El pasado 18 de noviembre, el pleno del Congreso de España adoptó una resolución mediante la cual “insta” al Poder Ejecutivo a reconocer a Palestina como Estado. La votación logró el siguiente resultado: 319 votos a favor, una abstención y dos votos en contra.
Un renovado dinamismo parlamentario
El Poder Legislativo de España se convierte así en el tercer Parlamento en Europa, después del Parlamento del Reino Unido y el de Irlanda, en adoptar resoluciones de esta naturaleza en poco más de un mes. La contundencia del voto en España así como la del Parlamento británico el pasado 13 de octubre (con 274 votos a favor y 12 en contra) evidencian una señal muy clara que posiblemente tenga a las autoridades israelíes sumamente preocupadas (en el caso de Irlanda, la resolución se adoptó sin voto el pasado 22 de octubre).
Se puede pensar que, lejos de simples actos “simbólicos” (como lo titula por ejemplo el New York Times con relación al Parlamento británico), la decisión de los parlamentarios tiene un alcance mucho mayor: al parecer, ha iniciado una intensa discusión en círculos parlamentarios europeos de cara a su propia opinión pública. Por ejemplo, Francia se apresta a un ejercicio muy similar en los próximos días y otros parlamentos podrían sumarse: declaraciones hechas a inicios de octubre del 2014 por parte del portavoz del Quai d´Orsay en París indican que Francia podría en algún futuro inclinarse por reconocer a Palestina (ver nota de Le Matin). Más allá de las ambigüedades de la expresión “il faudrait bien à un moment reconnaître” usada por el portavoz de la diplomacia francesa (y que dio pié para una cobertura mediática inusual en Francia y fuera de ella), el debate sobre el reconocimiento de Palestina se ha intensificado en Francia en las últimas semanas.
El gesto de España
La votación española se da pocas semanas después del reconocimiento hecho por Suecia a Palestina como Estado, el pasado 30 de octubre, y que tuvimos la oportunidad de analizar con mayor detalle (ver nota de Tribuglobal). Se da de igual manera a un mes de la elección de España, como Miembro no Permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (alcanzada el 16 de octubre del 2014).
A penas conocido el resultado de la votación, el gesto del Congreso español fue elogiado por las autoridades palestinas, indicando además el papel decisivo que podría jugar España en un futuro, tal como se puede apreciar en una nota publicada en estas mismas páginas. Otra nota de El Pais (España) desmenuza los distintos cambios hechos al borrador inicial presentado por la oposición, incluyendo la supresión de un tercer párrafo que tenía sumamente inquietas a las autoridades de Israel, según indica este medio español.
Posibles perspectivas
Las declaraciones de altos funcionarios israelíes plasmadas en un sinfín de notas en la prensa internacional en estas últimas semanas apuntan todas a evidenciar su profundo temor con relación a las repercusiones que pueda tener el gesto de Suecia en los demás Estados miembros de la Unión Europea.
A modo de reflexión sobre este delicado proceso que parece haber iniciado Suecia en el seno de la Unión Europea, nos permitimos citar de manera textual el planteamiento hecho por el excanciller de Costa Rica, Bruno Stagno (2006-2010) expresado en una conferencia dictada en Montevideo (texto disponible aquí) y cuya solidez posiblemente haya inspirado a muchas cancillerías en América Latina y también fuera de ella: “En 1947, Costa Rica, al igual que otros 12 países de América Latina y el Caribe, apoyó la resolución 181 (II) de la Asamblea General sobre el Plan de Partición del Mandato Británico de Palestina. En esa ocasión formamos parte de los 33 países que reconocieron tempranamente que la coexistencia de dos Estados se imponía como la peor solución, con excepción de todas las demás. Desde entonces hemos visto pasar una tragedia tras otra, incluyendo guerras e intifadahs, asesinatos y atentados, afectando seriamente el derecho a vivir sin miedo de ambos pueblos. Paralelamente, y sin un claro calendario estacional, hemos visto germinar las promesas y esperanzas generadas por diversos procesos de paz, sin lograr aún la cosecha de los dividendos de paz. Ha sido tierra fértil para dobles raseros, para intereses ajenos, y para una triste reiteración de eventos que postergan el cumplimiento del mandato acordado en 1947”.
Conclusión
Como lo recordábamos hace unos días en un breve análisis en estas mismas páginas, el gesto de Costa Rica de febrero del 2008 (y las razones políticas y jurídicas para fundamentarlo) dio pié para que prácticamente toda América Latina procedería de la misma manera con el reconocimiento de Palestina como Estado en los años subsiguientes. A la fecha únicamente se mantienen Colombia, México y Panamá en la región sin haberlo hecho.
El próximo 29 de noviembre se celebrará en todo el mundo el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino declarado como tal por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 1977, precisamente en conmemoración del día en que se adoptó la resolución 181 (II) de 1947. Es muy probable que en Estocolmo, en Londres, en Madrid y en París ondeen más banderas palestinas que de costumbre, así como en el resto de Europa y del mundo.
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