Una reflexión pública desde Gijón de mi estimado Manuel Antonio Goti del Sol me ha llevado a preguntarme por el voto de los futbolistas españoles de La Roja, quienes el lunes a las seís de la tarde disputaron con su segunda equipación un deplorable encuentro contra la seleccion italiana y fueron justamente derrotados.
El fútbol practicado por España no se pareció en nada al que levantó tan buenas expectativas en los dos primeros partidos de la Eurocopa. Pero vayamos a la reflexión de Goti del Sol: «Cuando escuché a la hinchada italiana cantando con ímpetu su himno -escribe Manuel Antonio-, mientras los españoles ululaban tristemente la música del suyo; cuando contemplé a Conte, el seleccionador italiano, transmitiendo energía desde la banda a su escuadra, mientras el nuestro permanecía dentro de la concha con cara de tristeza, ya me di cuenta de que aquello no podía terminar bien».
Terminó como empezó, mal, pero no por la derrota, sino por la sensación de derrotado que dio el equipo desde los primeros compases del juego. Tal pareciera que los futbolistas estuvieran muy afectados por el resultado electoral del pasado domingo. Esto es, por la posibilidad casi segura de que el partido más corrupto en la historia del país pueda seguir gobernado al dictado de Berlín.
Pero eso equivaldría a pensar que nuestros futbolistas votaron por la regeneración política, algo sobre lo que tengo bastantes dudas.