Iniciativa para liberar presos civiles saharauis recluidos en cárceles marroquíes

La Comisión Nacional Saharaui para los Derechos Humanos (CONASADH) se ha dirigido al presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Peter Maurer, para llamar su atención sobre la grave situación en la que se encuentran los presos civiles saharauis recluidos en las cárceles marroquíes, máxime tras la propagación de la COVID-19 en Marruecos.

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Peter Maurer, presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR)

Las precarias situaciones reinantes dentro de las cárceles marroquíes y las condiciones higiénicas deplorable además de la escasez acuciante dentro de las misma da lugar a un servicio sanitario deficiente por no decir inexistente, lo que constituye una amenaza latente e incesante para la vida de estos presos y defensores de los derechos humanos saharauis, como han confirmado todas las organizaciones internacionales, señala Abba Elhassan Salek, presidente de la CONASADH.

Se añade que se trata de presos recluidos cumpliendo condenas injustas tan sólo por sus opiniones políticas y por su activismo pacifico como defensores de los derechos humanos.

El CICR ha recibido numerosas cartas y comunicaciones de instituciones y oenegés instándole a tomar la iniciativa de presionar a Marruecos para que ponga término a las violaciones de derechos humanos contra los civiles saharauis en ausencia de cualquier mecanismo internacional o de la ONU que supervise los derechos humanos en el Sáhara Occidental.

Se recuerda que el Sáhara Occidental es un Territorio bajo mandato de la ONU por tratarse de un Territorio Ocupado y pendiente de una descolonización inconclusa.

Abba Elhassan Salek sostiene que a la CONASADH le cuesta entender la lógica que ha impedido hasta el momento la visita del CICR a los presos políticos saharauis recluidos en las cárceles marroquíes; y recuerda que las autoridades saharauis colaboraron facilitando las visitas que se organizaron desde la institución a los prisioneros de guerra marroquíes, desde los años setenta hasta que fue liberado el último soldado marroquí en 2005.

«En cambio, añade, el CICR no se ha molestado en ofrecer una ayuda similar y en pie de igualdad a las víctimas de las desapariciones forzadas ni a los prisioneros de guerra ni a los presos políticos saharauis hasta la fecha».

Sobre los presos políticos saharauis se recuerda que están encarcelados por el mero hecho de defender sus legítimos derechos y el derecho de su pueblo a la autodeterminación e independencia, que le reconoce tanto las Naciones Unidas como el resto de organizaciones internacionales y regionales conforme a las normas de la legalidad internacional

Se agrega que, además, Marruecos ha enjuiciado a todos estos civiles ante sus tribunales incluidos los castrenses, contraviniendo de manera flagrante los requisitos mínimos para garantizar el derecho a un juicio justo; les expuso a la tortura además de tratos degradantes y humillantes; y fueron deportados al interior de Marruecos donde se les recluyó lejos de sus familiares contraviniendo los preceptos más elementales de los Convenios de Ginebra.

Incluso tras su llegada al interior de Marruecos, los presos políticos saharauis siguen sufriendo por las condiciones mínimas admitidas para las personas privadas de libertad pese a que cumplen condenas muy largas de entre veinte años y cadena perpetua; además del delicado estado de salud de la mayoría de ellos como resultado de las torturas a las que fueron sometidos.

La propagación de la COVID-19 dentro de las cárceles marroquíes constituye una amenaza adicional para sus vidas y requiere de una intervención urgente por parte del CICR y todas las organizaciones internacionales competentes.

Se recuerda a Peter Maurer el llamamiento de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), Michelle Bachelet, dirigido el pasado mes de marzo a todos los Estados para tomar medidas urgente para evitar que el COVID-19 «cause estragos en las prisiones», insistiendo en que «ahora más que nunca los gobiernos deberían poner en libertad a todos los reclusos detenidos sin motivos jurídicos suficientes, entre otros los presos políticos y otros internos que fueron encarcelados simplemente por expresar ideas críticas o disentir»

Dice Abba Elhassan Salek que «tenemos la total certeza de que no existen otros presos políticos, que pudieran estar cumpliendo condenas, de forma tan injusta como arbitraria semejante a la de los presos políticos saharauis recluidos en las cárceles marroquíes hecho corroborado por los testimonios de todos los observadores y organizaciones internacionales, incluidos los expertos de la ONU,  de que sus juicio jamás fueron justos sino más bien una farsa de juicio».

Desde la Comisión Nacional Saharaui para los Derechos Humanos se insta en consecuencia a Peter Maurer a «intervenir de forma urgente e inmediata» y contribuir a que se libere a todos los presos civiles saharauis y poner término a las amenazas potenciales que ponen en serio riesgo a sus vidas, así como a poner término a las incesantes violaciones del derecho internacional humanitario en el Sáhara Occidental, la última colonia en África.

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