Podemos decirnos todo. Nos replanteamos. Nos regulamos. Nos exponemos.
Nos decimos que vale, que es posible, que nos llenamos, que nos implementamos. Hemos sido en el tono, en la imagen, en retorno incluso.
Nos enclavamos en un flamante esfuerzo que nos responde a las cuestiones básicas. Estamos en el tono de la felicidad. Es de agradecer.
Nos declaramos a la etapa que nos regalará los hechos más increíbles. Hemos servido. Nos impulsamos.
Miramos, nos soñamos, nos procuramos experiencia. Todo sucede en positivo. Nos endulzamos. Las experiencias nos nutren. No faltan ganas de jovialidad.