Una nueva negociación de paz y un éxito aún por evaluar son los que valora el mediador de la ONU, Martín Griffiths, el cual viajó a bordo de la aerolínea kuwaití que transportaba a la delegación hutí para mitigar en parte, los temores de Saná de interceptar el aparato por el control aéreo de la zona.
El diálogo comenzó una vez que llegaron a buen puerto y los representantes del gobierno del presidente Abdu Rabu Mansour Hadi junto con Griffiths y los hutiés consideraron esta nueva aproximación como una oportunidad crítica para llegar a un acuerdo. Este arrancó con el intercambio de prisioneros y con ello, la forma de sentar las bases para forjar una mayor confianza necesaria para solucionar el conflicto, según aseguraron a miembros de Cruz Roja, que serían los que vigilarían que esta opción se implementara con éxito.
Griffiths propuso de igual forma, llegar a una tregua y reabrir el aeropuerto de Saná bloqueado desde hace casi cuatro años, reforzar el banco central y garantizar una tregua duradera y necesaria en el puerto de Hodeida, lugar en donde se recibe la mayor parte de los víveres y productos sanitarios. Esta frágil pero real iniciativa de paz, podría ser la llave para terminar con el conflicto si bien, puede causar el efecto contrario al exacerbar los combates si no sucede. Es importante que el diálogo no fracase, que tampoco se estanque y es necesario detener las ofensivas sobre la población civil que muere ante los ojos de los mandatarios de la ONU. Hodeida está asediada desde junio por las fuerzas de Emiratos Árabes Unidos con el apoyo aéreo de Arabia Saudita y el bloqueo está impidiendo que llegue el 70 % de medicamentos y comida necesarios para terminar con la hambruna.
Cerca de catorce millones de personas necesitan ayuda humanitaria con carácter de urgencia, niños armados y expuestos a la hambruna, y varias enfermedades que ya están matando a la población civil por la hambruna, es el panorama al que se enfrenta Griffiths que ve con cautela el futuro de los yemeníes.
Una esperanza de paz se asoma tímidamente en el horizonte de la mayor crisis humanitaria de los últimos tiempos; esa que ya no aparece en los diarios porque no es noticia.