El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha resuelto este 31 de mayo 2022 que la detención en 2017 y 2018 del entonces presidente de Amnistía Internacional Turquía, Taner Kılıç, constituyó una violación de su derecho a la libertad y la seguridad (artículo 5, apartados 1, 3 y 5) y de su derecho a la libertad de expresión (artículo 10).
Tras esta sentencia, Amnistía Internacional ha reiterado un llamamiento a las autoridades turcas para que anulen el fallo condenatorio sin pruebas de Taner Kılıç, quien tendrá que pasar otros dos años y medio en prisión si se confirma la sentencia.
Taner Kılıç fue arrestado en junio de 2017 y permaneció en detención más de catorce meses. En julio de 2020 fue condenado a seis años y tres meses de prisión. La sentencia está pendiente ante el Tribunal de Casación, máxima instancia judicial de apelación en Turquía.
«Esta sentencia largamente esperada del Tribunal Europeo de Derechos Humanos confirma lo que ya sabemos desde el principio: que Taner Kılıç, defensor de los derechos humanos toda su vida, fue arbitrariamente privado de su libertad al ser recluido en una prisión de máxima seguridad por cargos falsos», ha afirmado Nils Muižnieks, director de Amnistía Internacional para Europa.
«A pesar de que en el juicio se demostró rotundamente que las acusaciones en su contra eran infundadas, el tribunal turco declaró culpable a Taner Kılıç, quien aún podría volver a prisión para cumplir el resto de su condena de motivación política. Esta mañana, el Tribunal Europeo ha confirmado que las autoridades turcas no tenían ningún ‘motivo para sospechar que Taner había cometido un delito’ que justificara su detención en espera de juicio y que en ningún momento se presentaron otras pruebas que justificaran su declaración de culpabilidad».
A pesar de la falta de pruebas, Taner Kılıç, abogado especializado en derechos de las personas refugiadas y expresidente de Amnistía Internacional Turquía —actualmente es su presidente honorario—, fue declarado culpable de «pertenencia a una organización terrorista».
«La sentencia de hoy brinda a las autoridades turcas un marco inequívoco y enfático para garantizar que no se violan más derechos humanos de Taner», ha dicho Nils Muižnieks.