Unidad del dolor: la gran apuesta de las enfermedades crónicas

Actualmente gracias a las unidades del dolor, nos encontramos con un área que puede ayudarnos a manejar este y con ello, tener una mayor calidad de vida.

Si bien considerar dolor o estar dolorido es una queja común en toda la sociedad cuando enferma, si la prevalencia de este se cronifica o el paciente considera que perdura por más tiempo del que puede tolerar, debe hacérselo saber a su médico de atención primaria y con ello, pactar una discapacidad laboral o bien, acudir a una unidad del dolor para ser evaluado dependiendo de la etiología de la enfermedad que le produce dicho trastorno.

Convivir con un dolor crónico nos hace tener un deterioro funcional importante y terminamos por estar alterados prácticamente todo el día. Desde las alteraciones durante el sueño profundo hasta la queja permanente, llegamos a interrumpir actividades cotidianas como son pasear, hacer deporte, tener relaciones personales, salir, etc.

Esto, que aparentemente puede llegar a tener un fin, al ser para siempre, debido a la enfermedad crónica que nos lo produce, nos sucumbe en un estado mental que lejos de ser transitorio nos permite sumerge en una depresión o en un estado de profunda tristeza.

Si nos pautan ir a la unidad del dolor, nos encontraremos con médicos anestesiólogos, que son la mayoría, aunque en ocasiones trabajen de forma pluridisciplinar con rehabilitadores, reumatólogos, geriatras, internistas y psicólogos.

Estos pacientes no responden ya a la analgesia habitual y necesitan una técnica analgésica mediante infiltraciones para paliar ese dolor neuropático que es sumamente incapacitante.

En la unidad del dolor se llega a clasificar este según su fisiopatología subyacente, (nociceptivo, neuropático, somático, visceral, irradiado, referido, etc.); bien agudo o crónico, así como otros tipos de dolor por patologías concretas, oncología, psicógeno, etc.

Una vez que se encuentre la pauta usted tendrá que acudir a revisiones y podrá volver a retomar su vida de forma normalizada sin que por ello, sienta que el dolor le incapacita de por vida. Hay solución, solamente tiene que solicitarla.

 

Ana De Luis Otero
PhD, Doctora C.C. Información - Periodista - Editora Adjunta de Periodistas en Español - Directora Prensa Social- Máster en Dirección Comercial y Marketing - Exdirectora del diario Qué Dicen - Divulgadora Científica - Profesora Universitaria C.C. de la Información - Fotógrafo - Comprometida con la Discapacidad y la Dependencia. Secretaria General del Consejo Español para la Discapacidad y Dependencia CEDDD.org Presidenta y Fundadora de D.O.C.E. (Discapacitados Otros Ciegos de España) (Baja Visión y enfermedades congénitas que causan Ceguera Legal) asociaciondoce.com - Miembro Consejo Asesor de la Fundación Juan José López-Ibor -fundacionlopezibor.es/quienes-somos/consejo-asesor - Miembro del Comité Asesor de Ética Asistencial Eulen Servicios Sociosanitarios - sociosanitarios.eulen.com/quienes-somos/comite-etica-asistencial - Miembro de The International Media Conferences on Human Rights (United Nations, Switzerland) - Libros: Coautora del libro El Cerebro Religioso junto a la Profesora María Inés López-Ibor. Editorial El País Colección Neurociencia y Psicología https://colecciones.elpais.com/literatura/62-neurociencia-psicologia.html / Autora del Libro Fotografía Social.- Editorial Anaya / Consultora de Comunicación Médica. www.consultoriadecomunicacion.com Actualmente escribo La makila de avellano (poemario) y una novela titulada La Sopa Boba. Contacto Periodistas en Español: [email protected]

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