Es muy probable que el periodista del diario El Mundo, Eduardo Inda, quien probablemente esté muy a disgusto en su periódico desde que sabe que su anterior director, Pedro J. Ramírez, anda tras la creación de un nuevo rotativo ante la inminencia de la fusión de ABC y El Mundo, haya incrementado su bilis hacia Pablo Iglesias a medida que éste y su partido crecen en expectativas de voto. (Inda será de los que se vayan con Ramírez porque sus relaciones con el actual director no son precisamente las mejores. Hay listas que así lo indican, según cuentan los mentideros del oficio).
Esté o no esté Iglesias en el plató de La Sexta Noche, Inda no ceja en su empeño de intentar denigrar al líder de Podemos. En la última ocasión -con espacio extra de una hora para el infumable diputado Hernando-, a costa de La Tuerka. Quiso hacer creer Inda que el fundador y primer presentador de ese programa explota a quienes lo realizan con sueldos en negro de 500 euros. Íñigo Errejón supo darle respuesta con mucha mayor credibilidad que la que pueda tener o le queda al periodista cada vez que intenta esas denuncias inútilmente, pues La Tuerka no es una empresa con ánimo de lucro, ni sus profesionales persiguen lucrarse, algo que con toda seguridad don Eduardo no entiende.
Visto que una vez más no le salió verosímil la denuncia, don Eduardo pasó de Iglesias a su compañera Tania Sánchez, diputada de Izquierda Unida en la Asamblea de Madrid, a la que preguntó si habría una coalición entre su formación y Podemos. «Izquierda Unida está muy acostumbrada a la montaña rusa de las encuestas, que reflejan que no hay un momento de normalidad, hay excepcionalidad y la población no se encuentra cómoda en el relato que han creado los dos grandes partidos», respondió Sánchez. Enfatizó además la diputada que «a la gente le aterra pensar que esta crisis se va a prolongar durante una década y que sus hijos van a tener que emigrar porque no van a poder comer», por eso la «la sociedad quiere implicarse».
Una vez dada esa contestación, sin aclarar la posibilidad de esa coalición y con la educación y el sereno temple que caracterizan tanto a Tania como a Pablo Iglesias en los platós televisivos, el periodista del diario El Mundo se despachó con una frase que lo define mucho más que su sonrisa y le preguntó a Sánchez en inadmisible clave submachista, con la voz delgada y sinuosa propia de quienes abundan en desfachatado cinismo: «¿Por qué estás siempre enfadada?».
La respuesta se hizo esperar unos minutos -por aquello de los turnos de palabra-, pero la diputada acertó de pleno al darla sin el menor acaloramiento y en la adecuada sintonía que una impertinencia así merece: «Sé que te cuesta imaginar que haya mujeres que mantengamos una posición seria cuando las cosas son serias, pero te tienes que irte acostumbrando porque estamos en el siglo XXI y las mujeres no sonreímos para estar a tu servicio ni para agradarte». Inda tragó bilis, nuevamente.