¿Por qué protesta el pueblo cubano?

En Cuba hace décadas que existe un capitalismo a la «cubana».

Miguel Sorans¹

El gobierno de Miguel Diaz Canel y el Partido Comunista de Cuba (PCC) dice que las protestas «son orquestadas y financiadas desde los Estados Unidos». Esto no es cierto. Desde ya que el imperialismo quiere utilizar las protestas a su favor. Pero las causas de fondo hay que buscarlas en la política de ajustes aplicada en enero por el gobierno cubano que profundizaron la desigualdad social. En Cuba hace décadas que existe un capitalismo a la «cubana».

Lo primero que hay que decir, y más desde la izquierda, es que las protestas populares en Cuba son totalmente genuinas. La gente salió a las calles porque ya no aguanta más la pobreza, el grave deterioro de su nivel de vida. Desde ya que el imperialismo tiene su cuota de responsabilidad en la crisis social cubana, por su histórico bloqueo y las últimas sanciones. Pero el bloqueo, que siempre repudiamos y combatimos, es solo un elemento pero no la causa fundamental de la grave situación social que padece el pueblo cubano.

El bloqueo, instaurado en los años sesenta, fracasó por la resistencia del pueblo cubano y el apoyo en el mundo a la revolución cubana. Hoy en día es muy limitado y parcial. Desde hace décadas Cuba tiene relaciones comerciales y políticas con casi todos los países del mundo. Tal es así que desde los años noventa, de la mano del Fidel y Raúl Castro, se fue facilitando la inversión privada extranjera, bajo empresas mixtas con las multinacionales, en especial de la Unión Europea y Canadá. El PCC, siguiendo el camino marcado por China, restauró el capitalismo en la isla. Esta es la triste verdad. Ese es el verdadero marco económico-social que explica el inédito estallido social del 11 de julio.

El ajuste capitalista de enero de 2021

Justamente es la burocracia del PCC la que siempre ha esgrimido el argumento del «bloqueo» para justificar que no haya libertades y que las y los trabajadores cubanos estén por años con salarios de quince dólares trabajando, por ejemplo, para las multinacionales españolas o canadienses en el sector turístico o para la Corporación Cuba Ron SA, formada por empresarios cubanos y la francesa Ricard Pernod (dueña del whisky Chivas Regal).

Mientras tanto los dirigentes del PCC, los militares y los nuevos burgueses viven como ricos, con sus privilegios y en barrios reservados.

Hace unos meses Tony Castro, uno de los nietos de Fidel Castro, compartió por sus redes sociales imágenes de sus costosos viajes a destinos como París y España. Además, publicó fotos conduciendo un BMW en  lujosos sitios turísticos de Cuba. Lo cual provocó gran indignación.

Lo que hizo prender la mecha no fue una «conspiración imperialista» sino el brutal ajuste que aplicó el gobierno cubano en enero de este año. El presidente Miguel Díaz Canel llamó, a la reforma laboral y de precios, «Tarea ordenamiento».

El gobierno dio por terminado el largo período de la existencia de dos monedas en Cuba, el peso cubano y el peso convertible CUC. Con lo cual decretaron un mísero aumento del salario y un elevado aumento de todos los precios de consumo popular. O sea, un típico ajuste capitalista.

Tan «ortodoxo» que hasta se anunció que tenía por objetivo «incentivar la inversión privada». Junto con ello se habilitó «la participación mayoritaria de capitales extranjeros en las empresas mixtas (…) en el sector financiero incluye firmas de capital totalmente extranjero» (Clarín, 19/12/ 2020, página 36).

El salario mínimo mensual pasó de 500 pesos (20 dólares) a 2100 (87 dólares) pero los precios de los alimentos, aseo, gas, luz y transporte se incrementaron muy por arriba del aumento salarial.

En estos meses se desató una mayor inflación y especulación capitalista con el dólar. Lo que derivó en una devaluación de hecho (el dólar oficial de 24 pesos ya está en 60 en el paralelo) que terminó de licuar el salario, ya de por si miserable. Todo lo cual produjo una mayor escasez. El pueblo cubano hace colas interminables para conseguir comida, sufre cortes de electricidad y, en medio de la pandemia, escasean los medicamentos. Mostrando el deterioro del servicio de salud que antes era de primer nivel.

Todo esto terminó estallando el domingo 11 de julio, en el pueblo de San Antonio de los Baños, a 38 km de la Habana, y se extendió rápidamente a otras ciudades y a la misma Habana. Miles de personas salieron a las calles a reclamar por comida, medicamentos y a repudiar al gobierno y a su ajuste.

Así lo explicaban los integrantes del Colectivo editorial de Comunistas Blog: «En la tarde de hoy el pueblo cubano salió a las calles. Un pueblo que no estaba convocado por ninguna organización que no fuera la aguda crisis económica que enfrenta Cuba y la discapacidad del gobierno para manejar la situación. Cuba salió a las calles con la consigna equivocada ‘Patria y vida’, pero salió a las calles más allá de una consigna, salió para exigir al gobierno un socialismo verdadero». Algunos de sus miembros fueron detenidos, entre ellos, el historiador marxista Frank García Hernández.

Apoyemos la protesta popular y la libertad de todos los detenidos

Lo ocurrido en Cuba se asemeja a las movilizaciones que se dieron en Chile, Colombia, Perú o Brasil contra los ajustes. Muchas luchadoras o luchadores pueden creer que en Cuba es distinto. Pero no es así. En Cuba ya no existe ningún socialismo. Se trata de un régimen de partido único represivo que, al estilo de China o Vietnam, gobierna para los nuevos ricos y sus alianzas con las multinacionales.

En Cuba crecen la pobreza y la desigualdad. Por eso estas protestas populares pueden ser el comienzo de un cambio en la situación. Sabemos que en estos procesos actúan sectores proyanquis, aliados al exilio de Miami, que van a querer usar estas movilizaciones para instaurar su propio gobierno.

Como socialistas revolucionarios alentamos la movilización obrera y popular, para terminar con el ajuste en la perspectiva de lograr un gobierno de la clase trabajadora y un socialismo con democracia obrera y popular. Para ello luchamos por la construcción de una nueva dirección revolucionaria que retome las banderas del Che y de la primera revolución socialista.

Las protestas continúan y ya hay un muerto por la represión. Desde la UIT-CI, apoyamos al pueblo cubano y llamamos a todos los que se reclaman antiimperialistas y de izquierda en el mundo, a solidarizarse para que se derrote el plan de ajuste, contra la represión, por el derecho a la protesta y para lograr la libertad de todos los detenidos por luchar.

  1. Miguel Sorans, miembro de la dirección de Izquierda Socialista, de Argentina y la UIT-CI

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