Cannes 2014: Cine social belga e italiano en competición

Dos películas de contenido social en la competición de Cannes: «Dos días y una noche» de los hermanos belgas Jean Pierre y Luc Dardenne y «Las maravillas» de la italiana Alice Rohwacher. La primera ha entusiasmado a la prensa francesa por la interpretación de Marion Cotillard, que se sitúa entre las aspirantes a premio de interpretación femenina. La segunda provocó división de opiniones. Ambas tienen indudable interés, aunque prefiero la de los hermanos Dardenne. Pero ni una ni otra las veo como posibles Palma de Oro de esta selección oficial.

cartel-dos-dias-una-noche Cannes 2014: Cine social belga e italiano en competición«Dos días y una noche» aborda un drama humano con telón de fondo de crisis y lucha social. La actriz francesa Marion Cotillard interpreta el papel protagónico de Sandra, una obrera, madre de familia a la que saliendo de una depresión le anuncian que va a ser despedida. El patrón y su capataz han organizado un voto en la empresa para que los obreros decidan si prefieren cobrar una prima de mil euros o reducir un puesto de trabajo y despedir a la que consideran menos rentable. Catorce de dieciséis han votado favor de la prima.

«Dos días y una noche» plantea un drama individual y social de candente actualidad en estos tiempos de supuesta crisis económica, con tanto desempleo, en la que abundan los despidos abusivos, los arbitrarios expedientes de regulación de empleo y el individualismo más feroz en nuestra sociedad de consumo a ultranza. Digo supuesta crisis, porque los beneficios de algunos siguen aumentando y en lugar de volver a la economía real, se escapan a los paraísos fiscales o a los bolsillos de los accionistas.

Pero volvamos a la película. Al situar la trama en una pequeña fábrica y centrarse en el conflicto individual los Dardenne optan deliberadamente por omitir toda lucha social o sindical colectiva y ponen al espectador en el centro del dilema planteado desde un punto de vista estrictamente humano.

Sandra, tiene dos días y una noche de tiempo para, con el apoyo de su marido, convencer a sus dieciséis compañeros de trabajo que han cedido a la presión del patrón para que vuelvan a votar, con sufragio secreto y decidan si prefieren cobrar la prima de mil euros lo que implica el despido de ella, o bien perder ese dinero y reintegrarla en la empresa.

En la mirada de los muy católicos hermanos Dardenne sobre este conflicto social, mirada que se identifica con la de su protagonista, la piedad o la lástima han remplazado la tradicional solidaridad obrera y la propia víctima se siente un poco culpable, pues todos sus compañeros atraviesan como ella momentos económicamente difíciles.

Cada cual tiene sus razones y los dramas humanos de cada uno aparecen brevemente uno tras otro en esa tentativa de evitar su despido. ¿Cuál es el precio de la dignidad humana ? ¿Una prima de mil euros ? Tal es la pregunta que los Dardenne hacen al espectador, con un final inteligente y esperanzador.

La mejor llorona del cine francés, la actriz Marion Cotillard, sale bien airada del desafío, aunque sin alcanzar la garra que tenía Emilie Dequenne en «Rosetta». A mi juicio, la trama insiste demasiado en su llorosa depresión, que resulta repetitiva y hubiera merecido un mayor desarrollo del resto de sus personajes en esas historias humanas paralelas.

La película me gusta aún con este bémol, pues la lucha por la dignidad humana es un tema que me llega profundamente y me conmueve, sea donde sea y en cualquier lugar del mundo, y está tratado con buen pulso y mucha sobriedad. Sin embargo, en la brillante filmografía de los Dardenne -que llevan ya dos Palmas de Oro en su haber con «Rosetta»1999 y con «El niño» 2005- no me parece que esta sea su mejor película.

cartel-le-meraviglie Cannes 2014: Cine social belga e italiano en competición«Le Mereviglie»

Las maravillas, de la cineasta italiana Alice Rohrwacher es también una película de contenido social, que nos habla de una familia campesina marginal en la región de Umbria, en donde hay todavía huellas de la civilización etrusca.

Un matrimonio con sus tres hijas se dedican a la apicultura y viven un tanto al margen de la modernidad, como una especie de comunidad hippie post mayo del 68. Es esta una película sobre el fracaso y la familia, como último refugio de esos personajes que antaño quisieron negarla o destruirla. Tal es al menos la declarada intención de la autora, pero que no resulta tan evidente en su narración cinematográfica.

El padre es un hombre autoritario y violento, que no ha tenido ningún hijo varón, e intenta vivir en una especie de utopía ecológica, insultando a los cazadores que vienen al lugar y denunciando el uso de pesticidas en el campo, utilizados por su propio vecino, que afectan a la salud de sus abejas.

El relato sobre esa atípica familia campesina que viven con una amiga y a donde llega un joven delincuente en vías de reinserción social, resulta bastante confuso en su primera mitad con un tono más bien documental. Después la llegada de los organizadores de un concurso de tele realidad muy berlusconiano va a funcionar como detonador de los conflictos entre sus personajes, en una segunda parte mucho más evidente pero de menor interés.

La hija mayor, que se llama Gelsomina, un guiño probablemente al célebre personaje de Giulieta Massina, se apunta al concurso en el que la presentadora es la actriz Mónica Belluci. Un concurso que pone a prueba sus ilusiones, y la relación con su padre, ya que es su hija preferida. En el papel de la madre la conocida actriz italiana Alba Rohrwacher, hermana de la realizadora.

Nacida en Toscana Alice Rohrwacher filmó su ópera prima en 2001, «Corpo celeste», iconoclasta mirada sobre la religión y el catecismo, que fue seleccionada en la Quincena de realizadores de Cannes. Con «Le Maraviglie» es la primera vez que participa en la competición oficial. Su proyecciٕón en sesión de prensa provocó airada división de opiniones.

Julio Feo Zarandieta
Periodista profesional en Francia desde 1976. He trabajado durante 35 años como periodista (Responsable de edición y critico de cine) en el servicio en castellano de Radio Francia Internacional. Pero también como corresponsal en Paris de diversos diarios y semanarios españoles y critico en Cine Classics (canal plus). Jubilado desde el 2013, escribo ahora en Periodistas en español y en Aquí Madrid. Miembro del Sindicato Francés de la critica de cine y de Fipresci, he cubierto numerosos festivales de cine internacionales, muy especialmente Cannes y San Sebastián. Militante antifranquista en los años sesenta, resido en Francia desde 1974, fecha en que me acordaron el asilo político. Hoy en día tengo la doble nacionalidad hispano francesa.

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