En una dramática asamblea general de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) en Budapest el domingo 22 de septiembre se votó mantener las sanciones contra Rusia y su aliado, Bielorrusia. Ambos países fueron suspendidos de la federación después de que Rusia invadiera Ucrania en febrero de 2022.
La moción presentada por Kirguistán tenía tres posibles variantes de votación:
1. Levantar todas las limitaciones impuestas por el Consejo de la FIDE a Rusia y Bielorrusia.
2. Mitigar las restricciones (en una forma no especificada).
3. No levantar la resolución del Consejo de la FIDE y, por tanto, mantener la suspensión.
FIDE, encabezada por el ruso Arkady Dvorkovich, evitó la derrota rusa con la fórmula intermedia, es decir el punto dos, votar una moción para celebrar consultas con el Comité Olímpico Internacional (COI) y el Comité Paralímpico Internacional (IPC) para permitir la posibilidad de levantar y flexibilizar algunas restricciones en las competiciones de niños menores de 12 años y ajedrecistas discapacitados.
Eso sí, las sanciones contra Rusia y Bielorrusia, funcionarios, bandera e himno en competiciones internacionales se mantienen. El COI, al que pertenece FIDE, también había recomendado que cumpliera con las sanciones contra Rusia en el deporte que seguían vigentes.
Antes de comenzar la votación, Ucrania pidió a los delegados que rechazaran la propuesta de levantar las sanciones. La votación fue abierta y no secreta como pretendía Rusia.
El resultado final fue que 66 países apoyaron la moción intermedia, la concesión parcial de la dirección de FIDE, 41 optaron por la tercera opción: que todas las restricciones se mantengan y sólo 21 países votaron para levantar las sanciones. Hubo 11 abstenciones y unos 60 ausentes.
La postura mayoritaria fue seguida por India y China que arrastraron a la mayoría. De hecho, fue el vicepresidente de FIDE y ex campeón mundial, el indio Viswanathan Anand quien presentó a la asamblea esta propuesta antes de la votación. «Creemos que este enfoque defiende el compromiso de la FIDE con la inclusión y al mismo tiempo respeta el marco internacional», explicó.
Rusia y Bielorrusia contaron con el voto de varias ex repúblicas soviéticas y recibió también votos por ejemplo, del país que lidera la federación asiática, Emiratos Árabes Unidos, cuyo presidente fue condecorado por el presidente ruso, Vladimir Putin. En América solo consiguió el apoyo de Cuba, Nicaragua y Haití, Venezuela no votó y en Europa, únicamente Serbia y Armenia.
De los 41 además de casi todos los países europeos, incluida España, se encontraba Argentina, Estados Unidos (el Departamento de Estado alertó de las consecuencias de levantar las sanciones), Canadá, Australia y Nueva Zelanda.
Entre los países de la Unión Europea que se desligaron y votaron a favor de la moción intermedia de FIDE, Grecia, Chipre, Malta y Portugal mientras Austria y Dinamarca no votaron.
«Es una victoria para Ucrania», apuntó el dirigente de la Federación de Ajedrez ucraniana, Viktor Kapustin. «Esta votación significa que Rusia no tiene suficiente apoyo (…) es un agresor e invasor, y el agresor debe ser castigado en todas las esferas de su vida, incluido el deporte. Es importante mantener las sanciones, o incluso fortalecerlas. Que reconozcan sus crímenes».
El representante de la Federación Inglesa de Ajedrez (ECF), Malcolm Pein, consideró de forma muy optimista que el resultado ″fue una derrota aplastante para Rusia”. La presidenta de la federación alemana (DSB), Ingrid Lauterbach, señaló que fue «agotador, pero el esfuerzo merece la pena» recordando que así el ajedrez no se queda aislado internacionalmente.
Por su parte, el delegado ruso Sergei Janovsky declaró en la asamblea que el ajedrez ″debería quedar fuera de la política” e instó a levantar todas las sanciones a su país.
Pero casi tan importante como la votación sobre las sanciones a Rusia fue la elección de la presidencia de la Comisión de Ética de FIDE, la primera que pierde Rusia en treinta años en una Asamblea General de FIDE, ya que quería controlarla.
Había cuatro candidatos de los que solo quedaron tres, ya que Johan Sigeman se retiró tras haber formado parte de la comisión que sancionó a Rusia y Dvorkovich.
Los tres eran Yolanda Persaud, de Guyana, vicepresidenta de la comisión y que apoyó las sanciones a Rusia y al presidente de FIDE; el rumano Daniel Florea y el presidente de la federación de Kirguistán que defendió levantar las sanciones a Rusia, Babur Tolbaev, quién por cierto se quejó de la prensa internacional ″con preguntas extrañas que no me gustaron”.
La situación fue caótica debiendo producirse tres votaciones. En la primera, se emitieron 220 votos (110 Persaud, 64 Florea y 40 Tolbaev y seis abstenciones) cuando había 176 delegados, lo que motivó la ironía de Peín, ″hemos obtenido más votos de los que obtendría Putin”.
Posteriormente, tras el inicial escándalo, se tuvo que votar de forma manual, con papeletas, y no de manera electrónica, sistema del que alguien apuntó dada la influencia rusa en FIDE que ″es el mismo que utiliza Putin para sus elecciones”.
Tras retirarse los dirigentes de FIDE, la sesión fue presidida por el italiano, recién elegido presidente de la Comisión Constitucional, Roberto Rivello quien en una lamentable actuación, no permitió preguntas ″para no perder el tiempo”, lo que motivó la protesta de Inglaterra y Alemania. Finalmente admitió que no estaba ″preparado para dirigir esta reunión”.
