España se mantiene como segundo mayor destino de la inversión latinoamericana

La inversión acumulada latinoamericana en España se sitúa ya en 42.663 millones de euros, 61.104 millones si se incluye la inversión en holdings. Desde 2010, América Latina ha invertido 3800 millones de media anual en España, y se ha convertido en la última década en el cuarto mayor inversor en España, solamente por detrás de Estados Unidos, Reino Unido y Francia, y por delante de países como Alemania o China.

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María Peña, consejera delegada de ‎ICEX España Exportación e Inversiones

Esos son algunos de los principales datos que se recogen en el informe Global Latam 2020 promovido por ICEX-Invest in Spain con la colaboración de la Secretaría General Iberoamericana (Segib), presentado por la consejera delegada de ‎ICEX España Exportación e Inversiones, María Peña, y la secretaria general de la SEGIB, Rebeca Grynspan.

María Peña, ha calificado el informe como «una de las publicaciones de referencia de ICEX», con la que la institución «pretende identificar mejor las tendencias de la inversión latinoamericana en el exterior para adecuar nuestra estrategia de atracción de inversión en la región».

En este sentido, ha destacado que se haya incluido en esta tercera edición «un análisis del impacto del COVID-19 que ha permitido observar un comportamiento ‘desigual’ en las inversiones de los diferentes países», al tiempo que se ha podido identificar que «muchas de las operaciones de inversión de empresas latinoamericanas no han sido canceladas, sino que están siendo retenidas a la espera de observar la evolución económica y la situación sanitaria en este 2021».

Asimismo, ha subrayado que este año el informe incluye «un novedoso análisis de la inversión de los fondos de capital privado latinoamericanos en el exterior. Por otra parte, incide en la importancia de la sostenibilidad para la internacionalización de las compañías latinoamericanas».

Por su parte, la secretaria general de la SEGIB, Rebeca Grynspan, ha indicado que «las empresas de América Latina están llamadas a jugar un rol protagónico en la recuperación de la pandemia del COVID-19, y hay varias razones para el optimismo».

En su opinión, «una de ellas es que la región ha tenido una ‘innovación obligada’ durante esta crisis. Del e-commerce al e-learning, de la telemedicina al teletrabajo, hemos visto años de avances en apenas meses».

Otra de las razones que ha señalado «es que la pandemia ha catalizado la transición verde. Tenemos compañías pioneras en el sector con gran potencial de expansión, y una población consciente y preocupada por el cambio climático», ha concluido.

Para el capital latinoamericano, España constituye un destino de inversión de largo plazo, por su estabilidad macroeconómica e institucional, y es crecientemente empleada por las compañías latinoamericanas como puerta de acceso al mercado europeo. España es, además, el segundo destino mundial para las inversiones latinoamericanas, solamente por detrás de Estados Unidos y muy por delante de otras economías europeas, acumulando un mayor número de proyectos de inversión que Alemania, Francia y Portugal juntas.

En 2020, España país recibió 968 millones de euros de inversión procedente de Latinoamérica, un nivel sustancialmente inferior a lo recibido en 2019 y similar al de 2018. Se trata de una disminución del 38,4 por ciento respecto a la media anual de la inversión latinoamericana en España durante los últimos diez años.

Una caída inferior a la experimentada por la Inversión Extranjera Directa (IED) en todo el mundo, estimada en el 42 por ciento por la UNCTAD. Los datos de inversión productiva contrastan con la alta actividad inversora de empresas holding de origen latinoamericano, muy presentes en España.

Concretamente en 2020, este tipo de operaciones crecieron un 152 por ciento respecto a 2019. Esta elevada actividad de flujos financieros en empresas holding refleja la creciente importancia de España como vía de entrada de la inversión latinoamericana en terceros destinos, especialmente europeos.

A pesar de las dificultades para hacer nuevas operaciones durante la pandemia, en 2020 se registraron algunas inversiones muy significativas. Cabe destacar que se anunciaron numerosos proyectos de inversión nueva (greenfield) por parte de empresas latinoamericanas, en particular relativos a compañías tecnológicas.

Algunos de estos ejemplos son la ampliación de la actividad inversora de la tecnológica argentina Globant, de la compañía de servicios financieros brasileña IG4, la también financiera brasileña Creditas, la compañía argentina de desarrollo de software Veritran, o la mexicana KioNetworks, especializada en análisis de datos.

Inversiones en el mundo

La inversión exterior de las empresas latinoamericanas es un fenómeno de creciente importancia. Las compañías de la región cuentan en la actualidad con 765.000 millones de dólares de stock de inversión más allá de sus fronteras. En los últimos años, en un contexto de crecimiento económico débil en la región, cabe destacar que se produjo un importante incremento de la IED latina en el mundo, un 69 por ciento respecto a las cifras de 2011.

En 2020, pese al complicado contexto internacional y a que América Latina está siendo una de las regiones más golpeadas por la pandemia, las grandes empresas latinas mostraron una importante capacidad de resiliencia en lo que respecta a su expansión exterior, aunque con diferencias muy marcadas por países.

La IED emitida por la región se redujo un 90 por ciento, pero esta caída fue debida, principalmente, a la reversión de beneficios de las corporaciones brasileñas, sin las cuales la caída habría sido solamente de un dos por ciento respecto al año anterior, según estimaciones del informe Global Latam en base a fuentes oficiales.

Al margen de la caída de la IED emitida por Brasil en 2020 (-174 por ciento en términos anuales), también fue importante en Perú (-56 por ciento ) y Colombia (-39 por ciento). En los otros países principales de la región, como Argentina (-21 por ciento) o Chile (-15 por ciento), la caída ha sido menor.

Por el contrario, la IED emitida experimentó en 2020 un crecimiento respecto de 2019 en México (+55 por ciento) así como en Costa Rica o Guatemala.

Los datos han de ser interpretados con cautela, dado que es muy posible que las grandes compañías se hayan visto obligadas a postergar sus procesos de expansión a la espera de que se encauce la situación sanitaria, se reabran las fronteras a los viajes de negocios y se disipe la incertidumbre. 

Como signo positivo se observa que la capacidad de las compañías para financiarse en los mercados apenas se ha resentido, lo que permitirá acometer proyectos de inversión retenidos durante la pandemia.

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