Trabajadoras sin protección

Ileana Alamilla[1]

Recientemente se presentó en una conferencia de prensa un espacio de concertación entre organizaciones sociales, entidades del Estado e internacionales, que buscan coordinar y unificar esfuerzos, analizar y encontrar alternativas de solución a la problemática que viven las mujeres trabajadoras de Guatemala en el ámbito del trabajo doméstico, en la maquila, el campo, a domicilio, economía independiente, trabajadoras del sexo y vendedoras por catálogo.

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Estas trabajadoras no gozan de ninguna protección legal, no las ampara el Código de Trabajo, no tienen prestaciones, carecen de seguridad social y, encima, son despreciadas, estigmatizadas, sus aportes a la economía nacional no son tomados en cuenta, su situación personal no interesa y, por tanto, sus derechos humanos son permanentemente violentados a ciencia y paciencia de la institucionalidad del Estado y de la sociedad.

La Constitución Política de la República y el resto del entramado legal les pasa por encima.

Maritza Velásquez, de la Asociación de Trabajadoras del Hogar a Domicilio y de Maquila (Atrahdom), dijo que el objetivo principal de esa coalición es tratar temas como el trabajo decente, establecido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los principios y valores establecidos por las Naciones Unidas para las Mujeres, así como 14 compromisos, en el tema laboral, que se fundamentan en los acuerdos de paz.

Trabajo decente es aquel que es debidamente remunerado, con seguridad en el lugar de trabajo, con seguridad social y perspectivas de desarrollo, es decir, aquella actividad que le permita a la persona vivir en condiciones de dignidad. Este concepto ha sido ampliamente discutido y difundido, incorporado en varias legislaciones, incentivado por la OIT. El ministerio del ramo seguramente tendrá los datos y estadísticas de cuántas personas en nuestro país tienen un trabajo decente y probablemente no serán muchas. Pero hablar de reformar el Código de Trabajo en esta materia es como pretender abordar el tema de la reforma agraria. De inmediato surgen los miedos, saltan los prejuicios y empiezan las grillas y confabulaciones para evitar que los diputados tengan un tema más pendiente en la agenda legislativa.

Sin embargo, las defensoras de las mujeres en esta condición afirman que van a insistir en las reformas al Código Laboral a favor de las trabajadoras del campo y el trabajo doméstico.

Las trabajadoras de casa particular sobrellevan todos esos problemas, no tienen horario, carecen de prestaciones y eso no significa violar la ley, pues así está normado; la mayoría de las trabajadoras de la maquila no gozan de seguridad social, además de la gran incertidumbre en que se mantienen por las actitudes inescrupulosas de algunos empresarios que se declaran en quiebra y no les pagan sus salarios.

Se insistió en la llamada a las mujeres para denunciar la violencia, que no solo es sexual, sino también económica, cuando se vulneran sus derechos al desarrollo, a contar con un trabajo digno y a tener estabilidad laboral. ONU Mujeres, la Seprem, el IGSS y la Oficina Nacional de la Mujer participan en la concertación.

  1. Ileana Alamilla, periodista guatemalteca, fallecida en enero de 2018.

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