La reciente agresión de Azerbaiyán en la región autónoma de Nagorno-Karabaj (Artsaj para los armenios) que ya ha provocado veinticinco muertos y 138 heridos ha tenido connotaciones en todos los aspectos, incluyendo el ajedrez.
Azerbaiyán justifica la agresión como una «operación antiterrorista» exigiendo la «retirada completa» de las fuerzas armenias como condición para la paz en el territorio en disputa, cuestión que tanto Artsaj como la propia Armenia niegan.
También plantean una «evacuación» de los habitantes de etnia armenia lo que podría dar paso a una «limpieza étnica» dado que el noventa por ciento de la población en el disputado enclave es armenia.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Armenia instó a las tropas rusas de mantenimiento de la paz, presentes desde la pasada segunda guerra de 2020, a intervenir y detener la «agresión a gran escala» de Bakú contra la población local.
Previamente, desde el 12 de diciembre de 2022, Bakú mantiene cerrado el ‘corredor de Lachín’ que unía Armenia con Nagorno Karabaj y que debía permanecer abierto en virtud de un acuerdo sobre el alto el fuego que puso fin a la segunda guerra de 2020.
En este contexto, y no es la primera vez, el enfrentamiento ha motivado reacciones en el ajedrez. El gran maestro armenio, Levon Aronian, quien juega desde 2021 por Estados Unidos, no acudió «por seguridad» el pasado junio al Campeonato Mundial celebrado en la capital de Azerbaiyán, Bakú.
Aronian ya jugó varias simultáneas en Ereván con unos veinte niños refugiados de Artsaj en noviembre de 2020. En diciembre de 2022 alertó del cierre del ‘corredor de Lachín’. Ahora pidió a sus colegas que no guarden silencio ante el bloqueo a este enclave poblado por armenios, porque así justifican lo que está sucediendo.
En una red social, mencionó que «la situación inhumana» en la que se encontraba el pueblo de Artsaj fue creada por el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliev.
«La ciudad de Stepanakert, donde vive gente cercana a mí, y toda Artsaj están bajo bloqueo desde hace más de nueve meses. Esto significa que prácticamente no llegan allí productos alimenticios, incluidos los necesarios para el desarrollo normal de los niños; medicamentos , incluidos los necesarios para las personas mayores que padecen problemas asociados con enfermedades cardíacas. El mundo ya empieza a pronunciar la palabra ‘genocidio’. Y esto es en el siglo veintiuno».
Aronian, dos veces ganador de la Copa del Mundo, señala que el bloqueo de Nagorno Karabaj por parte de Bakú no obedece a «una necesidad, importancia estratégica o cualquier otro motivo».
Según el ajedrecista, la mayoría de los azerbaiyanos no ve con buenos ojos la situación provocada por su líder, Ilham Alíev, quien llama «perros» a los armenios. «En todos los pueblos hay gente buena y gente mala, pero hay gente buena que calla porque teme a los malos», opinó.
«Creo que la gente que tiene compasión y que no puede ver morir de hambre a 120.000 personas es la mayoría», añadió. «Me dirijo a mis compañeros grandes maestros. No tenemos derecho a justificar lo que está sucediendo con nuestro silencio».
«Despertemos, gente. No podemos, mediante nuestro silencio, permitir que suceda algo de lo que la humanidad se avergonzará durante siglos. Se lo debemos a nuestros descendientes hablar de lo que está pasando y tratar de llegar a quienes pueden cambiar esta vergonzosa situación».
Por su parte, el ajedrecista azerí Teimour Radjabov contestó en una red social a Aronian justificando al régimen de su país: «Durante los 44 días de la Segunda Guerra de Karabaj, Aronian afirmó y escribió que estaba dispuesto a tomar las armas, e ir a la guerra», añadiendo que era para luchar, naturalmente, contra Azerbaiyán.
«Pero, teniendo una mente matemática, ¿pensó Aronian que con su declaración en realidad estaba apoyando las reivindicaciones territoriales de Armenia contra Azerbaiyán, alentando a los separatistas de Khankandi» (término usado por los azeríes para Stepanakert) «y contribuyendo así con su ‘granito de arena’ a una escalada aún mayor de la situación en la región?» se pregunta Radjabov.
También subrayó que el ajedrez es un símbolo de paz y diplomacia, e incluso durante la Guerra Fría los ajedrecistas fueron mediadores y símbolos de paz.
Del mismo modo, la denominada Comunidad de Azerbaiyán Occidental condenó «enérgicamente la declaración provocativa del ajedrecista armenio Levon Aronian».