Las históricas piezas de ajedrez de Lewis se pueden ver por primera vez por los visitantes desde otra perspectiva, por su reverso, desde el pasado jueves 31 de octubre, en el Museo Nacional de Escocia en Edimburgo.
La exposición muestra ahora las piezas de forma circular por lo que se puede apreciar la intrincada talla desde todos los ángulos. Anteriormente solo se podían observar de frente.
Se han colocado con una nueva iluminación, nuevo diseño y nueva interpretación para resaltarlos de forma más prominente, a la entrada de la galería del Reino de los Escoceses, y son visibles desde el adyacente Hawthornden Court.
Los visitantes del Museo Nacional de Escocia, que recibe a más de dos millones de personas anualmente, ahora tienen la oportunidad de conocer estos históricos trebejos en toda su extensión.
Los restauradores señalan que su reverso es igual de interesante con muchos detalles, los tronos cuentan con unos zarcillos de vid complejos con tallas entrelazadas y nudos suntuosos, mientras que el cabello de algunas figuras cae por sus espaldas, como en bucle formando estilizados anillos.
La mayoría de las figuras están hechas de colmillos de morsa (provenientes de Groenlandia y tratados en Noruega, otras fuentes apuntan a Islandia) y dos de las piezas son diferentes, talladas con dientes de ballena o cachalote. Son bien conocidas por sus expresiones faciales únicas, especialmente la del ‘Berserker’ (los más feroces guerreros vikingos, que se citan en las sagas nórdicas) que muerde el escudo y la reina que apoya la mano en la barbilla con rostro cansado.
La restauradora principal de arqueología medieval e historia en los Museos Nacionales de Escocia (NMS), Alice Blackwel, declaró: ″Las piezas de ajedrez de Lewis son muy apreciadas gracias en parte a sus expresiones y poses icónicas, sin embargo, son objetos que fueron diseñados para ser apreciados desde todos los ángulos. Después de todo, cada jugador ve la espalda de sus propias piezas”.
La exposición en Edimburgo muestra once de estos trebejos pertenecientes a la colección NMS, mientras que las 67 restantes están en la colección del Museo Británico de Londres, de las que seis (rey, reina, obispo (alfil), guerrero (torre), caballero (caballo) y peón) están desde 2016 en préstamo en el Museo nan Eilean, en Stornoway, isla de Lewis (como curiosidad, la primera institución museística en usar como principal el idioma gaélico).
De las once, una de ellas referida a un obispo (alfil) se expone en una galería diferente que explica la iglesia medieval. Hay que mencionar que en Escocia se han encontrado tableros de ajedrez de época medieval en monasterios como Whithorn (concejo Dumfries y Galloway) y los de las islas de Inchmarnock, donde se encontraron 35 tableros y en la isla de Rum, donde se halló otro con decoración entrelazada.
Las conocidas piezas fueron descubiertas en Lewis, en concreto en las dunas de la bahía de Uig, en el lado oeste de la isla, a principios del siglo XIX y se han convertido en una de las mayores atracciones visuales del Museo Nacional de Escocia.
El ajedrez descubierto en Lewis contenía en total 93 elementos, entre ellos 78 piezas (Ocho reyes, ocho reinas, quince caballeros (caballos), 16 obispos (alfiles), 12 guerreros (torres) y 19 peones), de al menos cuatro juegos de ajedrez. Pero hay otros relatos sobre el descubrimiento, que mencionan un monasterio o convento en ruinas a diez kilómetros de la playa, mientras que otro describe que estaba en una estructura de un sótano subterráneo de piedra.
El descubridor, mientras cuidaba su ganado, fue Malcolm MacLeod aunque hay pocos datos sobre el mismo. Se exhibieron por primera vez en Edimburgo, en la Sociedad de Anticuarios de Escocia en 1831, gracias a Roderick Rirrie, residente en Stornoway. Posteriormente dividió y vendió las piezas pasando a manos privadas hasta que fueron adquiridas en 1888 por el Museo Británico.
Hubo una fuerte influencia escandinava en la región y Noruega controlaba las islas Hébridas y otras islas escocesas, por lo que se apunta que, probablemente, se hicieron en Trondheim, en Noruega entre 1150-1200, siendo esta teoría la más difundida. Hay otra que apunta que su origen es islandés.
No se sabe quién enterró las piezas ni por qué. Pueden haber sido propiedad de un comerciante, navegando de Escandinavia a Escocia, Irlanda o la Isla de Man para vender los juegos que eran altamente preciados. Sin embargo, otra teoría apunta que las piezas podrían haber sido propiedad de un príncipe local, obispo u otro noble ya que Lewis era la sede de personas poderosas con estrechos lazos con Noruega.
Las piezas también han inspirado diferentes historias desde su descubrimiento. Una de las más antiguas es la leyenda gaélica An Gille Ruadh (El Chico Rojo), ambientada en el siglo XVII. Se cuenta que un sirviente vio a un joven marinero náufrago, que huía de su barco con un paquete con objetos de valor, por lo que lo asesinó. El sirviente lo escondió y no pudo regresar a recogerlo siendo condenado a muerte por su crimen a la horca en Stornoway. Esta leyenda muestra que el tesoro se había convertido en parte del folclore de la gente que vivía en Uig.
En 2001, las piezas de ajedrez de Lewis aparecieron en la película ‘Harry Potter y la piedra filosofal’ cuando Harry y Ron juegan al ajedrez mágico, donde los trebejos están encantados y se mueven solos.
Por último, mencionar que el ajedrez de Lewis ha sido el argumento usado en la última asamblea general de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) celebrada en Budapest, para admitir, por unanimidad, la solicitud de la Federación de Groenlandia.
En su ingreso se cita que el ajedrez ″tiene una conexión sorprendentemente larga con Groenlandia” citando al ajedrez de Lewis, cuyas piezas se ″han demostrado definitivamente fueron elaboradas a partir de colmillos de morsa de origen groenlandés». La Federación de Ajedrez groenlandesa, nueva afiliada, quiere establecer una cultura de ajedrez introduciendo el juego «tanto a los ancianos como a los jóvenes”.