, el desperdicio de metros y metros de película rodados sin orden ni objetivo, las peleas del actor con sus socios productores…
Todo contribuyó a que “Le Mans” fuera un fracaso y el retrato trágico de un hombre vanidoso y perfeccionista que atravesaba la tradicional crisis de la mediana edad.
“Igual que Brando, McQueen detestaba su fama de niño bonito”. Quizá por eso buscó, como Brando también, otras vías de escape lejos del estrellato hollywoodiense.