El Fondo de la ONU para la Infancia, Unicef, ha solicitado 122 millones de dólares a la comunidad internacional para apoyar su respuesta humanitaria en Mozambique, Zimbabwe y Malawi, países en los que el número de aulas dañadas o destruidas por el ciclón Idai fue superior a las 3400, entre ellas 2713 en la provincia de Sofala, situada en la parte central de Mozambique.
Según Unicef, el paso del ciclón Idai por Mozambique a mediados de marzo dejó a más de 305 000 niños sin poder ir a la escuela, lo que podría tener consecuencias devastadoras para su educación, informa Naciones Unidas.
Algunos de estos centros escolares requieren amplias tareas de rehabilitación ya que fueron usados como refugios temporales de emergencia para las personas desplazadas por la tormenta.
El organismo de la ONU insta a sus aliados humanitarios a trabajar en común a fin de poner en marcha una serie de medidas como el establecimiento de centros de aprendizaje temporales para que los menores regresen a la escuela lo antes posible.
“Cualquier interrupción prolongada en el acceso al aprendizaje podría tener consecuencias devastadoras para los niños, tanto a corto como a largo plazo. La educación es esencial para ayudar a los menores a recuperar la sensación de normalidad después de un acontecimiento traumático como el gran ciclón, y es clave para su desarrollo y perspectivas a largo plazo”, destaca UNICEF.
En estos momentos, la matriculación de menores para la escuela secundaria es inferior al 20 %. A esta situación, se le ha de añadir que las tasas de deserción escolar podrían aumentar si las familias, cuyos bienes o medios de subsistencia se han visto afectados negativamente por el ciclón, se vieran obligadas a enviar a sus hijos a trabajar para llegar a fin de mes.
Los maestros, otro punto débil
Otro colectivo que se ha visto afectado por el paso del ciclón es el de los maestros. Por ese motivo, UNICEF propuso apoyarles financieramente a corto plazo para que puedan reconstruir sus vidas y no tengan que abandonar la enseñanza.
Esta situación ha motivado la petición de Unicef para que los países e instituciones donantes aporten un fondo inicial de 122 millones de dólares que servirán para apoyar la respuesta humanitaria a los afectados por el ciclón Idai en Mozambique, Zimbabwe y Malawi durante los próximos nueve meses.