América Latina y el Caribe vive momentos difíciles y veremos como afectan a reuniones internacionales tan importantes este año para la región como la Cuarta Cumbre CELAC-UE en Bogotá o la COP 30 que se celebra entre el 11 y el 21 de noviembre en Belém do Pará, en la Amazonia brasileña.
Estamos todavía bajo los efectos de la toma de posesión de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela este 10 de enero de 2025, consumándose la decisión del oficialista Consejo Nacional Electoral (CNE) de darle como ganador del proceso electoral del 28 de julio de 2024 sin mostrar las actas electorales, mientras que la oposición reivindicaba el triunfo de Edmundo González quien sí ha mostrado comprobantes de los resultados de numerosas mesas electorales.
Esta situación ha generado un conflicto múltiple, nacional e internacional que, posiblemente, seguirá teniendo consecuencias a lo largo del año y que, sobre todo, pone de manifiesto la importancia del Ejército venezolano, sobre el que parecen asentarse los intereses políticos, tanto del oficialismo como de la oposición.
El Ejército venezolano es uno de los componentes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y por ahora, su comandante en jefe sigue siendo Nicolás Maduro, quien ordenó recientemente la movilización de tropas en la frontera durante el conflicto en el Catatumbo colombiano, con motivo de los Ejercicios Bolivarianos 2025.
Por cierto, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) ha reconocido a Venezuela como la economía latinoamericana que más creció en 2024, lo que viene a confirmar su importancia geopolítica, geoestratégica y energética.
También se ha puesto en marcha el imperialismo del nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump: amenaza a Panamá con recuperar por la fuerza el Canal, amenaza de imponer aranceles a varios países y deportaciones de inmigrantes, con conflictos significativos como el registrado con Colombia.
Es de considerar que Xiomara Castro, presidenta de Honduras y encargada de turno de la Comunidad de países Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), ha anulado la reunión extraordinaria de este mecanismo, convocada por Gustavo Petro y ella para adoptar una postura común ante las deportaciones, lo que ha provocado extrañeza en líderes latinoamericanos, como la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum.
En otro orden de cosas, está muy próxima -el día 9 de febrero- la primera vuelta de las Elecciones generales en Ecuador que, además de una evidente crisis interna, mantiene un difícil conflicto con México. La segunda vuelta, está prevista para el día 13 de abril.
Colombia, por su parte, esta atravesando una temporada difícil, con constantes sobresaltos:
- i) El conflicto bélico en el Catatumbo, con el protagonismo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y la intervención del Ejército Nacional de Colombia (EJC), ha tambaleado la deseada paz de Gustavo Petro;
- y ii) La escaramuza diplomática con Estados Unidos, a causa de las deportaciones y las amenazas de los aranceles.
Para colmo, el canciller colombiano Luis Gilberto Murillo, con una gran experiencia, de hecho ha sido fundamental su intervención para parar la citada escaramuza, ha dimitido, siendo sustituido por la mano derecha de Petro en la Presidencia de la República, Laura Sarabia.
Por lo que se refiere a España, que tiene que organizar la Treinta Cumbre Iberoamericana en 2026, esperemos que encuentre caminos para transitar por la región.
A tal fin, pueden ser interesantes iniciativas como:
- i) La plataforma para la defensa y promoción de la democracia en Iberoamérica, lanzada por Ramón Jauregui, presidente de la Fundación Euroamérica, y Mariano Jabonero, secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI);
- y ii) La Tribuna Iberoamericana, puesta en marcha por la Fundación Carolina y el Ateneo de Madrid.