Transporte de viajeros: menos avión y más tren

El uso del avión cae 16,1% hasta mayo y el del tren sube 7,8 %

ave-iberia-competencia Transporte de viajeros: menos avión y más trenEl empleo del avión para desplazamientos en España disminuyó un 16,1 % entre enero y mayo respecto al mismo periodo de 2012, mientras que los trenes AVE y de larga distancia ganaron un 7,8 % de pasajeros, según los datos publicados hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

En el mes de abril, el transporte público fue utilizado por 413,6 millones de usuarios, el 2,8 % menos que un año antes, con un descenso del 4,1 % en el caso del transporte urbano, del 0,9 % en el del interurbano y del 0,5 % en el del especial y discrecional.

El transporte urbano fue usado por 246,8 millones de viajeros. El número de usuarios del metro cayó el 6 %, con un descenso del 9,5 % en Madrid, en tanto que la utilización del autobús descendió el 2,8 %. Por su parte, los autobuses de larga distancia perdieron en abril el 6,2 % de viajeros, mientras que los trenes de larga distancia y AVE ganaron el 13,8 %.

Los trenes de Cercanías transportaron a un 0,7 % más de pasajeros, mientras que los autobuses que cubren rutas más cortas perdieron un 1 %.. En la media distancia, el uso de autobuses decreció el 4,1 % y el de los trenes el 2,2 %.

En abril, el avión fue elegido para sus desplazamientos por España por 2,46 millones de pasajeros, el 16,1 % menos que en el mismo mes del año anterior.

1 COMENTARIO

  1. Me alegro por esta tendencia que se está dando en el transporte de viajeros en España.
    Chile, un país geográficamente largo y angosto, comunicable por vía terrestre en cerca de unos dos tercios de su longitud total, donde está la parte más decisiva de su quehacer económico y político-administrativo, tendría en ferrocarriles modernos y eficientes un apropiado sistema de transporte terrestre. En cambio, este sistema está prácticamente muerto o en agonía, mientras lo principal es el transporte carretero mucho más dividido unitariamente en buses interprovinciales, camiones de carga, con la respectiva miniaturización en los volúmenes de traslado de pasajeros y carga, y la correspondiente contaminación por el uso de combustibles fósiles. Con modernos ferrocarriles, los volúmenes simultáneos de traslado serían espectaculares, además de poderse utilizar la electricidad como fuente energética.
    A partir de 1974 en adelante, las políticas de estado -bajo régimen militar- fueron dejando «morir» a los ferrocarriles del estado (que ya venían en decadencia eso sí), pero tampoco hubo incursión en ello de la empresa privada; generándose y favoreciéndose un crecimiento sostenido del transporte carretero, lo que hasta hoy no ha sido revertido ni disminuido, al contrario. Se ha especulado que a nivel de «subhistoria», el gobierno militar favoreció al transporte carretero -totalmente privado- en gratitud y compromiso al rol que este sector cumplió en 1973, paralizando el país, lo que fue decisivo para la eclosión del derrocamiento por la fuerza armada del gobierno de Salvador Allende. Ese llamado «paro de camioneros», tuvo apoyo económico de los EE.UU. y además asesorado en lo táctico-operativo (lo más seguro es que fue en EE.UU. y la CIA donde se analizó y se concluyó que un país largo y angosto como Chile, donde existe una gran carretera longitudinal, eje clave del sistema terrestre, podía ser paralizado decisivamente en el abastecimiento, junto con un paro, y además, atentados dinamiteros y otros a los ferrocarriles estatales donde tomaron parte agentes CIA como planificadores y también ejecutores según el caso). Esto último, hoy lo reconocen prácticamente tanto «moros» como «cristianos» por igual.
    En la época actual de Chile, 1990 en adelante, tampoco se han dado reales pasos «ferrocarrileros». Asimismo, los gremios y empresas del transporte terrestre carretero tienen enorme auge e influencia y son mucho más masivos, proporcionalmente, que lo que eran en 1973. Fomentar los ferrocarriles es «despertar ese león dormido» y nadie querría hacerlo, estimo yo. Construimos más y modernas carreteras y caminos, concesionadas las más importantes y caros, mientras en cuanto al transporte ferroviario se dan «palos de ciego». En lo principal el ferrocarril es empresa de estado y el estado chileno de hoy está «jibarizado» respecto a lo que era en los años ’70, lo que existe es famélico en el área de los trenes de carga y pasajeros. Lo que sobrevive, en lo esencial, es un tendido longitudinal sur.

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