Desde luego lo más original, lo más divertido, lo más irreverente, la mejor crítica de todo lo criticable, en estos tiempos en que lo correcto es que la crónica sustituya a la crítica. Eso y mucho más ha sido esa obra de arte que se vio en el Teatro Villamarta de Jerez, ¿Qué pasaría si pasara?
Idea original de Riki Rivera, mucho más que un guitarrista que no es poco, codirigida con David Palomar, cantaor por excelencia de esencias gaditanas y aquí showman carnavalero de lujo. A las palmas y coros Roberto Jaén y al baile su hermano El Junco.
Cuatro artistas gaditanos unidos para mostrar que el arte de Cadiz tiene su propio duende, que se puede poner todo en solfa con humor al más puro estilo chirigotero, sin ofender a nadie, porque el humor nunca ofende y las verdades como puños divierten. Flamenco y carnaval maravillosamente teatralizados, con los recursos del toque, el compás, el cante, el baile, las coreografías jocosas, puro Cái todo el rato, y los cuatro, cada uno en su momento, dejaron sentado que además de hacer de maravilla lo que todos sabemos que hacen, podrían dedicarse al show business y ser auténticos cracs en ese invento.
Y como la mejor crítica es la que empieza por reírse de uno mismo, pues por ahí empezó Riki Rivera con un recitado por alegrías en plan maricona gaditana, mientras los otros tres muy sentados y circunspectos hacían como que leían periódicos, una forma muy actual de no querer enterarse de nada, porque para lo que hay que enterarse… Hasta que se levantaron y aliñaron la faena con una serie de tanguillos con las cosas que pasaron El año 57, de las que perdón, no consigo acordarme, pero por ahí andaban cosillas de por entonces que igual enlazan con payasadas actuales. Ay ay ay, si todos los que hablan todos los días y tienen eco en los medios lo hicieran en clave de humor como el de este cuarteto gaditano, el mundo andaría bastante menos torcío y aburrirían menos…
Luego vino ese chirigoteo sobre los niños y ya sabemos que en Cádiz se es niño toda la vida aunque se llegue a octogenario…Y así salpicado de cantes Esta noche no alumbra la farola del mar…se habló de niños asturianos, y de niños valencianos con la tierra de las flores de la luz y del amor. ¿Y los de Barcelona? Pues Una lágrima cayó en la arena y para los aragoneses, pues como siempre a ritmo de jota, la Virgen del Pilar volvió a decir que no quiere ser francesa. ¿Y los de Jerez, de Santiago y de la Plazuela? ¿Y los de Cái? Aquí todo se resuelve con un Tirititrán tran tran…con cante, toque, compás y baile por alegrías. ¡Lección para vivir!
Cuando empiezan a repartirse bastones es que le ha llegado el turno a don Antonio Mairena, que aquí no se salva nadie, ni aunque se las dé de inventor del flamenco, pero héte aquí que Palomar le pone nada menos que de discípulo de los filósofos alemanes del XIX y eso no quita para que se pregunte si don Antonio es un duende, pero eso sí cantando una minera, un cante de trilla que por el esfuerzo resulta en una lumbalgia que escenifica como si ya no pudiera levantarse en días. Pero por fin aparece el duende transmutado en David el Gnomo, en forma de joya de soleá cantada por David Palomar acompañado del toque de Riki Rivera.
¡Ay el mundo de la comunicación de ayer y de hoy! Anunciado por un rotundo solo de percusión, el showman Palomar nos cuenta como se comunicaban los indios y el Séptimo de Caballería. Y ¿adónde nos quiere llevar con eso? ¿Cómo nos comunicamos hoy? ¡Pues dándole al móvil, al wasapp, a la tablet! Mejor simil imposible. Pero eso solo puede ser fruto del cashondeo gaditano. Igual si decimos a la gente que el cerebro es una app se deciden a usarlo, creo que dijo Rivera. Pues no se salva nadie, ningún presunto comunicador, ni los críticos, ni los tertulianos, ni los eruditos, ni mucho menos los políticos…nadie. Nadie es nadie. Riendo a carcajadas, claro.
Dicen por ahí que el número cumbre de Cómo sería si pasara es el de la güija. Ahí los cuatro, apiñados a una mesa, consiguen traer a escena con el jueguecito a Juanito Valderrama, Chano Lobato y Camarón de la Isla. Solo compás de los cuatro sobre la mesa.Y milagros de los registros vocales, El emigrante sonó a Valderrama, la seguiriya a Chano y las bulerías a Camarón. Cante y toque, como debe ser. Como si fuera la cosa más natural del mundo, la verdad es que electrizaron al personal. Este cuarteto de artistazos pasará a irrepetible, han revolucionado todo el entorno y el más allá, han creado una nueva categoría de arte.
Poner en solfa a los médicos requiere valor. Es casi como meterse con Dios. Pues lo hicieron magistralmente con chirigotas por bulerías. Y haciendo reír con su teatralización, con cada gesto.
El chotis Madrid con ese estupendo encaje de voz de Palomar y los comentarios jocosos de rigor que aprovecharon para enlazar a la capital con Jerez, ¿Y qué hago yo en Madrid? ¡Con lo bien que se está en Jerez! Un doble homenaje a Jerez y Madrid por seguiriyas, con broche de oro de los cuatro, con lo suyo, cantar, tocar, bailar y marcar compás.
Hay que ver lo que pueden hacer cuatro gaditanos de solera cuando se ponen a crear juntos. Porque Qué pasaría si pasara es un ejercicio de libertad de la que tan necesitados andamos cada uno a nivel interior, por más que muchos se pasen la vida con la libertad en la boca, pero nada de nada de ahí para adentro. Cabreo cero, solo humor lleno de empatía, de lo más fino y sano, riéndose para empezar de uno mismo, que es la única manera de empezar a vivir con más felicidad.
