Miremos la existencia como lo más atractivo, como lo más deseable, como la base de todo, porque lo es.
Demostremos con hechos que vamos en pos de lo apetecible, con amor, con señales que nos ubicarán de manera oportuna.
Nos hemos de encontrar con afectos. No aceptemos la soledad como el pago inevitable. Busquemos en los que nos quieren, algunos desconocidos incluso. No todo ha de tener un precio nocivo.
Esta mañana nos distrae con sus instantes de resplandor y de sosiego. Eso es bueno. Comenzar con relajo es óptimo para tomar un impulso equilibrado.
La vida es un bien preciado, único, irrepetible en la dimensión que conocemos, y un recurso necesario para la paz y la convivencia sociales.
Tomemos lo suficiente para que no nos falte la dicha, que es cimiento del universo, de lo que tiene sentido y de lo que no. Cambiemos las condiciones y circunstancias mudándonos a nosotros mismos.
Poco a poco iremos haciendo el trecho. Tenemos mucho que ver para vivir de verdad. ¿Vienes?