El estreno, en la Gran Opera de Miami, de «El Matrimonio Secreto» de Domenico Cimarosa, uno de los más prolíficos compositores del siglo dieciocho, que llegó a componer ochenta óperas y fue maestro del género «comedia bufa» o comedia cómica, muy popular durante aquella época por su acercamiento a temas populares, sus ágiles dúos y tríos, recitativos hablados y por su risueña trama, marca historia al ser una versión totalmente cantada en español.
Entre los subtemas que derivaran de este género está la zarzuela española. Esta ópera, se presentó en Estados Unidos en 1834, desconozco si en España ha habido alguna representación. El éxito de esta obra fue consagratorio para su autor y el fin de una época musical.
Esta audaz versión tropical en la Gran Opera de Florida, es un concepto, sin duda innovativo, de la directora de la FGO, Susan T. Danis, de trasladar los hechos a la década de los años ochenta, en plena guerra de la cocaína, a Miami, centro del Art Deco, en un ambiente tropical y cantada en español.
Un elenco de cantantes jóvenes de buenas voces y excelente interpretación en el juego escénico, una ajustada decoración y vestuario de la época, una vibrante dirección orquestal, ponen en relevancia la renovación operística y las posibilidades creativas. Un suceso operístico digno de ser compartido en otros teatros líricos del mundo musical hispano.
En el marco de este acontecimiento entrevistamos al director musical Darwin Aquino, quien nos recibió en el camerino del teatro y nos puso en perspectiva esta original producción y el desafío de la ópera a nivel mundial y los retos de los directores musicales de origen latinoamericano.
Darwin Aquino: En República Dominicana tenemos una tradición operística y tuvimos el privilegio de heredar músicos europeos después de la Primera Guerra Mundial, que estaban buscando asilo en distintos países. República Dominicana se llenó en los años 1930, 40 y 50 de grandes músicos españoles, alemanes, italianos, franceses que fundaron nuestra Orquesta Sinfónica Nacional, fundaron el Conservatorio Nacional de Música, y el coro nacional, que son ahora nuestras principales instituciones musicales. Éso ayudó al país a desarrollar la música clásica que ya tenía buen curso pero ésto le da un impulso muy importante a mediados del siglo veinte. De ahí que nuestras instituciones se siguen desarrollando hasta el día de hoy que contamos con una muy Buena Orquesta Sinfónica Nacional un excelente Conservatorio de Música, Orquestas juveniles, Coro Nacional, movimiento operístico aunque no hay una compañía nacional, se hacen producciones periódicamente.
Adriana Bianco: En New York tuve ocasión de conocer a varios cantantes que buscaban posibilidades de actuación en ese gran centro musical que es New York.
DA: Más y más nuestra juventud tiene hoy la oportunidad de salir del país, hacer sus estudios de maestría en el extranjero y continuar su carrera afuera. Yo soy un ejemplo de ello.
AB: Como surgió en ti la vocación de la música?
DA: Tú sabes que el Caribeño es un pueblo musical, todo el mundo toca algo, canta en las fiestas, yo me acuerdo que mi abuelo ponía la radio y nos enseñaba a bailar y a cantar. Mi padre es un músico autodidacta, toca la guitarra, toca el acordeón, y siempre hacia música en los aguinaldos. Yo crecí en ese ambiente y mi papá quiso que nosotros, mis dos hermanas mayores y yo, estudiáramos música porque él no tuvo esa instrucción. Yo elegí el violín y mis hermanas piano. Yo seguí la carrera como violinista de la orquesta Sinfónica de mi país con dieciséis años, luego empecé a componer al mismo tiempo y a dirigir la orquesta juvenil donde yo era el concertino, yo tendría dieciocho años.
AB: Fuiste muy precoz y con un talento especial para la música. Supongo que también estudiabas….
DA: Si. Yo estudiaba música en una escuela privada no tenía muchos conocimientos de dirección de orquesta porque todavía hoy no se imparte la dirección de orquesta como una catedra en mi país. Pero yo tenía una vocación y el maestro de dirección me dio consejos y yo seguí…
AB: Eres compositor, director de orquesta y violinista. Como se compaginan siendo aspectos distintos aunque se complementen…
DA: He tenido mucha suerte en mi vida musical. He podido ver a la música desde tres perspectivas diferentes, que al final son una sola. Yo pienso que hoy, la especialización, es peligrosa cuando solamente aprendemos algo muy específico y no sabemos los alrededores de la profesión. En la música hay que tener ese aspecto humanístico. Yo empecé a tocar violín, a componer y luego dirigí porque en nuestros países latinoamericanos, muchas veces tienes que hacer de todo para sobrevivir. Y yo hacía todo, hasta hice arreglos y eso me permitió una versatilidad en los temas que ahora en esta etapa de mi vida, que vivo en Estados Unidos, he podido sacarle ventaja.
AB: ¿Cuál de esas tres actividades es la que más te atrae?
DA: Honestamente, lo que haría las veinticuatro horas del día, seria componer, es lo que más me gusta, tú con tu partitura, con tu música. Mi primera esencia es la de compositor.
AB: ¿Tus composiciones se vinculan al movimiento americanista de Chavez, Ginastera, Villalobos?
