Vino argentino: bebida nacional

La Argentina es el mayor productor de vino de Latinoamérica y el quinto productor del mundo. El pueblo argentino disfruta del vino y lo cultivan desde los comienzos de la patria, por eso, el 13 de julio de 2013 se aprobó por unanimidad en la Cámara de Senadores y Diputados de la Nación: La ley de Vino Argentino Bebida Nacional. 

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Producción de Bodega Vasija Secreta, en Salta

Igualmente, la Cancilleria Argentina ha nominado el 17 de abril, desde 2011, el Día Mundial del Malbec, poniendo en relevancia una herencia cultural vitivinícola que Argentina ha desarrollado con orgullo y perseverancia.

El vino es más que una bebida para los argentinos, es un ritual: tomarlo entre amigos junto a un “asadito”, festejar un éxito laboral o simplemente saborear un tinto con nuestra pareja. El vino es un compañero para disfrutarlo en las comidas familiares, en los momentos íntimos, entre amigos o en soledad. Así lo viven y lo sienten los argentinos, es justo que sea su bebida nacional.

Además, el vino llegó con la conquista, se afincó en estas tierras que recibieron las cepas llegadas de Europa. Fueron las órdenes religiosas quienes plantaron las primeras cepas para uso del vino en la misa. Los jesuitas se establecieron en Córdoba, Alta Gracia. Luego, colonos portugueses llegaron a Mendoza, San Juan, la zona del Cuyo, al pie de la Cordillera de los Andes. Y allí, el vino prendió. Hoy, Mendoza, San Juan, La Rioja y Catamarca son provincias vitivinícolas, sin olvidar a Salta con su famoso Torrontes.

Actualmente se han establecido viñedos en Neuquén, Rio Negro y Chubut, un vino patagónico de nueva generación.

En 1536 comienza la producción vitivinícola de manera artesanal, se prensaba en los trapiches y se estacionaba en tinajas de madera. Con la Revolución de Mayo y la Independencia se dio impulso a esta incipiente industria. En el siglo XX, con las guerras mudiales, la inmigración europea, especialmente italianos y franceses, desarrollaron y profesionalizaron la industria que comenzó a expandirse y reconocer calidad y exigencias en su cultivo.

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Alfredo Del Río, de Bodegas Graffigna

Cabe destacar Bodegas Graffigna que muestra el espíritu emprendedor de este inmigrante italiano que se instaló en San Juan en 1870, apoyando el primer tren que llevaría su mercadería y la primera radio que difundía sus vinos. Alfredo Del Río Aisa, ejecutivo de la empresa me comenta: “La Bodega cultiva varias cepas: Chirac, Bonarda, Malbec y el Pinot Griglio, uno de nuestros vinos mas exportados en Argentina, con un bouquet frutal que va muy bien con comidas tropicales. Graffigna es una bodega que cuida la calidad y la excelencia, por eso, su éxito.”

El gusto por el tinto se afianzó y surgieron nuevos tipos de vinos, el argentino enriqueció su paladar, consumiendo, en 2006, 45 litros per capita, al año.

Actualmente, Argentina exporta mundialmente un flujo de ventas de aproximadamente 650.000 millones de dólares, siendo su mayor comprador los Estados Unidos de América: “Estados Unidos recibe muy bien los vinos argentinos, se ha creado un gusto por el Cabernet y el Malbec, que ya es una bandera, una marca que ha entrado en el Mercado con gran éxito.”- dice Ignacio Gouk, de Bodega Los Andes.

El cultivo de las primeras cepas francesas fue idea del presidente Domingo Faustino Sarmiento, quien encargó la encomienda al agrónomo Pouget, así llegaron los brotes de uvas Cabernet, Malbec y Merlot, en el famoso valle de Uco, en Mendoza.

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Gonzalo Pérez, de Bodega Chakana

Chakana (Cruz del Sur) es una bodega que recuerda nombres indígenas, fue fundada en 2002, y se especializa en Malbec en tres distintos rangos de calidad, me comenta Gonzalo Pérez Cerini, director de la empresa.

El tinto es un clásico pero los vinos blancos ya eran conocidos aunque fue a partir de 1970 que la producción se hizo más professional. Sobresale en las cosechas de vino blanco, la provincia de Salta, y su famoso Torrontes.

Marco Jándula representante de la Bodega Vasija Secreta de Salta nos dice: “Nuestra bodega esta en la región de Calafate, en Salta, a 1700 metros de altura sobre el nivel del mar, es una de la bodegas más altas del mundo y producimos un vino de altura de gran calidad. Salta tiene una uva característica: el Torrontes que ya tiene renombre internacional y ahora la uva Malbec se ha dado muy bien, con un tono diferente, más seco que el Malbec de Mendoza y que ha conquistado paladares, mundialmente.”

A pesar de las crísis políticas que afectan a la economía, la industria vitivinícola continua su proceso de expansión. La superficie de cultivos vitícolas ha alcanzado las 230.000 hectáreas y esta producción ha generado una nueva tecnología, con equipos más modernos y procesos más sofisticados. Esta actualización ha colocado, en la última década, al vino argentino entre los mejores del mundo, con gran prestigio mundial.

Recuerdo cuando niña fui invitada a Mendoza a la presentación de una de mis películas, y me mostraron la “Ruta de los viñedos”, visité las bodegas y vi por primera vez como se elaboraba el vino, ese que tomábamos a diario en la mesa familiar, porque una mesa argentina siempre tiene un “vinito” para acompañar.

Actualmente, Mendoza es un centro turístico con su famosa Fiesta de la Vendimia, todo un acontecimiento al que llegan visitantes de todo el mundo. La ruta de los viñedos se ha ampliado y ya son muchas las bodegas que ofrecen degustación. Son también muchos los jóvenes que estudian agronomía especializándose en la industria vitivinícola, también se han desarrollado las carreras de gastronomía y catadores de vinos.

Cabe destacar que las tierras son propicias y la combinación de altura, humedad y sol hace que los viñedos argentinos se encuentren protegidos de plagas y de enfermedades que atacan los cultivos en otros países; siendo cultivos orgánicos, sin pesticidas o contaminantes. La producción vinícola de la región andina tiene privilegios en cuanto a los días soleados, irrigación de aguas de origen glaciar, de esta manera, la vid concentra nutrientes de una calidad excepcional.

En esta presentación que se llevó a cabo en Miami, el cónsul general Marcelo Giusto nos afirma: “ El Día de Malbec ya es un evento que se lleva a cabo en sesenta embajadas y consulados de Argentina en el mundo y que concentra las mejores bodegas del país para su degustación”.

Entre los gustos se destacan: Malbec, Bonarda, Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah y dentro de los blancos, el Torrontes. La exportación se ha incrementado y los vinos argentinos ya están posesionados en el Mercado internacional. El Malbec se ha convertido en paradigma y es la cepa emblemática.

Quien prueba un vino argentino, no lo olvida, ni lo deja.

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