En un sorpresivo giro de los acontecimientos, Estados Unidos EEUU) ha llamado a la calma en la región de Gaza a través de una nueva propuesta presentada ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU), según una información de Francesc Peirón, corresponsal de La Vanguardia en Nueva York.
Según el análisis de Peirón, esta iniciativa de EEUU pretende suavizar las tensiones que su apoyo continuo a Israel ha generado dentro del Partido Demócrata al presidente Joe Biden, quien ha iniciado una campaña para alcanzar un «alto el fuego inmediato» entre Israel y Hamas, así como la liberación de los rehenes capturados en el conflicto.
La propuesta, confirmada por Nate Evans, portavoz de la misión de EEUU en la ONU, marca una desviación significativa de la postura anteriormente inquebrantable de la administración Biden, que había ejercido el derecho de veto en tres ocasiones, impidiendo cualquier detención de las hostilidades.
Este cambio radical se produce asimismo después de varios días de negociaciones en la ONU, culminando con el anuncio del secretario de estado, Antony Blinken, quien destacó la necesidad de un cese inmediato de las hostilidades para «proteger a los civiles de ambos lados y permitir la distribución de asistencia humanitaria esencial».
Considera que la propuesta de EEUU no solo busca un alto al fuego sostenido, sino que también expresa una profunda preocupación por las amenazas de hambrunas y epidemias provocadas por el conflicto.
A pesar de su cambio de tono, Washington ha logrado incorporar sus principales preocupaciones, como la condena de los ataques de Hamas a Israel y el derecho de Israel a defenderse, aunque de manera más moderada, buscando evitar vetos por parte de Rusia o China.
Este movimiento de la administración Biden señala un giro radical en la política estadounidense hacia Israel y la región de Oriente Medio. Hasta la fecha, EEUU había rechazado las pausas propuestas y había vetado una resolución presentada por Argelia y apoyada por naciones árabes que solicitaba el alto el fuego en febrero pasado, argumentando que podría perjudicar las negociaciones en curso.
La nueva resolución, aún en forma de borrador, hace especial hincapié en la protección de los civiles y el acceso a la ayuda humanitaria, rechazando cualquier intento de alterar el mapa de Gaza mediante corredores de seguridad y el desplazamiento forzoso de la población civil. También insta a los estados miembros a intensificar los esfuerzos para suprimir la financiación al terrorismo, incluyendo restricciones a Hamas, en un claro mensaje dirigido a la comunidad internacional.
Este cambio de estrategia llega en un momento crítico, tras un informe de la ONU publicado el lunes que alerta sobre una inminente crisis humanitaria en Gaza, donde 1,1 millones de residentes se enfrentan a niveles críticos de hambruna e inseguridad alimentaria.
La resolución propuesta por Estados Unidos, a pesar de sus desafíos y la necesidad de un apoyo unánime, representa una oportunidad para aliviar la situación en Gaza y reafirmar el papel de EEUU como mediador en conflictos internacionales.
