Ventura Rodríguez. El poder del dibujo 

La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando ha acogido la presentación del libro de Ventura Rodríguez El poder del dibujo.

Ventura-Rodriguez-El-poder-del-dibujo-portada Ventura Rodríguez. El poder del dibujo El acto, que culmina las celebraciones del tercer centenario del nacimiento del arquitecto, contó con numeroso público, y en la mesa de presentación intervinieron Javier Ortega Vidal, arquitecto y coordinador del libro; el arquitecto Rafael Moneo; la directora general de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid, Paloma Sobrini; Fernando de Terán, director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando; Thomas F. Reese, historiador de la Tulane University y Pedro Navascués, historiador y académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

El libro, que ha sido editado  por la Comunidad de Madrid, recopila y organiza todos los dibujos de Ventura Rodríguez, convirtiéndolos en protagonistas. Su objetivo prioritario es reunir y ordenar sus diseños de arquitectura y hacerlo desde una nueva perspectiva, ya que hasta la fecha la mayor parte de los estudios en torno a la figura del arquitecto han utilizado sus dibujos como un complemento a la hora de analizar e interpretar su obra arquitectónica. Lo que ahora se pretende es convertirlos en protagonistas, dejando en un segundo plano las consideraciones textuales sobre la arquitectura implícita en los mismos.

El libro recoge trescientos setenta dibujos de la mano del propio Rodríguez complementados por otros cuarenta realizados por sus más directos colaboradores. En total, más de cuatrocientos dibujos catalogados y reproducidos, casi el doble de los que integraban la última monografía sobre los dibujos del maestro, publicada en 1983. Una obra detallada que permitirá un estudio más riguroso de sus creaciones gráficas.

La publicación, además de aportar un conjunto de dibujos inéditos y plantear nuevas interpretaciones sobre la temática y atribución de otros, agrupa en unidades temáticas las trazas desarrolladas por Ventura Rodríguez durante una carrera de cincuenta años, dispersas actualmente en distintas instituciones y colecciones particulares.

Vida y obra de Ventura Rodríguez

Ventura Rodríguez Tizón (Ciempozuelos, 1717 – Madrid, 1785) es una figura fundamental de la arquitectura española del siglo XVIII. Buena parte de su obra está presente en la vida cotidiana de los madrileños a través del perfil urbano de la ciudad de Madrid. Arquitecto maestro mayor de la Villa, imprimió la huella de su elegante estilo en numerosas edificaciones y rincones de la región, con obras tan significativas como las fuentes de Cibeles, Apolo, Neptuno y la Alcachofa en el Paseo del Prado, la iglesia de San Marcos o el palacio del Infante don Luis de Borbón en Boadilla del Monte.

Otras se encuentran repartidas por el resto del país con ejemplos tan destacados como la Santa Capilla de la Basílica del Pilar en Zaragoza, la fachada de la catedral de Pamplona o el convento de los Padres Agustinos Filipinos en Valladolid. Sus diseños abarcan una gran variedad de tipologías arquitectónicas, tanto civiles como religiosas, así como elementos de mobiliario y decoración

SITIOS REALES

Ventura Rodríguez se formó en las obras de los Sitios Reales bajo las órdenes de los italianos Filippo Juvarra y Giovanni Battista Sacchetti, en especial en el proyecto para el Palacio Real Nuevo de Madrid, donde fue designado como primer delineador. A lo largo de su vida perfeccionó un estilo personal, representativo de la síntesis de sus convicciones barrocas y académicas, que se reconoce en su obra repartida por toda la geografía española con numerosos diseños. Tuvo una actividad desbordante, con decenas de proyectos tanto para Madrid como para otras ciudades, de Santiago de Compostela a Barcelona o Toledo, de Valladolid a Jaén o Málaga. Unos fueron construidos y otros solo quedaron en proyectos que no llegaron a materializarse pero que han servido de referente a la historia de la arquitectura española.

Arquitecto

La formación de Ventura Rodríguez como arquitecto recorrió todos los principios fundamentales del arte de construir y, si Sabatini introdujo las corrientes italianas y con ellas una nueva dimensión del espacio público urbano, y Juan de Villanueva realizó la adaptación al país de los modelos europeos que abogaban por una instrumentalización neoclásica, Ventura aunó la influencia romana y francesa con la herencia genuina de la arquitectura española.

