«Un Triomphe» (un triunfo) es el segundo largometraje de ficción de Emmanuel Courcol, actor y guionista francés (en particular en las películas de Philippe Lioret) quien ha pasado a la realización. Su ópera prima como director fue en 2016 «Cessez le feu», un drama histórico sobre los traumatismos provocados por la primera guerra mundial.
Con «Un Triomphe» firma ahora en un registro muy diferente una comedia humanista y generosa, que formaba parte de la selección oficial 2020 del festival de Cannes, anulado por causa de pandemia, y que llega por fin a la distribución comercial en Francia.
Cabe subrayar que dos personalidades muy diferentes del cine francés han participado en la producción de esta película: Dany Boon, actor cómico y cineasta muy popular (Kad Merad había participado como actor en el gran éxito de «bienvenue chez les ch’tis» de Dany Boon), y Robert Guediguian, cineasta autor marsellés que practica con perseverancia un cine de comprometida crítica social (de «Marius y Jeannette» a «Gloria Mundi»). Aunque viniendo de horizontes muy diversos, Bonn y Guediguian han coincidido en apreciar el carácter profundamente humano y generoso de este guion.
La película se basa en hechos reales acaecidos en Suecia en 1985, cuando un actor sueco decidió montar la obra teatral «Esperando a Godot» con los presos de una cárcel de alta seguridad.
El guion escrito por Emmanuel Courcol, con la participación de Thierry de Carbonnières y de Khaled Amara, adapta esos hechos a la Francia contemporánea, con un esmerado trabajo de observación del universo carcelario.
En esa tarea de reconstrucción de una cárcel ha intervenido también el actor Olivier Foubert (regidor del teatro del Odeón en la película) quien anima desde hace años los talleres de teatro en la cárcel de Fleury Merogis, en la región de París.
El rodaje tuvo lugar en el centro penitenciario de Meaux Chauconin, en donde el propio Emmanuel Courcol había rodado en 2019 su documental «Doce cuerdas» en el marco de un programa de reinserción.
Junto a un casting de actores poco conocidos que interpretan a los presos de la cárcel participantes en el taller, Courcol ha optado por dos protagonistas que son actores populares en Francia: Kad Merad es ese actor que atravesando una crisis personal y profesional se lanza a la aventura de interesar a un grupo de delincuentes por el mundo del dramaturgo Samuel Becket. Teatro del absurdo que paradójicamente refleja bien el estado de ánimo de los presos, pues ellos también esperan que suceda algo en sus propias vidas.
El otro papel protagónico es el que interpreta la actriz Marina Hands, la directora del penal quien, contra viento y marea apuesta por la esa difícil y arriesgada reinserción, apoyando la iniciativa teatral. ¿Será un triunfo esa tentativa de reinserción humana a través del teatro? Toda la tensión de la película se apoya en esa incógnita, con numerosos sobresaltos.
No revelaremos aquí el desenlace de esta emocionante aventura humana y teatral, que Emmanuel Courcol filma con un brillante equilibro entre el buen sentido del humor y la más sana y lograda emoción.
Como el setenta por ciento del cine francés, «Un triunfo» ha sufrido también las consecuencias de las medidas anti Covid, del arbitrario cierre de las salas de cine y ahora del liberticida pase sanitario.
En condiciones normales de distribución y exhibición, no me cabe duda de que la película de Courcol podría haber sido uno de los grandes éxitos populares del cine francés, pues es de esas obras que reúnen al mismo tiempo el aplauso de la crítica y del público.