El primer resultado legal fue Yolanda Persaud, 77, Daniel Florea 59 y Babur Tolbaev, 27. En la segunda y decisiva, con los dos mas votados, ganó Persaud por solo seis votos de diferencia, 86, ante 75 de Florea, lo que supuso la derrota de Rusia y del presidente Dvorkovich.
Florea es miembro de la Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), un partido ultraderechista, nacionalista, populista y antiinmigración cuyo líder tiene prohibido entrar en Ucrania y que es cercano al Kremlin.
No obstante, como miembros de la comisión de Ética se mantiene el tunecino Khaled Arfa, hombre de Dvorkovich, basta recordar que Túnez fue uno de los 21 países que apoyó a Rusia; así como David Hater (Estados Unidos) y Ravindra Dongre (India) ambos revocaron las sanciones a Rusia y entran como nuevos Alan Borda de Bolivia y Ali Nihat Nazici de Turquía, así como Olga Baskakova de Kazajistán.
Esta comisión es decisiva, ya que fue la que aplicó las sanciones a la Federación Rusa de Ajedrez (FRS) y al presidente Dvorkovich, en junio pasado, excluyéndola durante dos años por desprestigiar el ajedrez, violando los principios de la organización internacional.
La sanción del pasado junio a la federación rusa, tras la denuncia ucraniana, fue motivada por haber organizado torneos en zonas de Ucrania ocupadas ilegalmente y se recriminó al presidente ruso de FIDE por su pertenencia a órganos de la FRS y perjudicar al ajedrez.
El ajedrez en Rusia está controlado por su presidente Vladimir Putin, con personas como el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov en el Patronato de la FSR quien apuntó que seguirán trabajando para levantar las sanciones internacionales. Además de Peskov, el ex ministro de Defensa, Sergei Shoigu también está bajo sanciones internacionales, como miembro de la junta de la federación rusa.
Hace apenas unas semanas, tras la apelación, la prohibición de dos años fue conmutada por una multa de 45.000 euros, una medida que fue muy criticada por Ucrania y otros países mientras que Rusia señaló que la anterior sanción de dos años se había adoptado ″apresuradamente precisamente por razones políticas”.
Nuevo boicot a Israel
Pero en la Olimpiada no podía faltar la situación política de Israel y la guerra, que motivó el boicot de Irán en el torneo femenino, ya que no acudió a jugar con ellas, tras el emparejamiento producido en la ultima ronda lo que motivo el triunfo israelí por incomparecencia 4-0.
Así, el equipo femenino de Israel acabó 13 muy por encima del inicial puesto 25 que se le adjudicaba mientras que Irán terminó en el puesto 37, la misma posición que tenía de salida.
La jugadora de Israel, Marsel Efroimski, de 29 años, criticó la ausencia iraní señalando de forma retórica e ingenua que espera una sanción de FIDE al respecto.
Pero no fue el único boicot y es que pasó algo desapercibido la postura del jugador de Bangladesh, Enamul Hossain Razib, quien se negó a jugar contra el israelí Tamir Nabaty, en la ronda 10. Su explicación fue el ″doble rasero” de FIDE recordando que Rusia y Bielorrusia no pueden competir pero Israel sí, a pesar de la invasión de Gaza y los territorios ocupados.
″Estoy en contra del gobierno israelí y de las atrocidades que están llevando a cabo contra los palestinos. Así que no quiero jugar contra el equipo israelí en las actuales circunstancias”, declaró el ajedrecista.
Se da la circunstancia que este jugador vivió una situación trágica sobre el tablero al ver morir a su compatriota, el gran maestro Ziahur Rahman (1974-2024), de 50 años, cuando jugaban en la 12º ronda del Campeonato Nacional, el pasado mes de julio. Entonces declaró que le tomó unos segundos comprobar que había sufrido un derrame cerebral que le costó la vida.
Como otra curiosidad, Bangladesh tenía una jugadora de 80 años en la categoría femenina, Rani Hamid, que ganó seis partidas, entre ellas, sobre Maria Belén Sarquis la única victoria en su derrota ante Argentina (1-3), que tuvo el mejor resultado para las mujeres en toda su historia, el puesto 11.
Por último, citar otro fracaso de FIDE, tras vender la creación y apoyo al equipo de refugiados, resulta que no pudo acudir a Budapest, debido a las restricciones de las autoridades húngaras. Así compartió destino y ausencia con Yemen, Nepal, Sudán del Sur, Gambia, Mali, Burundi y República Centroafricana.
Un detalle muy curioso, sí acudieron sin embargo a votar en la Asamblea de FIDE los dirigentes de las federaciones de Burundi y Mali, este último país a favor de Rusia.
La asamblea general de FIDE se celebró en la capital húngara, junto con la 45ª Olimpiada de Ajedrez, el evento por equipos de ajedrez más grande del mundo que concluyó con el triunfo, por primera vez en su historia, de India tanto en el Abierto (segundo, Estados Unidos, tercero, Uzbekistán) como en el femenino (seguido de Kazajistán y Estados Unidos).
España tuvo un muy destacado papel, con la cuarta plaza (cinco puestos por encima de lo asignado) en mujeres y bajo la dirección del gran maestro gallego Iván Salgado y décima en el Abierto, tres puestos por encima de la clasificación asignada.