La Comisión Europea ha impuesto una multa de 4.343 millones de euros al gigante Google por vulnerar las normas antimonopolio de la Unión Europea y por haber impuesto restricciones ilegales desde 2011 a los dispositivos Android así como a otros operadores de redes móviles.
Esto que ha supuesto que el buscador se consolidara como tal, debe subsanarse en el plazo de 90 días o de lo contrario tendrá que hacer frente a multas coercitivas de hasta el 5 % del volumen de negocios mundial medio diario de Alphabet, que es la sociedad de Google.
“Google ha utilizado Android como vehículo para consolidar el dominio de su motor de búsqueda. Estas prácticas han privado a sus competidores de la posibilidad de innovar y competir en función de sus méritos. Han impedido a los consumidores europeos beneficiarse de una competencia efectiva en un ámbito tan importante como el móvil. Esto es ilegal con arreglo a las normas de defensa de la competencia de la UE” añade Vestager, comisaria responsable de la política de Competencia de la Comisión.
La preinstalación de Google Search, el navegador Chrome para la obtención de la licencia de tienda, la Play Store para efectuar preinstalaciones así como otras aplicaciones que necesitaban de la plataforma para ser operativas ha impedido a otros fabricantes vender sus móviles en versiones no aprobadas por Google. Asimismo, Google tendra que interrumpir las prácticas actuales de forma que sus nuevos modelos de negocio no sean idénticos y por tanto debe abstenerse de cualquier práctica que lo sugiera.
En el momento de consolidación de Internet, realmente Google utilizó su posición dominante como buscador para crecer de forma exponencial y presentarse como modelo único frente a otros buscadores de la red. Estas prácticas consideradas hoy ilegales han supuesto una multa que hoy se ha dado a conocer.
Google se defiende: Android ha creado opciones en vez de reducirlas
Sundar Pichai, CEO en Google, ha hecho público que la compañía va a presentar un recurso contra esta sanción, argumentando que lejos de conculcar la competencia, cuando se compra un teléfono Android se elige «una de las dos plataformas móviles más populares del mundo, una plataforma que ha ampliado las opciones de teléfonos disponibles en todo el mundo».
Agrega que la decisión de la Unión Europea ignora que «Android compite con el iOS de Apple, algo que confirmó el 89 % de las personas entrevistadas en la encuesta realizada por la propia Comisión», y también deja fuera las opciones que ofrece Android, tanto para los fabricantes de teléfonos como para los operadores de redes móviles que crean y venden dispositivos Android, o para «los millones de desarrolladores de aplicaciones de todo el mundo que han establecido sus negocios basándose en Android y los miles de millones de consumidores que pueden ahora adquirir y usar unos smartphones Android innovadores».
«Los teléfonos elaborados por estas compañías son todos diferentes, pero tienen algo en común: la posibilidad de ejecutar las mismas aplicaciones. Esto es posible gracias a unas sencillas reglas que garantizan una compatibilidad técnica, independientemente del tamaño o de la forma del dispositivo. Ningún fabricante de teléfonos está obligado a comprometerse a estas reglas; puede usar y modificar Android de cualquier forma que lo desee, de la misma forma que Amazon lo ha hecho con los tablets Fire y con los TV sticks», argumenta Sundar Pichai para rechazar la acusación de posición dominante en el mercado.