En un proceso histórico celebrado este jueves, 13 de enero de 2022, en la Alta Corte regional de Coblenza (Alemania), el exmilitar sirio Anwar Raslan ha sido condenado a cadena perpetua por crímenes contra la humanidad, en el primer juicio que se celebra en el mundo de las exacciones cometidas por el ultraconservador y dictatorial régimen de Bachar al-Assad.
Anwar Raslan, de 58 años, es un excoronel de los servicios de inteligencia sirios que, entre otras cosas, dirigía el servicio de investigaciones del centro de detención de Al-Khatib, y estaba acusado de torturar y matar a decenas de ciudadanos sirios. Fugado de su país y detenido en Alemania, es uno de los más altos dignatarios del régimen sirio juzgado por crímenes contra la humanidad.
Se le ha condenado por el asesinato de veintisiete personas y la tortura de otras miles en el centro de detención de Al-Khayib entre 2011 y 2012. La sala ha escuchado los testimonios de más de ochenta víctimas que han enseñado las señales de los electroshocks, patadas, cables eléctricos y otras torturas infligidas por el excoronel.
Según Markus N. Beeko, responsable de Amnistía Internacional en Alemania, «el tribunal ha establecido, clara y formalmente, condiciones de detención inhumanas, torturas sistemáticas, violencias sexuales y asesinatos en Siria».
El director ejecutivo de la ONG Human Rights Watch, Kenneth Roth, se ha felicitado por una sentencia «histórica» y ha subrayado que «la tortura y el asesinato de los detenidos son elementos clave del modus operandi del gobierno de Assad».
Casi once años después de la sublevación popular en Siria se ha celebrado este primer proceso sobre las exacciones cometidas por el régimen del dictador al-Assad, frecuentemente denunciadas por organizaciones no gubernamentales y activistas disidentes, en el que Alemania ha aplicado el principio de «justicia universal», que significa que un estado puede juzgar los delitos más graves, independientemente de la nacionalidad y el lugar en que se han cometido.
En febrero de 2021, un funcionario de menor rango que Anwar Raslan de la inteligencia siria, fue condenado por otro tribunal alemán a cuatro años y medio de cárcel por «complicidad en crímenes contra la humanidad».
En 2016, una comisión de investigación de la ONU acusó al régimen sirio de «exterminar» a los detenidos.