La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, (AEMPS), ha realizado un informe en donde especifican una serie de recomendaciones dirigidas tanto a los médicos como a los farmacéuticos, ante la aparición de hipercalcemia en algunos pacientes por la sobredosificación de medicamentos que contienen vitamina D.
Los preparados con colecalciferon prescrito tanto en niños como adultos están produciendo una alarma por los casos de hipercalcemia en recién nacidos y lactantes dado que las dosis administradas son bastante superiores a las recomendadas por la agencia.
Por ello, la entidad, recuerda a los médicos que deben hacer constar tanto la dosis como la frecuencia de administración y explicar con claridad a los padres cuál es la pauta a seguir. En el caso de los adultos, de igual forma, no debe tomarse sin una prescripción adecuada y estos deben saber los riesgos que comporta sobreingerir esta vitamina.
La vitamina D la podemos obtener tras la exposición al sol aunque en España, país de sol, existe una creciente hipovitaminosis en determinadas personas. Su principal función es la absorción del calcio y el fósforo en el intestino de forma que su déficit puede llevar al paciente a padecer osteoporosis y en el caso de los niños, raquitismo; ambas enfermedades debilitan los huesos.
La aparente paradoja de concentraciones bajas de vitamina D en España se explica por el escaso aporte dietético, la protección a la exposición solar en los meses de verano y porque la mayor parte de España está por encima del paralelo 35ºN, donde la posibilidad de sintetizar vitamina D es escasa en invierno y primavera. Más del 80% de la vitamina D3 o colecalciferol se adquiere mediante la síntesis cutánea, por acción de los rayos ultravioleta UVB; y tan solo el 20% o menos se obtiene de la dieta.
Si tomamos el sol con un filtro superior a 8 o pantalla total, la dificultad de sintetizar esta vitamina es evidente.
En el caso de tener dolores articulares, falta de energía, debilidad muscular, agotamiento al caminar y espasmos musculares sobre todo nocturnos, es posible que tengamos un déficit de esta vitamina. Esto se valora mediante un análisis de sangre y debe ser el médico de cabecera el que prescriba un tratamiento que lo compense.
En el caso de la dieta podemos tomar leche, caballa, atún, sardinas, huevos, aceite de hígado de bacalao, setas, champiñones, crustáceos (gambas, langostinos, almejas, ostras) que tienen una considerable concentración de vitamina D. Tomar el sol en el torso o con la espalda descubierta será mejor que dar un paseo dado que la superficie que recibe sol es pequeña. En el caso de los niños es conveniente que salgan al menos tres veces al día para que reciban los suficientes rayos de sol para evitar esos cuadros de hipovitaminosis.
En cualquier caso, la prescripción debe ser por parte de un médico. Nunca se automedique ni tome vitaminas sin que sean estas pautadas por alguna enfermedad concreta.