Conocía a fondo la arquitectura y el lenguaje de los maestros italianos, especialmente el de aquellos que mantuvieron una actividad de primer orden en la Roma barroca, llegando a convertirse en un maestro de la arquitectura barroca en la España de mediados del siglo XVIII. Personaje cultivado, gran erudito y poseedor de una extraordinaria biblioteca llegó a ser Académico de Mérito de la Accademia di San Luca de Roma, sin haber salido de España, y con el fin de corresponder a este nombramiento presentó en 1747 un proyecto de catedral que era una síntesis de sus convicciones estéticas.

Ámbitos de su profesión

Ventura Rodríguez abordó todos los ámbitos de su profesión: proyectó palacios, villas y casas; mostró una especial dedicación por la obra civil, incluyendo arquitecturas efímeras, ornatos y fuentes con especial significación urbana, como ocurre en el Paseo del Prado de Madrid. Desarrolló numerosos proyectos y construcciones, siendo durante el reinado de Fernando VI cuando su figura destacó al servicio de la arquitectura de la Corona. Sustituido por Sabatini durante el reinado de Carlos III, se volcó al servicio de la villa de Madrid como maestro mayor del Ayuntamiento, puesto que ocupó desde 1764 hasta el final de su vida; trabajando también para el Consejo y la Cámara de Castilla y como director de Arquitectura de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, además de seguir abierto a encargos de particulares.

Bloques temáticos en que se estructura el libro

El libro se estructura en torno a tres bloques temáticos. En el primero, uno de los mayores especialistas sobre el arquitecto, Thomas F. Reese, hace una reflexión sobre la importancia de su figura. A continuación, la explicación sobre la estructura y finalidad del libro se completa con una distribución geográfica de las actuaciones arquitectónicas de Ventura Rodríguez, que supone una primera referencia espacial del conjunto de su obra en la geografía española y madrileña.

El segundo bloque está formado por diferentes ensayos. En el primero de ellos, José Luis Sancho analiza los años iniciales de la carrera del arquitecto en el ámbito de las obras reales; una etapa en la que Ventura Rodríguez evoluciona de joven aprendiz a destacado maestro. A continuación, Francisco José Marín estudia los dibujos en el contexto de la gestión y los procesos de control sobre la arquitectura propios de la época: el poder, la economía y los procedimientos administrativos de las diversas instituciones para las que trabajaba son clave en la comprensión de su producción gráfica. Finalmente, Javier Ortega profundiza en el reconocimiento de la figura del arquitecto y en la vida gráfica de su obra desde su época hasta la actualidad.

Integra el tercer bloque el elenco de sus dibujos, lo que representa el núcleo fundamental de la obra, ordenado en una doble agrupación temporal y temática. Destacan las cuidadas imágenes y el análisis pormenorizado de cada proyecto a través de su catalogación razonada y la transcripción de las inscripciones. Por último, se ofrece la ordenación cronológica de las noticias sobre los dibujos y las obras de Ventura Rodríguez, así como una bibliografía actualizada.

Nunci de León
Doctor en Filología por la Complutense, me licencié en la Universidad de Oviedo, donde profesores como Alarcos, Clavería, Caso o Cachero me marcaron más de lo que entonces pensé. Inolvidables fueron los que antes tuve en el antiguo Instituto Femenino "Juan del Enzina" de León: siempre que cruzo la Plaza de Santo Martino me vuelven los recuerdos. Pero sobre todos ellos está Angelines Herrero, mi maestra de primaria, que se fijó en mí con devoción. Tengo buen oído para los idiomas y para la música, también para la escritura, de ahí que a veces me guíe más por el sonido que por el significado de las palabras. Mi director de tesis fue Álvaro Porto Dapena, a quien debo el sentido del orden que yo pueda tener al estructurar un texto. Escribir me cuesta y me pone en forma, en tanto que leer a los maestros me incita a afilar mi estilo. Me van los clásicos, los románticos y los barrocos. Y de la Edad Media, hasta la Inquisición.

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