DA: Si, sigo la tradición de muchos maestros latinoamericanos que se han dedicado a los ritmos y el folklore de sus países. Mis obras desde hace quince años reflejan elementos del folklore dominicano, tanto de la herencia africana, como de la herencia hispana, porque tenemos esa mezcla, somos mestizos. Mira mis títulos: Congofonia, Espacio Ritual, Sarandunga que es una danza del sur país. Compongo para todos los formatos: sinfónico, cámara, vocal. Tuve el privilegio de hacer mis estudios en composición en Francia en el Conservatorio Nacional de Estrasburgo, en el 2003, y esa fue la primera salida de mi país y después vine a Estados Unidos a hacer mis estudios de maestría en Dirección de Orquesta en Florida Internacional University. En Florida trabaje como asistente de la Gran Opera de Miami, lo hice por varias temporadas y ahora vuelvo como Director Musical de esta producción, «El Matrimonio Secreto», que se hace en español, por primera vez.
AB: Tienes un amplia trayectoria como conductor en Estados Unidos y Latinoamérica.
DA: Si, y actualmente soy Director Musical de la Orquesta Filarmónica de St. Louis y atiendo otros compromisos en filarmónicas internacionales.
AB: Una vida bien agitada. Has vuelto a Miami para dirigir «El Matrimonio Secreto», una ópera ambientada en Miami, algo muy innovativo.
DA: Si, es una producción original y brillante de la Gran Opera de Florida que se la debemos a la genial mente de Susy Dennis, directora ejecutiva de la compañía. «El Matrimonio Secreto» es una ópera italiana de Cimarosa y la compañía quiso hacer una traducción al español, todo el concepto pasa en la ciudad de Miami en un Hotel Art Deco, en los años ochenta.Todo el vestuario y escenografía se adaptó a la época. Mi esposa, la mezzosoprano italiana Benedetta Orsi, y yo fuimos comisionados por Gran Opera Florida para traducir la opera al español, eso fue en el 2019, para ser estrenada en el veinte. Ahora pudimos estrenarla.
AB: Y la versión es muy divertida y original! Como ves el mundo de la Opera y Musical en la Era de la Globalización con el fuerte impacto de la música comercial y el internet. Cuáles son los desafíos?
DA: Los desafíos son los que tienen todas las artes, tenemos que seguir acercándonos al público, mostrando con lo que la gente se identifica. Pero sin perder nuestra función artística, sin perder calidad que es muy importante. Soluciones hay para abordar el tema. El caso de «El Matrimonio Secreto» es un ejemplo perfecto de seguir vinculado a la tradición operística italiana bufa del siglo dieciocho, cercana a «La flauta mágica» de Mozart, con un lenguaje clásico particular, barroco, y a la vez, ofreciendo esta música en un concepto moderno, con el cual el público se puede sentir identificado a nivel cultural y social, arquitectónico, a través del idioma. Para los artistas es más trabajo porque tenemos que seguir conquistando la audiencia pero los grandes compositores del pasado hicieron lo mismo.
AB: Claro, Beethoven, Verdi, tratando que sus obras gustaran al público, buscando mecenas para sus producciones…
DA: Claro, Mozart y muchos autores buscando donde ejecutar sus obras, buscaban que su música fuera apoyada y escuchada. Ayer y hoy, tenemos los mismos retos pero hay que adaptarse a los tiempos actuales y eso hace más creativa la vida de los artistas y más interesante.
AB: Tenemos una buen tradición en Latinoamérica, el Teatro Colon, México con sus Palacio de Bellas Artes, sus conservatorios, tenemos a Duhamel que abrió caminos a nivel internacional, pero hay una gran competencia a nivel internacional. ¿Cuáles son los retos para un joven músico latinoamericano?
DA: Como tú lo mencionas hay una gran competencia, mucha gente capacitada y preparada pero los puestos de trabajo no están creciendo igual, el reto está en tener la calidad adecuada. Nosotros que salimos de países latinoamericanos tenemos un talento natural para las artes, porque somos personas extravertida, emotivas, creativas, todo eso es bueno para el arte porque se puede comunicar con facilidad sentimientos y emociones, pero hay que cultivar esa sensibilidad, estudiar, prepararse. Alcanzar la misma calidad que tienen otros países con mucha tradición musical es un reto. Yo he tenido que trabajar más que otros colegas que tuvieron otras oportunidades educativas, uno tiene que superarse permanentemente. Estamos viviendo un momento interesante de apertura e inclusión cultural, eso nos está ayudando a las culturas que somos minorías pero aun así, lo que se impone es tu calidad profesional.
AB: ¿Qué modelo tienes de director musical de orquesta que tu hayas seguido o que te atraiga su estilo?
DA: Esa etapa ya la pase, no estoy buscando, al principio uno imita al director que admira, pero yo no siento la necesidad de imitar a nadie, estoy tratando de hacer las cosas con mi propia expresión personal y me siento más cómodo en mi propia piel, estar en el podio, comunicarse bien y ser tú mismo sobre todo en los ensayos, porque cuando estás en la función ya está todo listo, es el momento de entregarse, pero en los ensayos es cuando se trabaja el texto, la música, la comunicación de lo que deseas. La dirección de orquesta es parecida a la actuación de un actor, lo que la gente recibe es una visual tuya, como tu entiendes la música y si esa visual no es sincera la música no sale. En el arte la sinceridad y la comunicación es fundamental.
Muy interesante la nota.gracias