Ojo, o nos ponemos las pilas o terminarán prohibiendo la minifalda. Al tiempo.
Cada vez lo tengo más claro: vienen a por nosotras por todos los lados. Si recortan en la Ley de Dependencia, se perjudica a las mujeres fundamentalmente. Si se quitan las becas de comedor, ya sabemos quién se ocupa de los niños. Si además se recorta en Sanidad, pues también nos vemos afectadas las mujeres. En fin, que a pesar de ser la mitad de la población del país, parece que no pintamos mucho.
Es verdad que se tira de nosotras para el buen funcionamiento de la sociedad. Cuanto más conservadores son los gobiernos, más reclaman el papel tradicional de la mujer, por lo que siempre estamos en riesgo de perder las conquistas que tanto años han costado a tantas mujeres luchadoras en el pasado.
Ahora nos anuncian otra ‘perla’. A partir del 1 de agosto desaparecen de la financiación pública más de ocho anticonceptivos de tercera generación; dejan dos o tres que pertenecen a la segunda. En columnas anteriores hemos hablado del retroceso de las leyes que nos afectan y esta también nos llevaría hasta los años 80 por lo menos.
Estos fármacos son fundamentales para el desarrollo de la igualdad de las mujeres. Nadie duda de que el descubrimiento de la píldora fue un avance fundamental para nosotras; por primera vez podíamos decidir sobre nuestra maternidad, pues este método de control es mucho más fiable que todos los anteriores que habían ‘disfrutado’ nuestras madres, y no digamos nada de nuestras abuelas.
Bueno, pues ahora también nos atacan por ahí. Nos quitan los de tercera generación, los más eficaces y con menos inconvenientes, que se incorporaron a la financiación como complemento de la Ley de Salud Sexual y Reproductiva del año 2010 y que con tanto ardor/fervor combaten.
Como consecuencia de esto, las mujeres pudientes podrán optar por lo mejor y las que no puedan pagárselo pues se tendrán que contentar con los antiguos anticonceptivos, con más hormonas, y con más efectos secundarios. Seguimos teniendo claro los conceptos: si hay dinero, los estudiantes podrán estudiar lo que quieran durante los años que quieran y las mujeres podremos comprar los anticonceptivos que queramos solo dependiendo de nuestra capacidad económica. Está claro que este gobierno tiene las cosa clarísimas.
El pretexto es bastante común. Han subido los precios de estos fármacos, por lo que a los laboratorios que los fabrican -que ya sabemos es una industria al servicio de la sociedad (la de ellos)- nos les resulta rentable negociarlos con la Seguridad Social.
Bravo. Quieren combatir el aborto por todos los medios y quitan una herramienta fundamental. ¿Alguien puede creer que sólo hay motivos económicos y no ideológicos en esta medida?
Ojo, o nos ponemos las pilas o terminarán prohibiendo la minifalda. Al tiempo.
….
Vienen a por nosotras (2), 27 de julio de 2013
Excelente artículo! …ahora no toca ir… a por ellos! (¡y no hablo del cántico de fútbol!)