Indispensable manual contra la impostura liberal
Los mas poderosos medios informativos de la prensa escrita, radio y televisión, se hacen eco cada día en Francia, como en Europa, de la impostura y la mentira liberal en materia económica, como base o argumentación que conduce a la “inevitable” política de austeridad y de reducción del gasto público preconizada por la Comisión Europea en Bruselas y por el Fondo Monetario internacional.
El economista francés Thomas Porcher nos ofrece en este excelente libro “Tratado de Economía Hereje”, un indispensable manual para luchar contra “la verdad oficial” declinada machaconamente desde ángulos diversos por los perros guardianes del “nuevo” liberalismo económico, que no tiene nada de nuevo, es el mismo de siempre, desde la ofensiva lanzada por las multinacionales del planeta en la década de los 70, para remplazar el poder político democrático por su poderío económico.
Porcher recusa esa pirámide de mentiras económicas destinadas a justificar una única política posible en Europa y en el mundo, la del liberalismo económico que aniquila al Estado Nación, en aras de un poder económico supranacional, que empobrece a las clases medias e incrementa las desigualdades sociales.
Me detendré pues en algunas de esas mentiras oficiales, que Porcher refuta con verdadero talento.
“La deuda pública en Francia es un peligro para las generaciones futuras” nos repite el presidente Macron, como sus antecesores, muy preocupado, según él, por el futuro de nuestros hijos y nietos. Porcher demuestra en cambio que la deuda publica es en boca de los fieles defensores del CAC 40 un espantapájaros para mejor justificar sus beneficios financieros y sus políticas de austeridad.
Al salir de la segunda guerra mundial en 1945, la deuda pública de Francia era muy superior a la actual, pero gracias al Consejo Nacional de la Resistencia el arbitraje con el sector bancario para reabsorber la deuda se hizo a favor del pueblo, y de la reivindicaciones de los trabajadores. Hoy en día Macron y sus financieros liberales arbitran a favor de las multinacionales y de los accionistas del CAC 40, y agitan la deuda como una amenaza para el crecimiento económico, lo que es absolutamente falso.
Si Francia obtiene créditos a muy bajo interés en los mercados financieros, es porque – contrariamente a las afirmaciones de los expertos económicos liberales, la solvencia del Estado no es comparable con la de una pareja que obtiene un crédito para pagar su vivienda. Un ejemplo del que abusan los comentaristas para decirnos que “el Estado es un buen padre de familia, que querría hacer más pero no tiene dinero”.
Olvidan los guardianes del templo liberal que las personas mueren, los Estados no. El patrimonio económico del pueblo francés es muy superior a su deuda. El patrimonio de los franceses se eleva a doce mil millones de euros, seis veces mas que la deuda pública, Subraya Porcher. En consecuencia lo que falta en Francia no es dinero, sino voluntad política para proceder a una más justa distribución de la riqueza.
Con mucha solvencia, Thomas Porcher desmonta uno por uno los argumentos de esa “verdad económica oficial” en la que se basa la mentirosa política de reducción de impuestos para las empresas y para los que poseen mayores riquezas, protegidas por la “optimización” y los paraísos fiscales. El presidente Macron ha ofrecido un regalo fiscal de veintidós a veinticuatro mil millones de euros a los más adinerados, lo que le ha valido aquí el apodo de “Presidente de los ricos”, mientras que aumenta lo impuestos de los jubilados, y reduce la inversión del Estado en todos los servicios públicos, hospitales, escuelas, ferrocarriles, correo y telecomunicaciones, viviendas sociales, etc.
La huelga en curso en la SNCF, ferrocarriles franceses, se prosigue para denunciar la tentativa de privatización de la empresa, con la apertura a la competencia dictada por la Comisión Europea en Bruselas. Un ejemplo más de cómo la política económica “liberal” busca reducir el papel del Estado en la economía, favoreciendo al sector privado y la rentabilidad del capital financiero y de los accionistas, en detrimento del nivel de vida de los trabajadores y de las clases medias.
De la misma manera, la ofensiva liberal en Francia en estos últimos años, desde Sarkozy a Hollande y ahora Macron, se ha centrado en desmantelar poco a poco el derecho laboral en Francia, y su código del trabajo, que se ha ido construyendo con abundante jurisprudencia a lo largo de luchas y huelgas del movimiento obrero, en defensa del empleo y de una vida digna. “El costo del trabajo” se ha convertido en la gran mentira liberal para justificar una mayor rentabilidad en las empresas, los ERES injustificados e ilegales, y las deslocalizaciones, para aumentar el beneficio de los accionistas, pero no el crecimiento económico, ni el bienestar humano y social. Los asalariados para los economistas ultra liberales no son sino una variable de ajuste para aumentar la rentabilidad y los beneficios de los accionistas, en una economía “mundializada”, es decir al servicio de las multinacionales.
Todo esto y mucho más podrán leer en este manual de Economía Hereje, que es una bocanada de aire fresco, y de sólidos argumentos contra la mentira y la impostura institucionalizada en ciertos medios informativos, que nos venden como ineluctable “su verdad económica”, corriente liberal alimentada en la ultra liberal Escuela de Chicago, para quienes no ya Marx, o Proudhon, sino Roosevelt o Keynes serían hoy peligrosos herejes e izquierdistas.
A guisa de conclusión Porcher enumera diez principios de autodefensa ciudadana en contra del discurso dominante:
- La economía no es una ciencia, y no existe consenso en materia económica, como pretenden los ortodoxos ultra liberales.
- La Historia prueba que nada es imposible, las utopías de ayer, pueden ser realidades del mañana.
- El individuo desempleado no es el responsable de su situación, sino la colectividad en donde vive y trabaja.
- La precariedad y “la flexibilidad laboral” no son el remedio para combatir el desempleo.
- Cuando se quiere reducir el gasto publico, hay que definir en que consiste. La inversión del Estado es motor de crecimiento económico.
- El mundo de las finanzas no es amigo de nadie, salvo de los financieros.
- La deuda pública es el espantapájaros con el que la derecha en el poder busca justificar sus políticas de austeridad.
- Luchar por la ecología exige poner en tela de juicio nuestro modo de consumo actual, en lugar de hacer declaraciones hipócritas.
- Amar Europa y desear una Europa solidaria y social, no es lo mismo que amar la Comisión de Bruselas y su política “liberal”
- El libre cambio a ultranza no es benéfico para todos, sino sobre todo para las multinacionales.
Un Tratado de economía hereje, que habría que traducir en todas las lenguas de los países europeos, que viven estos mismos problemas en situaciones muy dispares, si queremos un día construir una Europa generosa, social y solidaria.